A fondo | Paco Luján Presidente de la Asociación vecinal de San José

A propósito de Harinera

La democracia es mucho más que votar cuando llegan elecciones. Debe ser participar de cualquier ámbito, incluida la cultura

Varias mujeres durante una actividad en Harinera Zaragoza, el año pasado.

Varias mujeres durante una actividad en Harinera Zaragoza, el año pasado. / Ángel de Castro

Paco Luján

Cuando algunos aún éramos niños y ni siquiera soñábamos, sino que nos limitábamos a jugar, la Bañista y nosotros mismos ya contemplábamos cómo los camiones cargados de harina salían de la vieja harinera. Hasta que un buen día dejaron de salir…

Y es que el último ejemplo que quedaba de las industrias del barrio de San José estaba destinado a la piqueta, toda vez que ya no producía nada y, en su lugar, se iba a construir un bloque de viviendas, en una zona saturada.

Desde la Asociación de Vecinos, la de nuestros predecesores, desde el primer momento se reivindicó la preservación del edificio como parte de nuestra memoria. Una vez logrado, pedimos la consolidación del edificio, que no estaba en las mejores condiciones. Pasaron los años, crecimos, vino la Expo y todos los recursos y la atención se iban allí. No había otra cosa en la ciudad.

Siempre pedimos el uso de la fábrica de harinas para equipamiento cultural. Recogimos firmas, organizamos encuentros con otros espacios, escuchamos ideas, hicimos acciones de calle, hicimos propuestas… Hasta que mucho tiempo después, por una pirueta de las muchas que dan la política y la vida, se nos pidió desde el Ayuntamiento de Zaragoza formar parte de una posible apertura.

En el local de la asociación vecinal se creó una comisión compuesta por técnicos municipales, profesionales de la gestión cultural, artistas, miembros de la asociación y ciudadanos y ciudadanas con la ilusión de participar.

Durante meses se diseñaron las bases de funcionamiento de Harinera como espacio de cultura comunitaria. Algunos aprendimos que la cultura no es sólo ver cuadros en un museo (que también).

Harinera en este tiempo ha tenido muchos éxitos. El primero, haber contado con todas y cada una de las personas del equipo que ha trabajado en la gestión del espacio.

También, el reconocimiento de los usuarios. En 2018, la Asociación de Gestores Culturales de España la destacó como el espacio cultural más importante de la comunidad. La lista de reconocimientos fue -y es- larga. Por destacar alguno, recibió un premio concedido por la Unión Europea. Lo que son las cosas. Viajaron hasta Praga a recogerlo representantes de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza. Y es que, como bien es sabido, los premios y las victorias son hijos de cien padres, mientras que la normalidad y las derrotas son huérfanas.

Y mientras y para que quede claro, la Asociación Vecinal de San José siguió a lo que es lo suyo: continuaba defendiendo lo PÚBLICO. Defendiendo la escuela pública, pero también la participación de alumnado, de padres y de madres en los Consejos Escolares y en toda la actividad de los centros educativos. Defendiendo la sanidad pública, pero también la participación de la ciudadanía en los Consejos de Salud y la reivindicación de mejoras que necesita la atención sanitaria y el cuidado de la salud.

Defendiendo la cultura hecha desde lo público: bibliotecas, centros cívicos y, por supuesto, Harinera como espacio público; pero también la participación ciudadana en su cogestión.

Y es que la democracia es mucho más que votar cada vez que se convocan elecciones. La democracia debe ser -y es- participar de cualquier ámbito de ésta, incluida la cultura, la educación o la salud.

Por ello, recogimos el testigo de nuestros predecesores -que nos guían y acompañan-, sin conocer los planes del ayuntamiento para con este equipamiento de la ciudad, que ahora nos entristecen, pues no queremos perder el legado, sino continuarlo.

Por todo ello, reivindicamos la experiencia que ha supuesto Harinera como espacio de participación ciudadana. Pensamos que la experiencia no debe acabar de esta forma, que nos gustaría seguir participando y viviendo la cultura, como la hemos vivido hasta ahora en la que llamábamos nuestra casa: «La Harinera».

Este artículo está escrito de manera coral por muchas manos que son historia viva y presente en la asociación vecinal… 

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