ACTIVOS ARAGÓN

El atlas de las exportaciones de Aragón: Europa como bastión y las nuevas rutas a conquistar

El comercio con las potencias del Viejo Continente dispara el saldo exterior aragonés y protegen el frenazo de grandes mercados lejanos como China, Estados Unidos, Latino América, Oriente Medio

Recuperar el peso perdido por los conflictos internacionales y la rotura de la cadena es la asignatura pendiente

Dos carretillas mueven mercancías en la Terminal Marítima de Zaragoza.

Dos carretillas mueven mercancías en la Terminal Marítima de Zaragoza. / JOSE MIGUEL CALVO

El sello de la cuatribarrada está cada vez más presente en los mercados de todo el mundo y el tejido económico aragonés saca pecho porque Aragón exporta más que nunca. En una década, el saldo comercial hacia el exterior ha crecido de forma imparable hasta alcanzar un negocio de 17.624,6 millones de euros, el doble que en 2013, tras acumular 11 años de alza ininterrumpida. Si hace diez años Francia, el principal cliente comercial de la comunidad, recibía mercancías aragonesas por valor de 1.643 millones de euros, hoy el negocio tira hasta los 3.594 millones. Lo mismo ocurre con Alemania, Italia, Portugal y Reino Unido, que completaban en 2013 el top cinco comercial y lo siguen haciendo hoy.

Parece sencillo pues deslabazar poco a poco ese dibujo de luces que alumbran los datos a lo bruto, pero lo cierto es que la tendencia también deja alguna que otra sombra: el comercio exterior aragonés va como un tiro gracias al impulso de Europa, que cada vez acapara más producto aragonés. Al mismo tiempo, regiones asiáticas o latinoamericanas con las que se habían empezado a forjar fuertes vínculos comerciales retroceden en su menor interés por el producto local. Potencias en crecimiento como México, China, Arabia Saudí o India han dado un importante paso atrás, paliado en parte por los brotes verdes que alumbran Turquía, Polonia o Kazajistán, que se erigen hoy como un manantial de oportunidades para las casi 5.000 empresas aragonesas que venden sus productos en el comercio internacional. 

Desde el crac de la pandemia, el Viejo Continente absorbe cada vez más producto aragonés (un 83% del total de las exportaciones de la comunidad) en detrimento de mercados como América Latina, Asia Central, Oriente Medio o África, en los que las ventas aragonesas han dado un frenazo en 2023 tras marcar máximos históricos durante el año previo. 

El bajón más abrupto fue sin duda el que protagonizó el portazo de China con la pandemia. Aragón llegó a enviar al país del dragón ventas por valor de más de mil millones de euros en 2020, pero en 2022 la facturación cayó hasta los 475 millones, cifra que incluso se redujo hasta los 465 millones el año pasado. Especialmente significativas son también las caídas de México (con 121 millones en 2023 registra su dato más bajo desde 2015, con la excepción del covid), Reino Unido (las exportaciones cayeron un 4% para seguir bajando puestos del ranquin), Corea del Sur (descenso del 47%), Japón, Emiratos Árabes Unidos, Canadá o Brasil (todos con frenazos superiores al 25%). En revertir esa tendencia para explotar ese mar de oportunidades está el reto.

Las explicaciones hay que buscarlas en la cada vez más compleja cadena de suministro, que ha obligado a los países europeos a repensar sus relaciones comerciales para enfocarse en la proximidad, algo que tiene relación directa con el crecimiento de las relaciones intraeuropeas en un vertiginoso contexto geopolítico. El mejor ejemplo de ello es el automóvil, que sigue siendo el rey del producto aragonés al acaparar un tercio del negocio exterior aragonés por un valor de 5.920 millones de euros impulsada por la Stellantis y la industria auxiliar. 

En busca de oportunidades

Por su parte, la industria agroalimentaria también mantiene un importante peso en términos absolutos, pues crece un 20% y suma 3.583 millones de negocio. Llama la atención el peso de las exportaciones alimentarias a Asia Central (China, Japón o Corea del Sur), con ventas por valor de 858 millones de euros de los que buena parte corresponden al poderoso porcino aragonés, si bien este negocio también cae en 2023.

En el mundo del comercio exterior es habitual hablar el lenguaje de las oportunidades y de los países emergentes. Así entienden aquellos en los que el crecimiento económico abre una vía de oportunidades y también aquellos que todavía están vírgenes para el negocio. Al primer grupo pertenecen países como Kazajstán, que acapara dos tercios del PIB en el Cáucaso, está diversificando su economía y cuenta con una incipiente clase media. Los productos aragoneses han escalado en importancia y venden ya por valor de 12,3 millones cuando apenas superaban los cinco en 2019. Junto a Ubzekistán, que importa por valor de 3,7 millones, ha despertado el interés de la Cámara de Comercio, que busca realizar misiones comerciales en esta región. 

«El denominador común de los países en los que vamos a trabajar es que se pueden atacar sectorialmente con empresas complementarias del ámbito industrial, de los bienes de equipo o las ingenierías», explica Miguel Ángel Martínez, jefe del Servicio de Promoción Exterior de Cámara Zaragoza, antes de explicar que este año han lanzado un foro de trabajo para mercados objetivo que incluye Estados Unidos, Reino Unido, Asia Central y Marruecos en el primer semestre e India, Asia Sudoriental, México y Europa del Este para la segunda mitad del año. 

Por su parte, Polonia está aprovechando el tirón inversor que le confirió su entrada en la Unión Europea en el año 2004, recibiendo ayudas similares a las que recibió España en los años 90. Las empresas aragonesas exportaron al país polaco mercancía por valor de 542 millones de euros tras crecer en un año un 19%. Turquía ha disparado su relevancia en el tejido exportador aragonés, pasando de un volumen de 268 millones de euros a rozar los 750 millones de euros en los últimos diez años. Marruecos no es ya una sorpresa. En esa relación de amor-odio que tiene España con su país vecino es clave el comercio exterior, pues un país que tiene el mismo PIB que Andalucía se queda la mitad de todo lo que exporta España a África. Por la parte aragonesa, triunfan los bienes de equipo, las semimanufacturas, el automóvil y, sobre todo, la alimentación, que creció en 2023 un 173%.

«Merece especial atención Estados Unidos, que es la primera economía mundial pero con quien nuestro comercio es ínfimo. 12 de sus 50 estados tienen mayor PIB de España. El potencial es enorme, pero es complejo por normativas, regulaciones… Emerge como un mar de oportunidades y las hemos detectado sobre todo en los sectores de bienes industriales o bienes de consumo», señala Miguel Ángel Martínez. «De La India no puede decirse que sea un mercado virgen, pero casi. Tiene muchas dificultades: son complejos en la forma de relacionarse y negociar y los canales de distribución son más difíciles que en Europa», señala Martínez. 

La cosa parece clara. Aragón exporta más que nunca y todo el tejido empresarial lo celebra, pero los retos son cada vez mayores en un mundo cada vez más complejo en unos tiempos en los que se empieza a poner en duda la globalización. Costará conquistar esa ruta hacia la diversificación comercial que Aragón necesita.