Zaragoza

La tranquilidad reina en el paso por Zaragoza de un Ebro "controlado"

El caudal del río cumple las previsiones y, con 1.600 m3/s, no provoca grandes incidencias en la capital

El Nivel de Alerta 2 se mantiene todavía mientras el dispositivo de seguridad se desplaza a la Ribera Baja

Arturo Pola

Arturo Pola

Llegó este viernes la esperada punta de la crecida del Ebro a Zaragoza y lo hizo como se preveía, con la capital aragonesa en estado de alerta y con todos los dispositivos de prevención desplegados y con la fuerza del agua muy por debajo de las cifras de anteriores riadas. Esas previsiones no hicieron confiarse a las autoridades y por ello el Ayuntamiento de Zaragoza activó el Plan Municipal de Protección Civil en fase de alerta amarilla.

Fue sobre el mediodía cuando el río Ebro alcanzó su máximo apogeo, con 1.633 metros cúbicos por segundo. En cuanto a la altura, la máxima antes de comenzar a descender fue de 4,51 metros. «La situación está muy controlada, hay que estar tranquilos. Las previsiones de caudal se están cumpliendo», aseguró la consejera de Presidencia, Interior y Cultura del Gobierno de Aragón, Tomasa Hernández. Por tanto, la crecida se ha quedado justo en el límite de ser extraordinaria y ha pasado sin producir daños materiales graves ni tampoco personales en la ciudad aragonesa.

No obstante, los servicios municipales tuvieron que actuar para arreglar una mota en el barrio rural de Movera o desalojando de modo preventivo a los vecinos de las urbanizaciones Torre Urzaiz y Torre Sancha. Asimismo, el consistorio zaragozano habilitó unas 800 plazas provisionales de aparcamiento en la Estación del Norte para que los vecinos del distrito del Actur, donde es frecuente que se inunden los garajes, pudieran dejar sus vehículos sin correr ningún tipo de peligro. «Sabíamos que no iba a ser una crecida extraordinaria, pero, aun así, los puntos inundables donde se podían tener afecciones tenían que estar controlados», explicó la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca. «Hemos tratado de actuar con carácter preventivo y evitar cualquier susto. Protección Civil ha revisado toda la ribera del Ebro para balizar, señalizar y cerrar algunos puntos críticos como son la desembocadura del río Gallego o el acceso a los galachos de Juslibol», añadió la alcaldesa.

Además, quiso recalcar que el dispositivo de prevención está «muy sistematizado y muy estandarizado»y utiliza «las últimas tecnologías con la máxima digitalización» que permite conocer qué puntos se van a ir inundando en función del caudal del río. «Nos ha servido de entrenamiento y nos ha servido para poder ver que todas las medidas que se han tomado, por parte de la CHE, río arriba pueden impactar para aplanar ese pico de crecida y para evitar consecuencias en la ciudad», resaltó Chueca.

Pasada en Zaragoza capital la sensación de peligro, la atención se centró en las siguientes horas en la Ribera Baja. El centenar de efectivos que había instalado su campamento base en Luceni se desplazaron a los municipios más amenazados de la zona, en especial en Pina de Ebro, donde se trasladó el Puesto de Mando Avanzado, y alrededores.

Ribera Baja

Desde allí, durante la tarde noche se sigue manteniendo una estrecha vigilancia sobre los puntos que pueden ser más conflictivos, con atención especial a las motas dispuestas. No obstante, los cuerpos de seguridad no están teniendo que enfrentarse a ninguna incidencia grave y no hay actuaciones de extrema urgencia. El director general de Interior y Emergencias, Miguel Ángel Clavero, indicó, sin embargo, que se mantenía activado el Plan Especial de Protección Civil de Emergencias ante el Riesgo de Inundaciones (PROCINAR) en fase de Emergencia Nivel 2 con el objetivo de que haya coordinación entre los medios y se informe de manera puntual a los vecinos que pudieran verse afectados.

Con respecto al mantenimiento del dispositivo, Clavero explicó que en la reunión que el CECOPI mantendrá el sábado, cuando se valorará la posibilidad de desmovilizar alguno de los efectivos «si realmente consideramos que no son necesarios» en el que parece que será el último día de máxima alerta en la comunidad por el Ebro.

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