Contratación en origen

"En mi país, Ecuador, hay mucha gente que quiere trabajar en España, pero les ponen muchas trabas"

El ecuatoriano José Luis Méndez llegó a Zaragoza en 2007 y asegura que los trámites para la contratación en origen ahora son «más complicados»

José Luis Méndez

José Luis Méndez

Arturo Pola

Arturo Pola

José Luis Méndez sabe bien lo complicado que es para un extranjero empezar de cero en España, por mucha voluntad que ponga el interesado en encontrar un puesto de trabajo que le permita comenzar una nueva vida. Lo sabe por experiencia propia, ya que vino en 2007 a Zaragoza como camionero, y lo sabe también por la gente que tiene a su alrededor, ya que el nacido en Ecuador, por la inestabilidad que sufre su país de origen, ha ido trayendo a sus seres queridos a tierras aragonesas y cada vez lo está teniendo más difícil.

«Mi llegada fue la más fácil con diferencia», afirma Méndez, de 52 años, que explica que cuando le llegó una oferta de una empresa de transporte aragonesa lo tuvo claro: «Las condiciones eran buenas, apostaban por nosotros (llegó con un grupo numeroso de compatriotas) y nos dijeron que en pocas semanas estaríamos ya trabajando», recuerda.

Dicho y hecho. El ecuatoriano asegura que desde que tomó la decisión de venir a Zaragoza hasta que comenzó a hacer viajes con su nueva empresa pasaron solo tres meses en los que un curso intensivo en la autoescuela y la convalidación del carné de conducir fue suficiente. «Ahora lo complican todo. En realidad no es un proceso tan diferente, pero lo complican todo», incide visiblemente molesto.

"De donde yo vengo hay miles de camioneros que están deseando venir, pero con todas las trabas que hay luego a muchos se les van las ganas"

Una de las complicaciones de las que habla José Luis es el canje u homologación de un permiso de conducir, un trámite que, sumado a la implantación del CAP (un curso para transportistas) está convirtiendo en un verdadero viacrucis la llegada de camioneros a España.

No lo está sufriendo en sus propias carnes Méndez, pero como si así fuera, ya que el tedioso proceso lo está atravesando su hijo, que ya trabajaba conduciendo un camión en Ecuador pero, que ahora en España y por estas dificultades, tiene un empleo instalando placas solares. «He pasado dos meses enteros, día tras día sin excepción, llamando por teléfono y pidiendo una cita por internet en la DGT para que mi hijo pudiera hacer el canje», subraya. Tal fue su empeño que por fin su insistencia tuvo premio, pero mucho más lejos de lo que le hubiera gustado a la familia Méndez. «La única cita que pude conseguir fue en Melilla y mi hijo tuvo que viajar hasta allí solo para hacer este trámite», asegura.

El contrato

Ahora, José Luis se tendrá que volver a armar de paciencia porque quiere repetir el proceso con su hermano. «Mucha gente quiere venir a trabajar. De donde yo vengo hay miles de camioneros que están deseando venir, pero con todas las trabas que hay luego a muchos se les van las ganas», reflexiona el ecuatoriano.

"Una amiga mía tiene el título de enfermería. Lleva más de tres años para que le concedan la homologación y de momento dice que no hay manera"

A pesar de la evidente falta de mano de obra, algo similar ocurre con las empresas en este caso, a las que les cuesta un desembolso extra contratar trabajadores en origen. «Si venimos con un contrato de trabajo, la empresa tiene que pagar a la Seguridad Social desde el primer día y hay veces que podemos estar meses sin poder empezar a trabajar», explica.

Sin embargo, el del transporte no es el único gremio en el que la burocracia pone freno a la llegada de trabajadores del extranjero. «Una amiga mía tiene el título de enfermería. Lleva más de tres años para que le concedan la homologación y de momento dice que no hay manera. Le prometieron que el trámite duraría mucho menos tiempo y ahí sigue. Tiene muchas ganas de venir a Zaragoza y cambiar de aires, pero es que igual al final no lo consigue. Algo hay que cambiar», se lamenta el ecuatoriano.