SINIESTRALIDAD VIAL

Mueren dos camioneros tras un choque frontal en Osera de Ebro

La colisión tuvo lugar en la N-2 y uno de los vehículos quedó totalmente calcinado

Son las dos primeras víctimas mortales que se cobran las carreteras aragonesas este año

Este es el estado en el que quedó uno de los dos camiones accidentados en la N-2, a la altura de Osera de Ebro.

Este es el estado en el que quedó uno de los dos camiones accidentados en la N-2, a la altura de Osera de Ebro. / BOMBEROS DE ZARAGOZA

Dos camioneros murieron este jueves por la tarde al chocar frontalmente cuando circulaban en la N-2, a la altura del término municipal de la localidad zaragozana de Osera de Ebro. El siniestro vial tuvo lugar pasadas las 19.00 horas en el punto kilométrico 351 y uno de los dos vehículos acabó calcinado pasto de las llamas. Son los dos primeros decesos que contabilizan las carreteras aragonesas en lo que va de año después de las 56 registradas a lo largo de 2022.

Hasta el lugar de los hechos se trasladaron varias patrullas de la Guardia Civil que, por un lado, recabaron pruebas en aras de determinar las causas del accidente y, por otro, dieron paso alternativo al resto de vehículos que circulaban por la citada carretera. También fueron comisionados los bomberos de Zaragoza, que aportaron una bomba pesada mixta y una bomba nodriza pesada para extinguir las llamas y excarcelar el cuerpo sin vida de las víctimas.

El último accidente que se cobró la vida de un camionero se remonta al pasado 1 de diciembre, cuando un vecino de Soria de 59 años murió al volcar el tráiler de la empresa bilbilitana Hermanos Guillén que conducía en la AP-2, a la altura del término municipal de Fraga. Apenas unas semanas antes, el 13 de noviembre, otro camionero fallecía en un aparatoso accidente en la Z-40, a la altura de la Feria de Muestras.

En lo que se refiere al siniestro de ayer, los alcaldes de los municipios que atraviesa la N-2 ya clamaban hace varios meses por la mejora del firme de la carretera en aras de garantizar la seguridad vial. Entendían algunos regidores, como Darío Villagrasa en el caso de Bujaraloz, que se debían acometer mejoras en el trazado y la visibilidad con ensanchamientos de calzada, carriles de alivio y zonas para reducir la velocidad. Otro alcaldes, como Enrique Gómez en el caso de Osera de Ebro, lamentaban que la N-2 estaba «descuidada» debido a la existencia de «agujeros tremendos» y achacaba el estado de la vía a la falta de mantenimiento por parte del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible.

Sus reivindicaciones llegaban un año después de la liberalización de la AP-2 entre Zaragoza y El Vendrell, en septiembre de 2021, y que presumía un descenso del tráfico en la N-2 que no llegaba a constatar la alcaldesa de Pina de Ebro, Mercedes Abós. «Hay más tráfico porque todos no caben en la autopista y se están repartiendo. Es un infierno, el tránsito es tremendo», reconocía Abós hace más de un año en declaraciones a este diario.