Los gigantes tecnológicos anclan sus ‘nubes’ en Aragón

La comunidad autónoma emerge como uno de los destinos preferidos en España y Europa para la instalación de centros de datos, con planes millonarios de Amazon Web Services (AWS) y Microsoft a los que podría sumarse Meta

El interior de un centro de datos de Amazon Web Services (AWS).

El interior de un centro de datos de Amazon Web Services (AWS). / EL PERIÓDICO

Las fotos de la última Nochevieja, el Instagram de un viaje a Roma, la serie preferida de Netflix o las conversaciones del grupo de trabajo del Whatsapp. Toda la vida digital que nos rodea se guarda en grandes cajas de hormigón, infraestructuras físicas que almacenan y procesan la ingente información que consumen y generan empresas y particulares. Son los llamados centros de datos, que están proliferando como setas en Aragón, comunidad que ha emergido como uno de los territorios preferidos en España y Europa para levantar unas instalaciones que son esenciales para la digitalización de la economía y el despegue de la revolucionaria inteligencia artificial. Amazon Web Services (AWS) y Microsoft así lo atestiguan y suenan campanas de que también lo haga Meta (Facebook). De esta manera, hasta tres de las cinco gigantes tecnológicos de Estados Unidos, los llamadas bigtech, echarían el ancla de sus nubes en este territorio. «Es uno de esos lugares en los que piensa ahora todo el quien quiere invertir en este mercado», resalta una fuente relevante del sector.

«Quiero que nos convirtamos en la Virginia europea», afirmó el presidente de Aragón, Jorge Azcón, en una jornada organizada hace un mes por este diario. Este estado norteamericano es hoy el mayor epicentro mundial de los centros de datos, con una capacidad de consumo de energía combinada de 2.552 megavatios (MW). En Europa, las principales ubicaciones son Irlanda y Países Bajos, en parte por los incentivos que ofrecen sus gobiernos, pero España también se ha posicionado como uno de los principales destinos. En el mapa nacional despuntan Madrid y Barcelona, pero Aragón está a la zaga y con un gran potencial de crecimiento.

El primero en descubrir las bondades que la comunidad ofrecía para esta industria fue AWS, la filial tecnológica del gigante del comercio electrónico, que desde hace casi un año y medio tiene en operación tres datacenters en Villanueva de Gállego, El Burgo de Ebro y Huesca, cuya capacidad supera conjuntamente los 300 MW. La compañía trabaja ya en la ampliación de estas instalaciones. Pero la cosa no que ahí. La multinacional fundada por Jeff Bezos está negociando la compra de un volumen ingente de suelos para futuros desarrollos, según aseguran a este diario fuente conocedoras de la operación. 

Si fructifican sus planes, podría llegar a triplicar o, incluso, cuadriplicar las 43 hectáreas que ahora ocupan sus actuales emplazamientos, donde contempla llegar a edificar una cuarta parte de la superficie. En esa futura expansión se enmarca la reciente compra de 10 hectáreas en el Parque Tecnológico Walqa de Huesca, próximo al polígono Plhus donde ya tiene en marcha uno de sus centros.

Polígono El Espartal II de El Burgo de Ebro donde se ubica el centro de AWS y todavía quedan terrenos disponibles.

El polígono El Espartal II de El Burgo de Ebro, donde se ubica el centro de AWS y todavía quedan terrenos disponibles. / AYUNTAMIENTO DE EL BURGO DE EBRO

El segundo gigante que puso sus ojos en Aragón fue Microsoft, que anunció en octubre la instalación de tres campus de datos. De momento, se conocen dos ubicaciones, el Parque Tecnológico del Reciclado (PTR) de Zaragoza y el polígono Centrovía de La Muela, donde la compañía ya ha cerrado acuerdos para la adquisición de terrenos (63,7 y 93,8 hectáreas, respectivamente). El tercer destino todavía es una incógnita tras descartarse la opción de La Puebla de Alfindén. 

A estos dos titanes digitales podría sumarse Meta, propietario de Facebook e Instagram, que ha sondeado el territorio en busca de suelos, según confirman fuentes del sector, pero todavía no hay ningún proyecto en firme.

¿Qué tiene Aragón para despertar tanto interés? No hay una única razón que explique el tirón que la comunidad. Se debe a la concatenación de varios de los ingredientes básicos que requieren este tipo de proyectos. La abundancia de energías renovables, la disponibilidad de agua, la oferta de grandes porciones de suelo a precios competitivos y la buena conectividad a nivel de redes de fibra óptica forman los mimbres que tanto atraen a este sector.

A las condiciones inherentes de esta tierra hay que añadir, según destacan desde el sector, la «alfombra roja» puesta por el Gobierno de Aragón para el despliegue de inversores ligadas al mundo cloud. «Hay una Administración autonómica que ha entendido la importancia para el futuro de la sociedad y la economía que tiene el almacenamiento y procesamiento de datos», señala Manuel Giménez, director ejecutivo de Spain DC, la patronal española de data centers, que ensalza la «profesionalidad», el «carácter proactivo» y la «agilidad» administrativa que han demostrado tanto el actual Ejecutivo de Jorge Azcón como el anterior de Javier Lambán. 

Giménez pone asimismo el énfasis en la ubicación de Aragón, cerca de Madrid y en la confluencia de las redes troncales de internet que entran a España por el País Vasco y Cataluña. 

El "efecto arrastre" y el "círculo virtuoso"

Que AWS apostara por situar aquí su octava región de datos en Europa ha generado, según el experto, un «efecto arrastre». «En el momento que una ubicación geográfica empieza a concitar el interés de algunos actores provoca el círculo virtuoso que se está produciendo en Aragón. Las comunicaciones digitales tienden a agruparse. La hiperconectividad va de eso», sostiene. Si la DGA «continúa haciendo las cosas bien», agrega, este enclave será «una referencia en el mercado español y europeo», sobre todo para aquellos centros que requieran más computación y almacenamiento y no sean tan exigente en términos de conectividad y latencia.

Félix Gil (Tecnara): «El reto de crear un ecosistema de talento y conocimiento»

El sector tecnológico de Aragón ve la llegada de AWS y Microsoft como una «una oportunidad» para generar alrededor de los dos gigantes digitales «un ecosistema de personas, talento y conocimiento». «Ese es el gran reto», asegura Félix Gil, presidente de Tecnara, el clúster de tecnología de la comunidad, que considera necesario la «implicación de todos» para sacar el máximo partido a la implantación de los centros de datos. «Los beneficios no llegan de un día para otro, se necesita tiempo», apunta. Por ello, aboga por «transformar» la forma «educar, formar y trabajar» para contar con más perfiles STEM, lo que exige incrementar las plazas tanto en la universidad como en la FP. «Todavía no tenemos resultados prácticos, pero se están dando pasos», concluye.

«Aragón se ha convertido en un referente del sur de Europa en este sector y eso nos abre las puertas a nuevas inversiones y a poder ser epicentro un ecosistema tecnológico», asegura Mar Vaquero, vicepresidenta y consejera de Economía del Gobierno de Aragón, que señala a Virginia como «aspiración» y «modelo de referencia». A su juicio, el desembarco de las citadas multinacionales «nos sitúa en el mapa» de la industria digital, pero cree que no se trata solo de atraer nuevos operadores, sino también de «fomentar a los que ya tenemos». 

«Vamos a ser un líder tecnológico y este Gobierno está implicado en ello», remarcó. «Ofrecemos a las empresas lo que buscan: agilidad administrativa, certidumbre, seguridad jurídica y estabilidad política», recalcó. En este sentido, confió en cumplir el compromiso de avanzar en la simplificación a la hora de tramitar proyectos e inversiones.

No cabe duda de que la comunidad ha metido la cabeza en un sector en plena ebullición en todo el mundo. Las inversiones previstas en Aragón para la próxima década superan la friolera de los 9.000 millones (2.500 de AWS y 6.600 de Microsoft). Estas cifras serán mucho más tímidas a nivel de empleo, ya que estas infraestructuras no son intensivas en personal. Los beneficios sobre el territorio tampoco serán sobresaliente de un día para otro, como se ha visto con los datacenters de Amazon que llevan más de un año en operación. Desde las empresas del sector y la DGA defienden que los efectos positivos de esta actividad llegan en forma de lluvia fina, pero dibujan un futuro radiante en torno a estos centros. «Al principio son decenas de empleos y luego cientos, pero acabará siendo un ecosistema con miles de trabajos», auguran desde Spain DC.