VIOLENCIA DE GÉNERO

Crónica de la liberación de una mujer secuestrada en Pakistán desde Zaragoza

Una profesora de español afincada en la capital aragonesa ayudó a una mujer a escapar de su cautiverio | "Parecía algo imposible", dice

Reconocimiento 8 Esmeralda Guevara, la tercera por la izquierda, con el premio Meninas. | EL PERIÓDICO

Reconocimiento 8 Esmeralda Guevara, la tercera por la izquierda, con el premio Meninas. | EL PERIÓDICO / a. t. b.

«Estoy muy feliz porque parecía algo imposible». Es lo que siente una profesora de español afincada en Zaragoza –Esmeralda Guevara– al ayudar a liberar a una mujer secuestrada en Pakistán por su propio marido. Se trata de una historia que ha tenido un final feliz de pura casualidad porque esta docente imparte clases de castellano al hermano de la rehén y, a partir de este hilo, ha logrado que la mujer regresara sana y salva a la capital aragonesa. «Yo fui la persona a la que le comentó la situación», se arranca en declaraciones a este diario.

Para que Guevara se haya convertido en heroína, la historia requiere primero de un antagonista y ese es el marido de la víctima. A ella, embarazada, y a su hijo de cinco de años les llevó a Pakistán haciéndoles creer que disfrutarían de un periodo de vacaciones en el que, además, conocerían a su familia política. Nada más lejos de la realidad porque les quitó los pasaportes, les secuestró y se encontraron con una vida paralela al estar casado con otra mujer.

Pero la mayor preocupación de la prisionera era saber cómo estaba su hermano, que se había quedado en Zaragoza porque se trataba de un viaje que no se demoraría más allá de un par de semanas. Y es en esta parte de la historia donde Guevara se erige como protagonista y «enlace» al ejercer de profesora de español del hermano de la prisionera. «Me empezó a mandar whatsapps diciéndome que estaba preocupada por su hermano», recuerda Guevara. «Que se había ido de vacaciones y que su marido le había engañado. Le iba a presentar a su familia, pero la tenía encerrada y vigilada en un complejo militar», prosigue.

Fue en ese momento cuando a esta profesora se le encendieron todas las alarmas –«fui hablando con mi red de amigos», precisa– y decidió alertar de ello a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Pero antes trató de recabar todas las pruebas posibles para que no le tildaran de loca. «Le dije que se grabara algún vídeo como prueba de lo que estaba pasando», cuenta. «También era golpeada», añade.

Durante «más de tres meses» de cautiverio –«la tenía encerrada y vigilada en un complejo militar», detalla– hizo todas las gestiones posibles para sacarla de allí hasta que todo finalizó a iniciativa propia de la víctima. «Escapó porque él marcho de casa y ella fue al Consulado. Ya se estaba gestando lo que era el rescate, pero fue ella la que cogió un taxi para allí aprovechando que él no estaba», concreta.

Ahora, la víctima ya respira aliviada en Zaragoza, donde ha dado a luz a su segundo hijo. «Por una parte estoy muy feliz porque parecía algo imposible y, al mismo tiempo, me gustaría que tuviera ayudas hasta el final. Siempre me dice que gracias. Lo recuerdo con mucho cariño», finaliza su salvadora. Con motivo del Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Delegación del Gobierno en Aragón premió a Esmeralda Guevara con el premio Meninas, que reconoce a las personas e instituciones destacadas por su lucha en esta materia.