Situación hidrológica

Aragón mira al Ebro y se prepara para una crecida extraordinaria

Las previsiones apuntan a que no llegará al nivel de la de 2021 y no afectará a los núcleos urbanos

La cresta de la venida llegará a Zaragoza de cara al fin de semana, con un caudal en torno a 2.000 m3/s

Sigue el minuto a minuto de la crecida del Ebro

El río Ebro casi ha triplicado su caudal en las últimas 24 horas

El río Ebro casi ha triplicado su caudal en las últimas 24 horas / Jaime Galindo

Arturo Pola

Arturo Pola

El caudal sigue en aumento y la más que probable crecida extraordinaria del río Ebro se va a acercando a Aragón. Las precipitaciones previstas en las zonas de la cuenca del río, en especial en su margen izquierda, siguen provocando crecidas en los afluentes del Ebro (en especial en el río Arga) que ya están produciendo algunas afecciones en zonas de La Rioja y Navarra, por lo que es cuestión de tiempo que esa crecida se deje sentir en la comunidad.

A pesar de que a buen seguro la fuerza del agua generará algún contratiempo en los márgenes del río, lo que parece también claro es que esta crecida no llegará a la magnitud de 2018 ni de la de 2021, aunque sí que registrará las cifras para considerarla extraordinaria (más de 1.600 metros cúbicos por segundo). De hecho, las previsiones que baraja la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) dicen que será durante en la tarde del miércoles cuando en Castejón (Navarra) se llegará a alcanzar un pico de 2.200 metros cúbicos por segundo, un dato, el de Castejón, que sirve como referencia a los municipios de la ribera del Ebro de lo que pueden esperar.

No obstante, por el momento, desde el Gobierno de Aragón y desde las instituciones se mostraron tranquilos e hicieron un llamamiento a la calma. «Aragón se está preparando para la crecida», aseguró Jorge Azcón. Desde Delegación del Gobierno, Fernando Beltrán explicó que la situación actual es «de alerta amarilla» y que todavía es pronto para saber con seguridad «cómo vendrá el río». «De momento no hace falta tomar ningún tipo de medida, pero por supuesto que estamos muy pendientes de todas las novedades que se vayan produciendo y estamos preparados para activar todos las protocolos necesarios y poner en marcha todos los sistemas de coordinación si hiciera falta», aseveró Beltrán.

Previsión

Lo que es un fenómeno cíclico, el de las riadas, no ha pillado por sorpresa a la CHE, que desde el pasado domingo comenzó a advertir de las posibles consecuencias que podría ocasionar el caudal del río Ebro durante la semana. «Nuestra previsión es que lo que vamos a experimentar es una crecida extraordinaria de baja frecuencia», aseguró María Luisa Moreno, jefa de Hidrología de la Confederación Hidrográfica del Ebro, que explicó que es la que se produce «cada dos o tres años, cinco a lo sumo» y que no parece que en ningún caso se espera que llegue a los niveles ni de 2018 ni de 2021, ni en cifras de caudal ni en posibles problemas. «Habrá afecciones locales, en especial en las márgenes de los ríos, en las zonas contiguas y en los campos y en la huerta, pero no tenemos previsto que las afecciones lleguen a los cascos urbanos», informó.                              

No obstante, Moreno se mostró cauta y afirmó que es pronto para hacer pronósticos definitivos. «Todavía no se ha alcanzado el máximo del caudal en todos los afluentes. Cuando llegue ese momento se podrá calcular mejor ese efecto de traslación y sabremos mejor cuál será el total del caudal contenido en el cauce», subrayó.

El río Ebro, a su paso por Pradilla este martes

El río Ebro, a su paso por Pradilla este martes / EL PERIÓDICO

Según la jefa de Hidrología de la Confederación Hidrográfica del Ebro, la cresta de la crecida llegará a Zaragoza «en dos o tres días, de cara al fin de semana». La previsión del caudal que podría llegar a la capital aragonesa estaría en torno a los 2.000 metros cúbicos por segundo (una horquilla entre 1.800 y 2.200), un dato mucho menor del que se alcanzó en la última crecida extraordinaria, en el año 2021, cuando se llegó a alcanzar un caudal cercano a los 2.800 metros cúbicos por segundo.

Sin embargo, y a pesar de que no vaya a llegar a esos niveles, las consecuencias de la crecida del Ebro ya se están dejando notar aunque faltan todavía días para la llegada de su pico. No en vano, el caudal del Ebro casi se triplicó en solo 24 horas a su paso por Zaragoza. Si el lunes a mitad de tarde transportaba 208 m3/s, este martes a la misma hora el río, a su paso por la capital aragonesa, transportaba 572 m3/s. a Esto se tradujo en un crecimiento del nivel en casi un metro, pasando de una altura 1,5 metros a los 2,31 metros.

Los alcaldes de la ribera: "No sabemos nada, pero estamos alerta"

Tristemente acostumbrados están en los municipios que colindan con el río a las crecidas del Ebro. Los alcaldes de las localidades aragonesas que pueden verse afectados por el aumento de caudal se muestran por el momento tranquilos y aseguran que, por el momento, reina la calma entre los vecinos. «No parece que vaya a llegar al nivel de los años malos», afirmó Raúl Moncín, alcalde de Pradilla, que aseguró que desde la DGA no se han puesto en contacto con él. De la misma manera habló Raquel Coscolla, alcaldesa de Boquiñeni: «No tenemos constancia oficial de nada, pero estamos alerta». Palabras que también compartió Abel Vera, alcalde de Novillas.

Temporal

Y mientras muchas miradas se centran en el Ebro, Aragón está sufriendo las consecuencias de un temporal que ha provocado que las carreteras oscenses de Lanuza, Cerler, el Pueyo de Jaca, Hecho, Candanchú, Canfranc Estación y Bernués sufrieran cortes y alcanzaran el nivel rojo, lo que hizo obligatorio el uso de cadenas o neumáticos de invierno y que se prohibiera la circulación de camiones. En el Pirineo, se registraron en muchos puntos rachas de viento máximas de 100 km/hora y episodios de ventisca. Además, la acumulación de nieve obligó a cerrar la boca francesa del túnel de Somport.