DÍA MUNDIAL DE LA LUCHA CONTRA EL SIDA

Las personas con VIH tienen más riesgo de sufrir ansiedad o depresión

La estigmatización sigue latente y hay pacientes que padecen baja autoestima al conocer su contagio

En Aragón se detectaron el año pasado 91 nuevos casos de VIH, la mayoría diagnosticados en hombres

Varias trabajadoras del equipo de Omsida, ayer, en la sede de la asociación en el barrio Delicias.

Varias trabajadoras del equipo de Omsida, ayer, en la sede de la asociación en el barrio Delicias. / Laura Trives

El Periódico de Aragón

El Periódico de Aragón

Detrás del VIH, cuyo Día Mundial contra su erradicación se celebra hoy, hay un sinfín de consecuencias conocidas, pero también hay una realidad de la que apenas se habla: los problemas de salud mental. Ansiedad, depresión o baja autoestima están detrás de muchos casos de esta enfermedad de transmisión sexual que sigue siendo estigmatizada en la sociedad. Según los datos del boletín epidemiológico de Salud Pública, en Aragón se notificaron 91 casos nuevos de VIH, en 2022, con una incidencia acumulada de 6,8 por 100.000 habitantes. El dato se mantiene estable en los últimos años y el patrón de transmisión más relevante sigue siendo el de hombres contagiados por vía sexual, predominando las relaciones sexuales entre varones.

La cifra es ligeramente inferior a la de 2021 (cuando fueron 101 nuevos casos). Socialmente el VIH sigue generando «rechazo», según explica Patxi Huici, presidente de la asociación Omsida. «Todavía queda mucho por hacer», añade Huici, que además es médico internista en el hospital Miguel Servet de Zaragoza. «En los primeros años se estableció que los contagiados eran homosexuales, prostitutas y drogadictos. Una visión de la enfermedad que todavía se tiene», explica a este diario Sara de Diego, psicóloga de Omsida. 

Una enfermedad crónica

La estigmatización del VIH, según De Diego, sigue latente por el desconocimiento social de la enfermedad. «La gente no sabe, por ejemplo, que si se sigue el tratamiento no hay ningún peligro de contagio», menciona, e insiste en que «ahora mismo, el VIH es como una enfermedad crónica más».

Debido a esa desinformación es por lo que la mayoría de pacientes que atienden en Omsida «tienen problemas de autoestigma por miedo al rechazo y al qué dirán», señala la psicóloga. «Cuando vienen aseguran que la infección supone para ellos un antes y un después en sus vidas», dice. 

Es como un clic que afecta a la salud mental del paciente y, a partir de ese pensamiento, pueden desencadenarse los casos de ansiedad, baja autoestima y depresión. «Nuestra misión es hacerles ver que sus vidas pueden seguir igual, porque muchos dejan de tener proyección de futuro. Tienen que ser conscientes de que no se acaba todo por ser positivo en VIH», expone De Diego. 

Ser paciente de VIH ya no es como en la década de los 80 o 90, cuando la esperanza de vida era baja. En estos momentos, gracias a los tratamientos y la detección precoz, la esperanza de vida «es casi la misma que la de una persona que no está infectada», asegura Huici. «Ahora hay una gran cantidad de personas que viven con el VIH desde hace 20 años», expone. 

Por otro lado, la psicóloga Sara de Diego explica que es «muy importante» saber distinguir entre el VIH y el Sida. «Tener VIH_significa ser portador del virus, pero si se toma medicación no hay riesgo de contagio. Por otro lado, el Sida es el virus desarrollado, es decir, la enfermedad, y en este caso sí se contagia», dice.

Uno de los momentos más duros se da al recibir el resultado, cuando el primer sentimiento del paciente es de «rechazo a uno mismo» y su primera reacción es «la de aislarse». De Diego asemeja esta situación a lo que pasó con el covid. «Tienen miedo de contagiar a los demás, no salen de casa y lo guardan como un secreto», explica. «Algunos incluso sienten pánico por contagiar a sus familiares únicamente por convivir con ellos o, incluso, me llegan a decir que les da miedo ser un asesino», cuenta. 

De este modo, lo que al principio supone un shock para el paciente, «cuando aprenden lo que realmente es tener VIH, esa mentalidad cambia y muchos dejan de sentir vergüenza y baja autoestima», explica. En todo caso, es una realidad que hay pacientes que padecen ansiedad o depresión tras conocer que están contagiados. «Se sienten culpables y muchos llegan a decir que están enfermos porque son unos viciosos o, incluso, que es un castigo de Dios», afirma.

Por eso, según la especialista, a la hora de dar el resultado al paciente «es muy importante cómo se transmite el diagnóstico para no generar una sensación de fracaso». En este sentido, indica que es «imprescindible» hacerles ver que «todos en algún momento cometemos errores y no son menos por estar contagiados», puntualiza. 

La detección precoz es la clave

Uno de los problemas principales del VIH sigue siendo el diagnóstico tardío. A nivel nacional, los datos señalan que casi el 50% de los nuevos casos de VIH se detectan tarde, lo que complica el desarrollo de la patología y las consecuencias de la enfermedad en el paciente. Ese porcentaje sigue siendo muy elevado y es una de las grandes tareas pendientes en la prevención del VIH.

La prueba de VIH es una herramienta eficaz de detección precoz y en Omsida ofrecen este tipo de test de manera gratuita a todas aquellas personas que hayan tenido prácticas sexuales de riesgo y puedan haber contraído alguna enfermedad. Se trata de una prueba anónima y fiable, cuyos resultados están en 30 minutos. Se realizan en el centro Zipi de Omsida (calle Barrioverde) y únicamente se requiere de una cita previa.

En lo que va de año, en Omsida han realizado 729 pruebas rápidas de VIH con un resultado de 17 positivos. En cuanto a otras pruebas de enfermedades de transmisión sexual se han llevado a cabo 2.345 pruebas y se han obtenido 16 positivos en estas infecciones. Además del test de VIH, en Omsida también realizan pruebas de hepatitis B y C, sífilis con una muestra de sangre y gonococo y clamidia mediante hisopado genital.

En la difusión de la prueba rápida en Aragón también juegan un papel importante los diferentes colegios farmacéuticos de la comunidad. Con ellos, de hecho, se lanzan diversas campañas de concienciación, sobre todo dirigida a los jóvenes, entre los que aumentan los casos.

La prueba, además de poder solicitarla de manera gratuita en la sede de Omsida, también se puede requerir al médico de Atención Primaria o se puede comprar en la farmacia, sin receta médica. En este caso, el autotest sí tiene un coste.

La importancia de la detección precoz radica en que un diagnóstico tardío conlleva graves consecuencias para la persona enferma, que no inicia el tratamiento en el momento adecuado, lo que empeora su pronóstico, y para su entorno, al que ha podido transmitir la infección. 

Suscríbete para seguir leyendo