LA ACTUALIDAD POLÍTICA EN LA COMUNIDAD

Los memorialistas no se fían del nuevo plan de concordia de Azcón

Las organizaciones temen que la represión franquista vuelva a caer en el silencio

El Ejecutivo PP-Vox muestra su disponibilidad para entablar relaciones con las asociaciones

Una exhumación en Magallón, en una imagen de archivo.

Una exhumación en Magallón, en una imagen de archivo. / ANGEL DE CASTRO

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Las asociaciones memorialistas de Aragón no ven con buenos ojos el plan de concordia que presentó el Gobierno de PP yVox presentó el pasado jueves en las Cortes autonómicas. «No nos fiamos», dicen desde estas organizaciones de una iniciativa que ven como «un parche» para tapar una de las primeras decisiones políticas del nuevo Ejecutivo y una de las que más polémica traerá:la derogación de la Ley de Memoria Democrática de la comunidad. 

Anabel Lapuente, presidenta de PAMA (Plataforma de Acción por la Memoria de Aragón), asegura que «la única concordia se podía hacer desde la ley anterior». Para Lapuente, el nuevo Ejecutivo no ha entendido que los memorialistas «no quieren revancha nji venganza». Esta nueva iniciativa es un paso atrás, un regreso «a la política de que aquí nunca ha pasado nada». «Es triste, pero en cuanto la derecha llega al poder siempre va a por la memoria», concreta la presidenta de PAMA. 

«La esperanza», dice Lapuente, se queda en «la ley de Memoria del Gobierno Central». «Por mucho que hagan, no van a conseguir pararnos, porque no hacemos nada malo y solo queremos ayudar a las familias afectadas», concreta la memorialista, que pone el ojo en las exhumaciones: «No creo que nos digan que vamos a tener una cantidad concreta de dinero para hacer estas intervenciones». Termina Lapuente: «No creo que este plan vaya a funcionar». 

Desde Armha (Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón), su presidente Enrique Gómez afirma que esta decisión de las derechas es «llover sobre mojado». «Está en el ADN de Vox, pero lo adapta con entusiasmo el PP», destaca Gómez, que critica la derogación de la ley de Memoria Democrática porque «era necesaria para equilibrar un poco las cosas».

«Nos han quitado una de las pocas leyes que nos podían ayudar y a cambio nos dan un plan difuso», comenta el presidente de Armha, que asegura que desde organizaciones como la suya «nunca se ha enfrentado a que la memoria se para todos, pero hay un bando que ya tuvo su reconocimiento y al otro todavía no se le ha solucionado su problema con políticas importantes». Gómez anuncia que las organizaciones memorialistas «están dispuestas a hablar si el Ejecutivo nos llama».

Por último, Javier Ruiz, de Charata, lamenta que las organizaciones solo sepan «lo que se ha dicho en los medios de comunicación tras la presentación del otro día». «Parece que puede entrar cualqueir cosa en este plan», analiza el memorialista, que pronostica que «habrá mucha gente que se quede sin reconocimiento» tras este cambio legislativo. Sobre las exhumaciones:«Habrá intervenciones, pocas, por quedar bien como ha hecho el PP en otras comunidades». 

Desde la consejería de Presidencia aseguran a este diario que están dispuestos a reunirse «con cualquier asociación» que quiera seguir trabajando en asuntos de memoria. La única condición que se pone desde el Ejecutivo es «el respeto los principios y valores del plan, como evitar el sectarismo o los discursos ideológicos».

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