La gestión de la riada
El Ebro pierde fuerza y "no asusta" en la ribera
La crecida del río se queda en ordinaria en una jornada en la que pronto se pasó del miedo a la tranquilidad y en la que el agua ni siquiera amagó con penetrar en los núcleos urbanos
"Es una pena por los campos, pero estamos acostumbrados. Lo de este año es poca cosa", dicen en Pradilla
Los vecinos de los municipios afectados vuelven a reclamar la limpieza del Ebro para minimizar los daños de las riadas
Con el agua al cuello, pero sin llegar la sangre al río. Así se ha vivido en los pueblos de la ribera la crecida del Ebro. Una crecida que apuntaba a extraordinaria pero que, conforme fueron pasaron las horas, se ha quedado en ordinaria al no cumplirse las previsiones que había ido avanzando durante la semana la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Un aumento del caudal que no llegó a los núcleos urbanos ni causó grandes afecciones más allá de las pérdidas agrícolas, pero que ha dejado imágenes impresionantes a lo largo y ancho del cauce del Ebro.
Quiso el azar que un 29 de febrero, un día que solo se vive cada cuatro años, llegara a Aragón otro fenómeno cíclico en estas tierras, la riada, un acontecimiento que no se puede prever con tanta exactitud como un año bisiesto, pero que no pilla por sorpresa a casi nadie. No por ello se bajó el nivel de alerta, aunque se vivió en los márgenes del río una jornada más plácida de lo esperado.
Los mayores momentos de incertidumbre se vivieron a primera hora. La noche fue tensa en Novillas, el primer municipio aragonés que recibió la fuerza del agua proveniente de Navarra. El Gobierno de Aragón activó el Plan Especial de Protección Civil de Emergencias ante el Riesgo de Inundaciones (Procinar) en fase de Emergencia Nivel 2 debido a las inciertas previsiones. Por ello, en Novillas, la cresta de la crecida (que no fue cresta, fue meseta) era esperada por la Unidad Militar de Emergencia (UME), que desplegó 66 militares y 33 medios para hacer frente a las posibles consecuencias de la avenida. Fue un día en el que los distintos equipos de actuación (Guardia Civil, Protección Civil...) tuvieron un trabajo más de control que de intervención. «No hemos tenido que desalojar ninguna vivienda y se está trabajando fundamentalmente en tareas de achique», explicó Fernando Beltrán, delegado del Gobierno de España en Aragón, que apuntó a que el río pasó por allí con un volumen de 2.000 metros cúbicos por segundo.
Pradilla
El Ebro continuaba por su cauce y su próxima parada era una de las localidades más afectadas históricamente por las riadas: Pradilla, un pueblo que vivió con una sorprendente calma la jornada y con más curiosidad que nervios. El punto de reunión entre los vecinos fue el característico medidor que, dentro del río, sirve para comparar las crecidas. «Mojarnos no nos vamos a mojar. Pensábamos que iba a llegar más agua. Es una pena por los campos, pero estamos acostumbrados», afirmó Luis, un pradillano nonagenario que estuvo presente en las mayores riadas sufridas en su pueblo y a la que la actual le pareció «poca cosa». Algo parecido opinaron Pilar y Carmen, que paseando agarradas del brazo observaban el campo del fútbol y el parque completamente inundados: «No hay mayor problema ni mayor peligro. Esto al final pasa casi todos los años».
Las sensaciones de los vecinos de la Ribera Alta las confirmó con datos el presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, que se trasladó hasta las zonas afectadas y presidió una reunión de urgencia del Centro de Coordinación Operativa Integrado en el Puesto de Mando Avanzado, situado en Luceni. «Los datos son más tranquilizadores, lo cual no quiere decir que las precauciones no tengan que seguir manteniéndose al máximo», explicó un Azcón que corroboró lo que cada vez era más evidente: «Cuando comparamos esta crecida con las que sufrimos en 2021, en 2018, en 2015 o en 2003, nos llevan a decir que esta crecida no tiene por qué ser extraordinaria y quedarse, por suerte, solamente en una crecida ordinaria». No obstante, el presidente de Aragón subrayó que se mantendrá el nivel 2 de emergencia hasta al menos el día de hoy, jornada en la que se va a volver a reunir el CECOPI «para reevaluar» la situación.
Citados en Luceni se encontraban también los alcaldes de las localidades afectadas, que transmitían también un mensaje llamando a la calma. «Estamos atentos y en constante comunicación, pero los técnicos nos han dicho que podemos estar tranquilos, que las motas han aguantado y no va a haber que evacuar ninguna granja, que era una de nuestras grandes preocupaciones», comentó Raquel Coscolla, alcaldesa de Boquiñeni. Su homólogo de Pradilla, Raúl Moncín, habló en la misma línea de serenidad, aunque sacó a la palestra una de las grandes reivindicaciones de los vecinos de la zona, la limpieza del río Ebro: «Es un toque de atención. Se van haciendo trabajos, pero últimamente la cosa está muy parada en ese sentido».
Limpieza
Con toda la sensación de peligro pasada los picos de máximo caudal del Ebro continuaron su camino. En Cabañas son también buenos conocedores del comportamiento del río. Francisco, Santiago y Agustín, tres vecinos de Cabañas, charlaban tranquilamente a pocos metros del cauce «Esto no nos asusta. Ni punto de comparación con las de otros años, lo que sí que te trae son recuerdos. Estamos más que acostumbrados. Aquí la gente sabe lo que es que el agua entre en sus casas», afirmaron unos lugareños que lamentaron la falta de medidas para que las riadas no se produzcan tan a menudo: «Esta vez no va a pasar nada, pero ya veremos la que viene. Contra el fuego se puede luchar, pero contra el agua no. A Zaragoza le interesa que se inunden los pueblos de la ribera para que allí no les llegue el agua con tanta fuerza, por eso no van a limpiar nunca el río».
Mientras lo peor parece ya pasado en esas localidades, las miradas se centrarán este viernes en la capital aragonesa, donde la punta de la crecida se espera que llegue durante el mediodía, aunque también con mucha menos fuerza de la esperada. En concreto, la CHE apuntó que estiman que el pico del caudal del río Ebro llegue a los 1.600 metros cúbicos por segundo a su paso por Zaragoza, una cifra muy alejada de los casi 3.000 que se registraron en 2021.
Mucho más tranquilo ha sido el día en esta ocasión, con una crecida en la que el Ebro solo asomó la pata en la ribera y no mostró toda su fuerza. Sus vecinos, resignados, saben de sobra que no será la última riada que vivan. Hasta la próxima.
El Periódico de Aragón
El máximo de la crecida abandona Zaragoza y llegará esta noche a Villafranca
La Confederación Hidrográfica del Ebro informa de que el máximo de la crecida del Ebro ha pasado por Zaragoza con 1633 m3/s de caudal.
A última hora del día llegará a la localidad de Villafranca de Ebro y mañana por la mañana alcanzará Gelsa para posteriormente ser absorbido por el embalse de Mequinenza que, junto con Ribarroja y Flix, están laminando el episodio y manteniendo un caudal en el bajo Ebro estabilizado en unos 900 m³/s.
Se debe destacar nuevamente la gestión de los embalses antes y durante el episodio. Ullibarri y Urrúnaga, en el País Vasco; Eugi, Alloz, Itoiz y Yesa, en Navarra, Mansilla, en La Rioja y en el Sistema de Mequinenza, Ribarroja-Flix han sido capaces de reducir los caudales máximos aguas abajo de los mismos y aminorar las posibles afecciones.
Un ejemplo de ello es la significativa disminución de los caudales en el Zadorra en Vitoria, que hubieran sido de unos 350 m³/s y se pudieron reducir a 100, o el caso del Ebro en Castejón, donde los embalses redujeron los caudales máximos de unos 2450 m³/s a 2100.
La guardería fluvial está siguiendo con atención la evolución del episodio junto con otros técnicos de la Comisaría.
Las precipitaciones previstas para los próximos días podrán dar lugar a nuevos repuntes de caudal en los afluentes de la margen izquierda del Ebro entre su cabecera y el Gállego, no obstante, serán todos ellos bastante menores que los de este último episodio de crecidas. La cota de nieve, que se mantiene baja, hará que aumenten significativamente las reservar nivales en las cotas altas del Pirineo y que, por otro lado, las escorrentías no sean demasiado importantes en los afluentes pirenaicos.
La crecida desciende en la Ribera Alta del Ebro
En la Ribera Alta del Ebro el nivel del agua ya está en descenso, tras alcanzar ayer picos de 2.000 metros cúbicos por segundo, por lo que el puesto de mando avanzado, ubicado en Luceni, también se traslada ahora a la localidad de Pina, en la Ribera Baja, desde donde esta tarde se coordinarán todos los efectivos que se mantienen activos para atender cualquier incidencia así como para vigilar la resistencia de las motas y poder llevar a cabo cualquier intervención urgente.
Clavero ha constatado asimismo que las inundaciones de campos e infraestructuras ocurren cada vez que el caudal supera los 1.500 m3/sg, pero que es la seguridad de la ciudadanía y sus bienes lo que preocupa en estas situaciones, que en este caso no ha obligado a evacuar ninguna población aguas arriba de Zaragoza.
EFE
Aragón mantendrá el nivel de alerta hasta el sábado por la crecida tras pasar por Zaragoza
El Gobierno de Aragón mantendrá hasta este sábado el Plan Especial de Protección Civil de Emergencias ante el Riesgo de Inundaciones (PROCINAR) en fase de Emergencia Nivel 2 como medida de prevención y seguridad tras la llegada de la crecida del Ebro a Zaragoza, con un caudal de 1.670 hm3/sg, ligeramente por encima de una avenida ordinaria.
Así lo ha anunciado este viernes a los medios la consejera de Interior, Tomasa Hernández, tras presidir la reunión del Centro de Coordinación Operativa junto al director general, Miguel Ángel Clavero, para evaluar la situación tras la llegada ayer a Aragón de la punta de la última crecida del Ebro.
Hernández ha explicado que la decisión de mantener el nivel de emergencia tiene como objetivo mantener la coordinación de todos los medios porque "la situación está controlada" y para que la población de la Ribera Baja esté tranquila y sepa que "se les puede prestar ayuda en el momento que precisen".
En estos momentos hay activadas unas cien personas, aproximadamente la mitad efectivos de la Unidad Militar de Emergencias, movilizadas tras decretarse el nivel 2 de emergencia, mientras que el resto son bomberos de Diputación Provincial de Zaragoza, técnicos y voluntarios de Protección Civil y agentes de protección de la naturaleza, ha informado Clavero.
En la Ribera Alta del Ebro el nivel del agua ya está en descenso, tras alcanzar ayer picos de 2.000 metros cúbicos por segundo, por lo que el puesto de mando avanzado, ubicado en Luceni, también se traslada ahora a la localidad de Pina, en la Ribera Baja, desde donde esta tarde se coordinarán todos los efectivos que se mantienen activos para atender cualquier incidencia así como para vigilar la resistencia de las motas y poder llevar a cabo cualquier intervención urgente.
Clavero ha constatado asimismo que las inundaciones de campos e infraestructuras ocurren cada vez que el caudal supera los 1.500 m3/sg, pero que es la seguridad de la ciudadanía y sus bienes lo que preocupa en estas situaciones, que en este caso no ha obligado a evacuar ninguna población aguas arriba de Zaragoza.
Este sábado, a media mañana, se volverá a reunir el Centro de Coordinación Operativa en el que se valorará, como ha apuntado el director general de Interior, la posibilidad de desmovilizar alguno de los efectivos si se constata que ya no son necesarios.
En la capital aragonesa también están controlados los diferentes puntos inundables y se ha aprovechado para reforzar la mota de Torre Urzáiz en Movera.
Además se ha avisado a vecinos de Torre Urzaíz y Torre Sacha para que estén preparados en el caso de que fuera necesario desalojar, y para los vecinos del Actur, cuyos garajes habitualmente se inundan, se han preparado varios aparcamientos provisionales con unas 800 plazas, como ha explicado la alcaldesa, Natalia Chueca.
Chueca ha informado asimismo que la capital aragonesa también mantendrá activado hasta este sábado el plan de Protección Civil.
La última avenida extraordinaria del Ebro se registró en diciembre de 2021 con un caudal que en Zaragoza alcanzó los 2.148 m3/sg, por debajo de los 2.448 de marzo de 2015.
Espectacular panorámica del Ebro a su paso por Zaragoza
En imágenes | La riada pierde fuerza en la Ribera Alta donde ya se trabaja para volver a la normalidad
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