UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA

Las obras de la Facultad de Medicina se retrasan al curso 2025-2026

La previsión era empezar este mes de junio, pero la tramitación se ha demorado y el proyecto todavía no se ha licitado

Se construirán dos edificios nuevos y se reformará el central 

El edificio central de Medicina no se derribará, sino que será reformado.

El edificio central de Medicina no se derribará, sino que será reformado. / María Muñoz

Ana Lahoz

Ana Lahoz

La reforma de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza se retrasa «como pronto» hasta el curso 2025-2026. En principio y tal y como se había señalado desde el campus público, la intención era comenzar con los trabajos en junio de este mismo año, pero la tramitación se ha demorado «muchísimo». En estos momentos, el proyecto que redactó en octubre de 2023 la Unidad Técnica de Construcciones de la institución académica sigue en el Servicio de Patrimonio, Compras y Contratación, dependiente de la Vicegerencia Económica y Financiera de la Universidad de Zaragoz

«Los plazos se han ido dilatando y como pronto hasta el curso 2025-2026 no veremos movimiento ni obreros», señala a este diario Javier Lanuza, decano de la Facultad de Medicina. «El horizonte que tenemos ahora es que para este verano se puedan licitar el proyecto técnico y la ejecución de las obras, para las que habrá un periodo para presentar ofertas y también alegaciones. Después, la última fase será el proyecto definitivo de obra para que una constructora proceda a ello. Hablamos de procesos que obligan a que la estimación inicial se demore mucho», reitera Lanuza.

En el edificio A sí se acometerán obras este año.

El edificio más próximo al centro deportivo Gran Vía será demolido. / María Muñoz

Lo que sí se mantiene sobre la hoja de ruta es que los trabajos comenzarán en el bloque B y, además, ya está definido cómo será: se reformará el edificio central (no se derribará) y se demolerán los dos anexos para construir dos nuevos y con altura. «Nuestro espacio, como mínimo, se triplicará», señala el decano.

De este modo, el edificio central, que alberga actualmente el hall principal y las aulas, mantendrá su fachada y se procederá a una rehabilitación íntegra del interior. Por su parte, el inmueble anexo y alargado que da a la calle Violante de Hungría y está próximo al centro deportivo Gran Vía será derribado. «Ahí se celebran ahora los seminarios, pero pasará a ser un edificio nuevo con planta sótano, planta baja y dos alturas. La idea es congregar ahí la biblioteca de Ciencias Biomédicas de la universidad, que aunaría la biblioteca actual de Medicina, la de Ciencias de la Salud y la hemeroteca de la facultad. Tendrá una entrada independiente por Violante de Hungría e incluso un horario aparte, la idea es que sea un espacio más abierto», detalla Lanuza.

Investigación

El segundo edificio que se demolerá es la actual biblioteca, también anexa y que al ser trasladada en el futuro quedará totalmente libre para construir. «Se hará igualmente un edificio de dos plantas de altura, con planta baja y sótano. Aquí, la idea es que en el sótano se instale el Centro de Donación de Cuerpos y Disección del campus, mientras que en la planta calle estaría el hospital virtual, con su centro de simulación», indica el decanos.

Las dos plantas de este inmueble, por su parte, se dedicarán «exclusivamente» a investigación. «Ahí estarán todos los laboratorios que ahora mismo tenemos dispersos por diferentes departamentos con el fin de facilitar la interacción entre los grupos y que todos los servicios estén juntos», añade el decano.

«La reforma es muy necesaria porque este curso cumpliremos 50 años en funcionamiento y los edificios se están quedando obsoletos. Hasta ahora hemos ido poniendo parches, pero no es la solución», recalca Lanuza.

En el edificio A sí se acometerán obras este año.

En el edificio A sí se acometerán obras este año. / María Muñoz

Mientras la tramitación para las obras del edificio B se resuelve, donde sí se actuará ya este curso y durante el siguiente es en el edificio A (próximo al hospital Clínico). Aquí, gracias a unos fondos recibidos por haber aumentado el número de estudiantes de Medicina, se va cambiar el sistema de climatización al completo. «Las cubiertas van a ser todo paneles solares», avanza Lanuza. Parte de ese dinero se usará también para gastos de funcionamiento y equipamiento. «Ese edificio no se demolerá, pero se reformará entero con el tiempo», matiza.

En cuanto a la reubicación del alumnado cuando se inicien las obras en el B, la idea es «ajustar» los horarios de prácticas y teorías del edificio A para que «por las mañanas» los estudiantes vayan allí. «Enfermería y la Universidad de la Experiencia sí tendrán que buscar otros espacios. Ya se ha hablado de la antigua Facultad de Educación, donde también podrían derivarse seminarios de 20 o 40 alumnos o la secretaría de los departamentos. Además, se podrían usar algunas dependencias del Cervantes, como se ha hecho con Filosofía», indica el decano. 

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