SANIDAD

Los farmacéuticos reivindican su papel para el uso del cannabis medicinal en Aragón

Los especialistas defienden el medicamento bajo una regulación clínica

Imagen de archivo de una planta de cannabis.

Imagen de archivo de una planta de cannabis. / El Periódico de Aragón

Judit Macarro

Judit Macarro

El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza consideró ayer como «fundamental» su papel en el trámite de la regulación del cannabis medicinal en Aragón. Lo hizo tras las declaraciones del Ministerio de Sanidad, en las que se confirmaba la ampliación de la utilización farmacológica de esta sustancia. Esta aprobación no supone que se vaya a permitir su venta para aliviar dolores, sino que el cannabis medicinal ahora se conviertan en preparados de farmacia –estandarizados o fórmulas magistrales– y solo podrá ser prescrito por médicos especialistas en las respectivas patologías que trate.

Es decir, no se tratará un fármaco de primera línea y solo se permitirá su uso cuando los medicamentos prescritos al paciente no den los resultados esperados. Sus usos, a falta de detallar la norma, se darán para los enfermos como método de inhibición de náuseas y vómitos en pacientes de cáncer; aumento de apetito y atenuación de pérdida de peso, sobre todo para enfermos de cáncer y sida; inhibición de dolor crónico –ya sea neuropático, de tipo oncológico, migrañas o posoperatorio–; inhibición de rigidez muscular, lo que puede tener utilidad en esclerosis, y como acción inhibidora de convulsiones en epilepsias refractarias a otros tratamientos.

«Estamos en un momento importante en este tema, en el que el papel de los farmacéuticos tiene que ser fundamental en la normativa por la que se establezcan las condiciones para la elaboración y la dispensación de fórmulas magistrales a bases de preparados estandarizados de cannabis», aseguraron desde el Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza.

Una medida que aseguran defender «mediante la realización de ensayos clínicos, autorización de puesta en el mercado e indicaciones concretas», entre otros procesos de pruebas clínicas. Además de que, en cualquier solución que se adopte, siempre esté un farmacéutico presente en todo el proceso «para colaborar activamente en la farmacovigilancia y la educación sanitaria para el uso seguro de estos medicamentos», incidieron.