Riesgos laborales

Dos sanitarios son agredidos cada día en Aragón

Se contabilizaron 722 ataques, un 49% más que en 2022, la mayoría verbales

Se va a incrementar el servicio de vigilancia de seguridad en al menos una decena de centros

Imagen de archivo de dos sanitarias aragonesas.

Imagen de archivo de dos sanitarias aragonesas. / ANDREEA VORNICU

Eva García

Eva García

Todos los días dos sanitarios son agredidos en Aragón. Así se desprende del informe anual de violencia externa, que recoge que en 2023 se notificaron un toral de 722 ataques a profesionales, un 49% más que el año anterior. La mayoría son verbales (65%) pero se han incrementado también las físicas, hasta alcanzar las 256 (un 31% más que en 2022). Así lo ha explicado este mediodía María Antonia Contreras García, jefa de servicio de Prevención del Servicio Aragonés de Salud, en la mesa técnica celebrada con los sindicatos. Contreras reconoció que existe un sesgo de género, ya que la mayoría de los actos violentos tuvieron como víctimas a mujeres (635) frente a 87 hombres. De las 722 agresiones, 20 profesionales tuvieron que cogerse una incapacidad temporal como consecuencia del ataque.

En cuanto al nivel asistencial, el número de actos violentos fue mayor en atención hospitalaria, que concentraron casi el 63% (450) frente al 38% en Atención Primaria y extrahospitalaria (272, 13 de ellas en domicilio). En cuanto al lugar donde se producen, en las consultas, aunque un 50% se han dado en las unidades de y salud mental y psiquiatría, según destacó la jefa de Servicio. Solo en 10 ocasiones se solicitó defensa jurídica, aunque según precisó Contreras, han podido solicitarla en los colegios profesionales. Policía Nacional registró en 2023 seis denuncias, todas en la provincia de Zaragoza.

El agresor suele ser el propio paciente, en casi un 79% de los casos o un familiar (21%). Y llama la atención que 122 son reincidentes. Al contrario que las víctimas, que son mujeres, en el caso de los agresores son hombres en casi un 60% de los casos.

17 centros con riesgo

Este aumento está «justificado» porque el objetivo es que afloren todos los casos. Para ello, se van a poner en marcha campañas de información porque «lo que no se comunica no se visualiza». Por eso, hizo hincapié en que tres sectores sanitarios facilitan la comunicación a través de medios electrónicos en lugar de papel y lápiz que dificultan la puesta en conocimiento de los casos.

Para atajar todo tipo de violencia se van a implantar medidas extra en los centros de salud con riesgo. 17 son los que este año superan la tasa de incidencia o han acumulado cinco o más agresiones. De momento, se va a incrementar el servicio de vigilancia de seguridad en siete centros de salud de Huesca y provincia, en cuatro de Teruel y provincia, dos en la provincia de Zaragoza y en todos los urbanos de Atención Continuada de la capital aragonesa que todavía no tengan implantada esta medida, que se irán sumando de forma progresiva a lo largo de la primavera.

Pero también se implantarán dispositivos personales y «otros» tanto para trabajar en consulta o en el domicilio, sin precisar cuántos ni donde pero sí que «se trabajará especialmente» en los centros de salud considerados problemáticos. Los equipos informáticos tienen implantado «el botón antipánico», que también existe en puntos de Atención Continuada donde hay más profesionales y se incorporará en otros lugares como «atención al paciente o consultas externas» y habrá otro «en atención hospitalaria y 061». También se incrementará la formación para abordar las conductas violentas tanto verbales como físicas.

Los sindicatos representando en la mesa técnica (Cemsatse, CSIF, CCOO y UGT) se mostraron «preocupados» por el aumento de la violencia. Laia Homedes, de Cemsatse, hizo hincapié en la «prevención» porque los trabajadores «no pueden tener miedo» en su puesto de trabajo y reivindicó herramientas como la geolocalización o el botón del pánico. Desde CSIF se mostraron sorprendidos por agresiones en los hospitales y solicitaron vigilantes de seguridad en todos los centros para prevenir porque «si se espera, es rehabilitación y no prevención», reconoció Jessica Fessenden. Desde UGT también hicieron hincapié en la necesidad de aumentar las medidas de seguridad y en la «tolerancia cero» contra las agresiones.