EDUCACIÓN

Los padres de Caneto: "Es una victoria de la sociedad frente a una injusticia”

Aseguran que es "un paso de gigante" que la Justicia pida reabrir el colegio y que la administración deba presentar las deficiencias en las instalaciones

Eva García

Eva García

Cuando los padres de los alumnos y alumnas de la escuela de Caneto acudieron a la Justicia para denunciar el cierre estaban convencidos de que “teníamos la razón”. Ahora el TSJA ha resuelto que el colegio siga prestando sus servicios en “beneficio de los menores”, asegura.

“Estamos contentos y optimistas”, asegura Eduard Jubert, portavoz de las familias, quienes consideran que “es un paso de gigante en la lucha por los niños de Caneto”. Pero este es un primer paso, ya que su deseo es el de “a partir de ahora seguir trabajando codo con codo con la administración” para conocer las deficiencias y poderlas solucionar. De hecho, el Gobierno de Aragón tiene ahora tiene 15 días para notificar los defectos de las instalaciones que afectan a seguridad para ser subsanados y si no fuera así “podría levantarse la cautelar”, dice el TSJA.

Para las familias es un “espaldarazo” a su postura de que los pequeños sigan asistiendo a las aulas prefabricadas en el pueblo y no se suban al autobús cada día y tarden 40 minutos por unas peligrosas carreteras para dar clase, como denuncian los padres desde el mismo día en el que la DGA decidió cerrar el colegio.

Espera, asegura Jubert, que presenten las deficiencias, que consideran “subsanables” ya que creen que todo es cuestión de “voluntad”.

El martes (el lunes es festivo en Huesca) los 21 niños escolarizados en Caneto volverán a sus clases. Pero lo harán como cada día, porque desde que se les notificó que los niños no podían dar clase en Caneto hasta ahora, no han dejado de hacerlo. De la educación se han ocupado los padres y profesores voluntarios que se “han sumado a la causa” porque el traslado a Tierrantona “siempre hemos dicho que es más peligroso” que las propias aulas.

Los padres “nos hemos sentido abandonados” porque “no ha habido ningún contacto para solucionar las cosas”. Por eso, afirma Jubert, que tras el espaldarazo dado por el TSJA, “la situación cambie”. Para ellos, “se ha reconocido que aquí hay una escuela, que hay que solucionar las deficiencias que tenga, pero hay una escuela”. El Gobierno de Aragón ha mantenido que Caneto no tenía escuela, que no existía.

Este reconocimiento supone que los niños retomarán “una nueva normalidad” porque ya tenían una rutina y “la llevaban bastante bien”. A los pequeños les cambiará la vida menos que a las familias, que lo hará “mucho porque nos hacíamos cargo de la limpieza y la calefacción”. Al no estar reconocida como escuela el ayuntamiento no podía hacerse cargo de los gastos. Pero también cambiará la organización ya que “nos quitará tareas y las horas que dedicamos a las aulas”, algo que hacían de forma voluntaria. “Nos va a liberar” y nos permitirá “seguir con nuestra vida, porque el día a día ya es duro con el trabajo y la vida con los niños”, a lo que había que añadir las clases o todo el trabajo que implicaba tener las aulas abiertas.

Por eso, la noticia la ven como “una victoria de la sociedad hacia una injusticia”, que ha sido criticada por “partidos políticos, asociaciones en defensa del mundo rural y la sociedad en general que nos ha apoyado”. Jubert agradeció además la labor de Paula Hormigón Solas, la abogada de las familias, que ha realizado toda la defensa del caso de forma altruista.

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