Entrevista | Antonio Gericó Presidente ejectuvio de Aramón

«De cada euro que gasta un esquiador, 20 céntimos se quedan en la estación y 80 en el entorno»

«Tenemos que seguir invirtiendo para adaptarnos a los retos y asegurar el futuro de los valles en los que operamos»

«Atraer más público internacional y la desestacionalización son dos de los grandes objetivos en los que trabajamos»

Antonio Gericó, presidente ejecutivo de Aramón, en la estación de Fomigal | ‘activos’

Antonio Gericó, presidente ejecutivo de Aramón, en la estación de Fomigal | ‘activos’ / Servicio Especial

Antonio Gericó es presidente ejecutivo del grupo Aramón, participado al 50% por el Gobierno de Aragón e Ibercaja. Nacido en Sallent de Gállego (Huesca) hace 55 años, su trayectoria ha estado ligada siempre al turismo y el sector del esquí. Lleva la nieve en sus genes. Su padre ya trabajó en un remonte de Formigal. Entró en la compañía en 2007, donde fue nombrado director general en 2014.

¿Qué supone haber pasado de director general a presidente ejecutivo del grupo Aramón?

A lo que ya venía haciendo, la dirección y la gestión de la compañía, ahora se suma la representación institucional y la dirección del propio consejo de administración. En el plano personal no puedo estar más que orgulloso, agradecido enormemente después de 20 años trabajando en el grupo. También sabiendo que esto lleva una responsabilidad que asumo con mucha energía e ilusión. Sin duda es un reconocimiento por parte de los accionistas a la gestión que hemos realizado en estos últimos años, en los que se han conseguido cosas importantes, como ser sostenibles económicamente. El grupo ha ganado 20 millones de euros en las últimas seis temporadas, unos beneficios que se reinvierten en el territorio. Además hemos superado situaciones difíciles como la pandemia. Creo que lo que se ha buscado era una dirección más técnica, pegada a la empresa y cercana al negocio. Esto nos da una cierta agilidad desde la gobernanza corporativa para nuestro desarrollo.

¿El cambio de color político del Gobierno de Aragón ha afectado a la empresa?

Aramón es una mercantil privada que siempre ha tenido a los mejores socios que puede tener: el Gobierno de Aragón e Ibercaja. A lo largo de la historia de la empresa ha habido gobiernos de distintos colores. Todos han entendido que Aramón juega un papel importante en la economía de los valles donde opera porque contribuye a su desarrollo, a la vertebración territorial y a generar oportunidades para la iniciativa privada. Esta ha sido la tónica general en todos los gobiernos, El actual entiende también la nieve y ha demostrado que lo considera un punto clave. Por tanto, esperamos seguir con la vocación de crear riqueza donde operamos.

¿Qué retos se marca en esta nueva etapa?

Tenemos que seguir invirtiendo para adaptarnos a los retos y asegurar el futuro de los valles en los que operamos. Que sigamos siendo esenciales en su desarrollo y prosperidad. Esta compañía no reparte beneficios, lo que hace es reinvertir todo lo que gana. Hay cuestiones importantes en tecnología, como sistemas de innivación más modernos que permiten producir nieve en condiciones más extremas y con menor coste energético. Se trata de tener estaciones inteligentes y sostenibles desde el punto de vista económico, medioambiental y social. Esa red de seguridad a través de la tecnología nos permita que, incluso en temporadas donde la meteorología no viene como queremos, seamos capaces de operar y que nuestros valles sigan creando empleo y economía. También queremos seguir apostando por un modelo más diversificado, que va más allá del deporte. Un modelo de éxito y de futuro, que nos van copiando por ahí. El deporte es la parte mollar de nuestra actividad, pero la apuesta musical, cultural, gastronómica… en definitiva, de experiencias, hace que tengamos una oferta diferencial. Se ha visto este año, que la nieve tardó un poco en llegar y, sin embargo, nuestras estaciones estaban con público que venía buscando esa experiencia. Incluso no en las mejores condiciones, mucha gente se decide a venir a nuestros destinos. Otros de los retos son adaptarnos a la demanda del esquiador a nivel mundial y la desestacionalización.

¿Qué importancia tiene hoy el sector de la nieve para Aragón?

Desde luego la nieve es un generador de riqueza en la montaña. La nieve es como la arena en la playa de las costas. Somos conscientes de que tenemos que seguir invirtiendo para adaptarnos y asegurar el futuro de los valles en los que operamos. La economía en estos valles no sería la misma sin el esquí, que tiene una capacidad de monetización brutal. Genera riqueza y la posibilidad de que crear unas infraestructuras impensables sin esta actividad. Tenemos que seguir trabajando otras actividades que complementen pero a día de hoy no hay una alternativa que genere tantas rentas y empleo para nuestro territorio. Las comarcas con estaciones son las que han generado asentamiento de población y crecimiento en un Pirineo, que forma parte de lo que se llama la España vaciada. Hay que ser capaces de adaptarnos a los nuevos tiempos y ser en los próximos años motores económicos. Atraemos a más de un millón de esquiadores al año. De cada euro que gastan, solo 20 céntimos se quedan en la estación, los 80 restantes van al territorio: hoteles, tiendas, restaurantes. Generamos 1.300 empleos directos y 13.000 indirectos. Aportamos una cantidad nada desdeñable en impuestos de los ayuntamiento (IBI, IAE). Y tratamos de hacerlo con una mirada muy hacia Aragón, con un 80% de proveedores aragoneses en restauración.

Formigal cumplirá 60 años en 2025, ¿qué supone este aniversario?

Hubo unos visionarios que hace 60 años decidieron venir a aquí a invertir y convencer a una gente que vivía principalmente del sector primario. Ya se esquiaba en los prados del pueblo. Venían con una idea de una actividad económica incipiente, más bien deportiva. Vieron que aquello podría brindar trabajo en el futuro. Hoy es una actividad económica en toda regla, que ha transformado nuestros valles hacia el turismo. Hoy tener niños en Benasque o Sallent de Gállego es más fácil. Hay guarderías, actividad, vida… es más fácil que los jóvenes se quieran quedar aquí. Ha tenido un efecto transformador. El ADN de las nuevas generaciones de los valles ya lleva incorporado el orgullo de pertenecía al esquí como un activo. Eso nos hace mirar al futuro con optimismo.

La estación fue visitada recientemente por el Rey de España.

Ha sido un espaldarazo importante. Es la tercera vez que viene. Le gusta esta parte del territorio y el esquí. Es un gran aficionado y esquía muy bien. Obviamente, es la mejor campaña de promoción que podíamos tener y un motivo de orgullo. Cuando alguien como Felipe VI decide pasar un momento de ocio aquí en visita privada, la responsabilidad es muy alta.

Aramón ha hecho una fuerte apuesta por el ocio de experiencias. ¿En qué consiste este enfoque del negocio?

Hace ya unos años nos dimos cuenta de que las motivaciones de nuestros visitantes giran, evidentemente, en torno a la actividad deportiva, en las diferentes modalidades, pero que luego con la modernidad de los remontes te queda mucho tiempo en el día. Motiva poder comer en un sitio con unas vistas fantásticas, tirarse con trineo de noche, ver estrellas en Javalambre o escuchar música después de esquiar. Vimos como en Europa se estaba moviendo esto y lo adaptamos a España. Tratamos de buscar un modelo de oferta más diversificados con tres ejes: deportes, actividad cultural-musical y gastronomía. Todo aderezado con un abanico de posibilidades que nos ha dado buen resultado. Incluso en una temporada en que las condiciones no son las más adecuadas, consigues que la gente venga y se lo pase bien, que eso es lo importante. Eso hace que seamos mucho más diversos y plurales en cuanto al público que nos puede visitar. Económicamente, genera ingresos en un negocio que muy intensivo en inversión. Este modelo nos da la posibilidad de ser sostenibles económicamente. En temporadas como la actual se pone más en valor.

Atraer más visitantes internacionales es una de las asignaturas pendientes.

Sí. Nuestro público es de familiares pero también de grupos de amigos, empresas o colegios, que son la cantera futura. Pero en dominios grandes como los que manejamos, el objetivo debería ser atraer público internacional. Hoy supone entre el 5% y el 10%. Debemos buscar ese público que nos permitirá ser más eficientes entre semana.

¿Cómo se consigue?

De varias maneras. Una, con el modelo que comentaba, del público que va más a allá del deporte. Eso genera un efecto tractor siendo España un país con un montón de bendiciones para que venga el turismo internacional. Y tener dominios esquiables de un cierto tamaño, que son los que permiten competir con los destinos nacionales e internacionales. Eso es clave si queremos apostar por un público internacional, que busca dominios grandes donde poder ir viajando de valle en valle.

Desestacionalizar el turismo es otro de los retos pendientes que persigue el grupo.

Sin duda. Queremos ser un destino de primavera y verano. Estamos trabajando en un tema de pistas preparadas para bicicletas o ir abriendo remontes de forma que demos accesibilidad a parajes en verano para bicicleta o senderismo. Enseñamos a iniciarse en la montaña a gente que no tiene experiencia. Se va a montar un tobogán en Panticosa. A través de Viajes Aramón, tratamos de que todas las actividades de la zona se pongan en valor y el cliente pueda acceder a ellas de forma intuitiva y fácil.

¿Cómo ha sido la temporada?

Ha sido atípica. Ha llegado la nieve en cantidades brutales pero tarde. Un año de resiliencia absoluta en el que hemos tratado de ser atractivos para la gente con ese modelo diversificado. Estamos cerrando con grandes espesores. Esperemos que el balance final sea satisfactorio. Como mínimo, todos los valles han operado y hemos dado trabajo a 1.300 personas.

¿Por qué es necesario ampliar el dominio esquiable?

El mercado internacional del esquí lo que está haciendo es crear grandes dominios. Es un tema que vemos en nuestros competidores más cercanos, en Baqueira, Andorra o al otro lado de Francia. El esquiador busca viajar por los valles y grandes dominios. Nuestro proyecto hacia el futuro es que en lugar de tres estaciones descohesionadas (Formigal, Astún y Candanchú), conectarlas no para crear dominios nuevos, sino buscando ser más fuertes. Es una oportunidad histórica que tiene Aragón, haciéndolo bien y siendo sostenibles desde el punto de vista medioambiental. Lo que ocupan las estaciones en la zona pirenaica es un 0,3% de toda la superficie montañosa. Es un sector suficientemente importante como para cuidarlo y permitir que siga generando economía en los valles en un futuro cercano.

¿En qué punto está esa unión por la Canal Roya?

El proyecto está parado, en fase de tramitación. Se hizo toda la parte de estudios que está sin evaluar. Tienen que ser los órganos competentes lo que digan si es viable o no. Esperaremos a que se tome una posición. Lo que dice el Gobierno, que tiene mucho sentido, es que cree en el proyecto siempre que sea viable, sostenible y, esperemos, que con el mayor consenso posible. No me escondo cuando digo que esto es vital si queremos que en el futuro se siga hablando de esquí en Aragón. Ir unidos y conectados nos da más posibilidades de supervivencia. Hay que conocer el proyecto bien. Que se entienda que es difícil generar economía en estas zonas si no hay proyectos que lo permitan.

¿Cómo afronta Aramón los riesgos del calentamiento global?

Es importante. Desde los años 80, el sector de la nieve es más cíclico en el tema climático. Ya hubo unos años en los que apenas nevó y fue lo que dio lugar a la instalación de los sistemas de innivación en todo el sector, aquí a través de unas subvenciones a través de la DGA. Venimos desde atrás trabajando con una adaptación clara para conseguir esas redes de seguridad. Se ha visto este año. No es que nieve o no. Ahora tenemos casi los espesores a esta fecha más altos de toda la serie desde que tenemos registros. Es verdad que nos hay llegado tarde. Pero gracias a esa evolución y adaptación hemos sido capaces de generar economía en nuestros valles. Hay sistemas todavía más modernos en los que vamos a invertir en los próximos años que nos van permitir producir nieve natural a través de sistemas físicos y eso hará que aunque este posible cambio está ahí, ser capaces de seguir creando actividad en la montaña.