EL ANIVERSARIO DEL MAYOR ATENTADO DE LA HISTORIA DE ESPAÑA

Un aragonés en la comisión de investigación del 11M: "Pilar Manjón calló a todos con su discurso"

José Antonio Labordeta fue el portavoz del grupo mixto en la comisión de investigación del 11M y Paco Pacheco, su asesor entonces, recuerda la «impresionante» intervención de Pilar Manjón en una comisión que se convirtió "en un arma arrojadiza"

Paco Pacheco, detrás de Labordeta y con camisa azul, en la segunda fila, junto a Uxue Barcos.

Paco Pacheco, detrás de Labordeta y con camisa azul, en la segunda fila, junto a Uxue Barcos. / Cedida

Paco Pacheco recuerda el silencio que provocaron las palabras de Pilar Manjón en el Congreso de los Diputados. Habían transcurrido varios meses de bronca y jaleo durante el desarrollo de la comisión de investigación del 11M cuando Manjón compareció en representación de las víctimas del atentado yihadista que segó la vida de 192 personas. «¿De qué se reían, señorías? ¿qué jaleaban?, ¿qué vitoreaban en esta comisión?», les reprendió la madre de una de las víctimas mortales ante lo que criticó como «la política de patio de colegio».

«Fue una cosa impresionante que nadie te puede contar con palabras. Las emociones, la verdad y el silencio que se generó ante una mujer que empezó a hablar con tal entereza... Las comparecencias habían sido muy broncas hasta entonces y Pilar les calló porque lo hizo de corazón», relata Pacheco, uno de los aragoneses que participó en la comisión de investigación como asesor de José Antonio Labordeta, portavoz del grupo mixto y diputado de CHA entre los años 2000 y 2008.

Apenas habían transcurrido dos meses de la masacre cuando España se puso a buscar respuestas al mayor atentado terrorista de su historia. La comisión de investigación se constituyó el 27 de mayo de 2004 en el Congreso para esclarecer las circunstancias en las que se produjo la matanza y la gestión de la información por parte del Gobierno de José María Aznar hasta el 14 de marzo, fecha en la que estaban convocadas las elecciones.

Pila de carpetas con información sobre el atentado del 11M

Pila de carpetas con información sobre el atentado del 11M / ANGEL DÍAZ / efe

«Durante los días posteriores a las elecciones no salió nadie a explicarnos nada. Había una demanda social muy importante porque querían saber quién había hecho esto y por qué», explica Pacheco, que hace alusión a la montaña de documentación que empezó a llegar a la sede del grupo mixto cuando Labordeta decidió que iban a meterse de lleno en la comisión. «Nosotros solo teníamos un diputado y la capacidad de operación es mínima, más si cabe en un tema tan trascendente, y sin saber cómo funcionaba una comisión de investigación», cuenta. «Sin embargo, Labordeta tenía ese espíritu para meterse en las causas imposibles y quería estar en la comisión como fuese. Él decía que iba a ser un tema tan relevante políticamente como la Transición. Quería ser partícipe, conocer qué había pasado», relata Pacheco, que hoy trabaja para el grupo parlamentario de CHA en las Cortes de Aragón.

Por la sala de comisiones comenzaron a pasar decenas de expertos y responsables de mandos policiales. «Era todo hipertécnico: el titadine, la Goma-2, qué material se explotaba en las minas de Asturias... Todos sabían mucho más que nosotros y nos tranquilizó el grado de profesionalidad y cualificación que mostraron», apunta Pacheco.

«Nos mandaron las transcripciones de las conversaciones en las que el Ministerio del Interior exigía al representante español ante la ONU que el plenario emitiera una declaración condenando el atentado pero en el que apareciera la palabra ETA"

Sin embargo, hubo detalles que afloran en la conversación y que veinte años después le saltan a la memoria. «Nos mandaron las transcripciones de las conversaciones en las que el Ministerio del Interior [lo dirigía Ángel Acebes] exigía al representante español ante la ONU que el plenario emitiera una declaración condenando el atentado pero en el que apareciera ETA. Les respondían que la ONU no quería que apareciera la palabra ETA porque los servicios secretos de algunos países europeos tenían constancia desde el primer día de que había sido terrorismo islamista», cuenta. 

Otra de las cuestiones que más impresionó a Labordeta y Pacheco fue ver los informes de los servicios secretos españoles que estaban investigando células yihadistas desde los años 90. «Y no eran ni una ni dos, sino una enorme cantidad de células con un alto grado de radicalidad. Por aquel entonces nadie sabía a pie de calle nada sobre el yihadismo», recuerda Pacheco.

Un «arma arrojadiza»

La otra cara de la comisión estuvo en la carga política del momento. «Es verdad que se convirtió en un arma arrojadiza. Se acabó la comisión pero no el 11M y estuvimos cuatro años oyendo que el de Zapatero era un Gobierno ilegítimo», explica el asesor de Labordeta, que cree que las víctimas estuvieron bien representadas pero que nunca se llegó a hacer justicia política. La investigación concluyó que el Gobierno de Aznar había «tergiversado y manipulado» la información para fines electorales.

Una de las intervenciones de Labordeta suscitó cierto interés mediático. El aragonés le preguntó al fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, sobre la furgoneta Kangoo hallada en Vallecas con cintas que contenían versos coránicos. Fungairiño le espetó que nunca había oído hablar de la furgoneta, que seguía creyendo que ETA era culpable de Atocha, que no leía nunca los periódicos y que por televisión sólo veía los documentales de la BBC. 

Suscríbete para seguir leyendo