Los vaticinios de Pimentel: “La venganza del campo podría verse reflejada en cestas de la compra a 500 euros”

Para el exministro, el problema de la agricultura "no se soluciona con más subvenciones y aranceles a las importaciones, sino que hay que cambiar las políticas que dejan fuera de juego a los agricultores”

El exministro Pimentel, en el Foro ADEA, este miércoles

El exministro Pimentel, en el Foro ADEA, este miércoles / ADEA

El Periódico de Aragón

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El futuro del campo y de los agricultores está en juego, tanto en España como en Europa. Pero no solo eso. El futuro de la alimentación también está en el aire y dependerá de las recetas que se apliquen a un sector que se ha cansado y que ha trasladado su hartazgo a las calles y a las carreteras de todo el país.

Este miércoles, mientras los tractores circulaban por cientos de carreteras en protesta por la crisis agrícola, Manuel Pimentel, editor, consejero de Baker McKenzie y exministro de Trabajo, echaba mano de un repertorio de sentido común para ilustrar cómo se ha llegado a este punto y cuáles son las posibles soluciones a medio y largo plazo. “El problema del campo no se soluciona con más subvenciones y aranceles a las importaciones, sino que hay que cambiar las políticas que dejan fuera de juego a los agricultores”, sentencia.

Su libro, La Venganza del campo, es toda una premonición hecha realidad, un análisis sosegado y con gran angular de la realidad agrícola ha desmenuzado en el foro de Ejecutivos y Directivos de Aragón (Adea), celebrado en el hotel Palafox de Zaragoza. Allí ha hablado sobre la situación y perspectivas de la agricultura y la ganadería, los precios de la cesta de la compra, la pérdida de tierras cultivables, la dificultad de competir con otros países, la hiperlegislación y, en definitiva, del abandono y desprestigio que ha sufrido la agricultura desde que en 1991 cayó el muro de Berlín y se abrió la era de la globalización, que dio paso a la eliminación de aranceles y aduanas y a la libre circulación de bienes, servicios y mercancías.

La entrada de productos de terceros países, la llegada de los hipermercados y los supermercados, la dura competencia por abaratar los precios y una nueva PAC en la que se pagaba por no cultivar han sido, según afirmó Pimentel, los detonantes de un conflicto que se ha ido fraguando a fuego lento. Fue en aquellos años cuando se comenzó a “poner la bota en el cuello de los agricultores”, subrayó Pimentel.

"La venganza del campo"

La respuesta del sector se visibiliza hoy en toda España, algo que puede tener duras consecuencias ya que “la venganza del campo podría verse reflejada en cestas de la compra a 500 euros”. “Cuando los precios agrarios empezaron a subir, la venganza del campo empezó a actuar. La cesta de la compra, que estaba a entre 125 y 150 euros, ha sudido a entre 200 y 250 euros. Y ese carro de la compra, de continuar así, se va a poner a 400 o 500 euros. La alimentación, que no era un problema, se va a convertir en un problema de las clases medias porque va a suponer una parte significativa de sus rentas”, precisó con contundencia.

El exministro Pimentel, este miércoles en Zaragoza

El exministro Pimentel, este miércoles en Zaragoza / ADEA

Pimentel fue contundente al asegurar que “todas las normas aprobadas en los últimos años han implicado la limitación, restricción y encarecimiento de la producción agrícola”, algo que ha provocado una escalada de precios que continuará a futuro, pronosticó. “Nos preocupa más el medio ambiente que los alimentos” y eso, entre otras cuestiones, es lo que ha despertado la ira del campo, ha dicho el exministro ante un foro de más de 100 invitados entre los que se encontraban representantes empresariales, políticos e institucionales, entre los que se encontraba el consejero de Agricultura del Gobierno de Aragón, Ángel Samper, que ha observado con atención la conferencia.

“Se ha despreciado a la gente que nos da de comer”, se ha escuchado de boca de Pimentel. Como principales motivos de esta situación, aludió a la baja renta de los trabajadores, que han sido apuntados como enemigos del medio ambiente y maltratadores de animales. La situación se ha agravado, según el exministro por las restricciones impuestas con la normativa europea para el uso de fitosanitarios en el cultivo, las importaciones de producto extranjero y las grandes superficies de distribución, que han permitido producir a bajo coste, pero con una calidad inferior.

Cambio de ciclo

El exministro de Trabajo ha advertido que esta revuelta del campo responde a un “cambio de ciclo” marcado por la desglobalización, un proceso que comenzó a dar sus primeros coletazos con los aranceles impuestos en 2018 por el expresidente de EEUU, Donald Trump, al advertir que la partida la estaba ganando China. La pandemia –ha proseguido—se vivió como un cortocircuito en las reivindicaciones de los agricultures y provocó la entrada en “el mundo de los desajustes” por la dinámica globalizadora. Se vivió con la falta de microchips y se extendió a más sectores. Hoy, ha abundado Pimentel, “la agricultura ha perdido el foco y cada vez se valora menos”.

Por ello, consideró que las “tractoradas hay que tomarlas como un grito de ira y explosión”. Para Pimentel ha llegado el momento de que la Unión Europea tome medidas y se dé cuenta de que hay que “empezar a elaborar una estrategia alimentaria donde hablemos de una despensa de los ciudadanos con alimentación variada, sana y sostenible a un precio razonable”.