EL DESTINO DEL CENTRO ARAGONESISTA

Tregua judicial en el PAR

El Partido Aragonés conocerá este martes la sentencia sobre su polémico congreso celebrado en octubre de 2021 y que alteró sus cimientos internos

El futuro liderazgo de la formación viene marcado por el tablero político

Elena Allué y Arturo Aliaga se saludan en el congreso del PAR de 2021, en el que se originó toda la disputa interna.

Elena Allué y Arturo Aliaga se saludan en el congreso del PAR de 2021, en el que se originó toda la disputa interna. / JAIME GALINDO

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Al Partido Aragonés le escribirán este martes el penúltimo capítulo de la novela que nació con la celebración de su último congreso, en el ya lejano octubre de 2021. Más de dos años después, la Justicia demostrará qué se hizo mal, quién lo hizo y cómo debe repetirse el cónclave para que la formación aragonesista recupere una normalidad política que solo siente en las instituciones.

Poco queda de aquellos tiempos. Su entonces líder y principal salpicado por los 311 falsos afiliados en las votaciones, Arturo Aliaga, abandonó la vida política el pasado mes de agosto, con la toma de posesión del nuevo Ejecutivo autonómico de PP y Vox. Pieza clave para entender el desarrollo político en la comunidad en las últimas décadas, Aliaga se fue por la puerta de atrás, con el ruido de las polémicas internas ensombreciendo su marcha e incluso con la militancia del PAR suspendida por no estar al corriente de los pagos. Su núcleo duro, compusto por los exdiputados autonómicos Jesús Guerrero y Ester Peirat, y la exvicepresidenta del Somontano María Morera también han dejado a un lado la actividad política.

Su rival en aquel congreso fue Elena Allué, una de las más beligerantes contra el propio Aliaga. Salió del PAR en medio de una guerra fratricida y formó Aragoneses, una escisión con la que quería seguir representando a ese centro aragonesista que en el último año ha tenido más adalides que nunca. Su transición fue rápida, rumbo a un acuerdo con el PP, con el que concurrió a las elecciones autonómicas y gracias al que obtuvo un escaño, el de la propia Allué, en La Aljafería. Al sillón hay que sumarle tres direcciones generales. Menos suerte tuvo su aliada en Teruel, Berta Zapater, que no ha accedido al escaño en las Cortes porque el popular Joaquín Juste, ahora presidente de la Diputación de Teruel, conserva su acta. Dicen los entendidos en matemáticas parlamentarias que todo se debe a una cuestión de sumas, porque 35 (PP y Vox) menos dos son minoría en unas Cortes con 67 escaños.

Los que sí han encontrado refugio en el nuevo Gobierno de Aragón son Xavier de Pedro, artífice de la demanda que retrasó la repetición del congreso, que presidirá el Consejo Consultivo de Aragón. También se restituyó a José Ángel Biel en la presidencia de la Fundación Santa María de Albarracín tras ser cesado por Aliaga un año antes.

Sin Aliaga en la primera fila, el trono del PAR quedó dividido en dos. Orgánicamente, Clemente Sánchez Garnica es el presidente del partido –autodenominado interino– hasta que el congreso que se celebre tras la sentencia elija a una nueva Ejecutiva. El presidente en funciones quiere resolver la situación cuanto antes y olvidar una de las etapas más oscuras del PAR. La reorganización, de manera innegociable bajo las siglas del Partido Aragonés, ha pasado de quimérica a deseada. Elena Allué y Natalia Lascorz (Tú Aragón) ya han acordado confluir juntas en 2027. Cuando lo anunciaron reconocieron sin pudor que su aspiración directa era regresar al PAR porque el día 5 serán de nuevo afiliadas. Alto ahí, porque serán los jueces lo que decidirán.

La segunda de las caras visibles del PAR es Alberto Izquierdo, el único diputado de la formación en las Cortes y el encargado de resucitar al partido para las autonómicas, salvando los muebles in extremis con un estilo socarrón con el que construye su marca personal. Su pacto con el PP fue la guinda a la unión de los populares y Vox: a los de Azcón les sirvió para suavizar su unión con la ultraderecha y a los aragonesistas para dejar a sus primeros espadas en puestos de gestión para los cuatro próximos años.

El único problema para Izquierdo es que su nombre, como secretario general del PAR desde la época de Aliaga, está ligado a los 311 afiliados irregulares. Una mancha que el juez decidirá si se puede borrar o si puede lastrar su implantación definitiva como cabecilla del nuevo y refundido PAR.

Cuando se conozca la sentencia definitiva –el partido no quiere esperar a que el Supremo decida y espera poder empezar a maniobrar antes– el plan orquestado por el histórico partido aragonesista es claro. Un primer congreso en el que elegir a la nueva Ejecutiva para, posteriormente, elaborar un segundo de "refundación y reorganización".

La buena sintonía, los primeros acercamientos y la mejora de las relaciones, señalan fuentes de la formación, son ya la semilla de esa nueva organización que bajo el nombre de siempre quiere ser, de nuevo, la única representante del centro aragonesista. Se desea que antes del verano del 2024 sea el momento en el que la nueva estructura esté completamente formada con la vista ya puesta en las elecciones autonómicas de 2027. El último capítulo de la novela más oscura del PAR se acerca. Veremos si es una historia de justicia, de traición o de esperanza.