Televisión

Cara y cruz ante el éxito televisivo de los 'triunfitos' aragoneses

Las familias de Naiara y Juanjo valoran los pros y los contras de la participación de sus hijos en el concurso

Naiara y Juanjo quieren ser pregoneros de las Fiestas del Pilar

Naiara y Juanjo quieren ser pregoneros de las Fiestas del Pilar / amazon prime

Judit Macarro

Judit Macarro

El fenómeno OT ha expandido su fama en, prácticamente, el mundo entero esta edición gracias a su difusión en la plataforma audiovisual de Prime Video y las redes sociales, como Instagram y Tiktok. De hecho, desde el inicio del programa los concursantes tenían una cuenta en estas redes sociales donde han estado subiendo contenido sobre la experiencia. Algo que no se había dado antes en el concurso y que parece ser una de las claves del éxito y el estrellato que han alcanzado este año los triunfitos a nivel mundial.

De ello dan cuenta los familiares de Juanjo y Naiara, los concursantes aragoneses que han conseguido llegar a la final sin haber sido nominados en todo el programa. «A pesar de que este año no lo han echado en la televisión se ha mantenido de otra forma e, incluso, ha sido todo más masivo», asegura a este diario Juanjo Bona, el padre del concursante magallonero. 

Bona señala que la popularidad alcanzada a través de estas herramientas mediáticas se mostraba con «las más de 500.000 visualizaciones a la semana en las publicaciones de Tiktok». Una fama que ha despertado a miles de fans, pero también a otros personajes de las redes denominados haters. 

"Odio sin sentido"

«Algunos faltan el respeto de una manera que no es justa y desde el desconocimiento», denuncia el padre de Juanjo. Desde que comenzó el show televisivo, Bona asegura que la familia ha recibido «muchos mensajes de cariño hacia nuestro hijo, porque les gusta como es él. Juanjo es muy natural y es un artista de los pies a la cabeza», explica. Pero, entre los tuits de amor hacia su ídolo, de vez en cuando se colaban entre líneas otros mensajes de «odio sin sentido hacia su vida personal, dejando de lado todo lo relacionado con la música y la academia que al final es lo importante y la base del programa», incide. 

Los concursantes están tres meses incomunicados, sin acceso a las redes ni la posibilidad de contactar con sus familias -salvo en ocasiones especiales como Navidad o las firmas- y, «si al salir se encuentran todos esos mensajes de odio puede ser muy duro para ellos», asegura Bona. En el caso de su hijo, «no me preocupa en exceso, porque cuando lo vi en la firma de Zaragoza me encontré con un Juanjo nuevo, mucho más maduro y ni siquiera quiso preguntar por nada de esto», asegura.

A los familiares a veces les ha resultado complicado lidiar con el odio hacia sus hijos. En el caso de Nieves Arregui, la madre de Juanjo, junto a otros padres y madres de los concursantes lanzaron un mensaje en las redes sociales donde pedían que se pusiera fin al odio hacia los jóvenes. «Como a todas las madres, lo que más me duele es ver lo que se está diciendo de mi hijo y nuestra familia. Nos llena de dolor ver cómo se incita al odio gratuitamente y sin ningún tipo de empatía», se podía leer en el mensaje de Nieves. 

En el caso de Ana Aznar, la madre de Naiara, niega que le haya afectado este odio virtual. «La verdad es que he preferido no hacerle mucho caso a todo eso. Yo estoy muy orgullosa de mi hija y creo que tiene un talento increíble, al igual que Juanjo. Los mañicos me encantan, son lo más», declara Ana a este diario. Ella, a pesar de tener redes sociales, explica que ha preferido hacerle caso a los mensajes de amor y cariño que ha recibido sobre su hija. «Me han hablado del mundo entero y ver que la quieren tanto es algo precioso e increíble, que no te acabas de creer», asegura. 

Ahora, ambas familias esperan con ganas a que, en la final, «alguno de los mañicos» traiga el premio gordo consigo a Aragón. 

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