Día Mundial de la enfermedad

Párkinson, más que un temblor

Más de 5.000 personas padecen párkinson en Aragón y cada año se diagnostican alrededor de 250 casos

Profesionales y pacientes conmemoran este jueves el día con la lectura de un manifiesto, a las 12.00 horas, en la entrada de la sede de la asociación situada en la calle Juslibol de Zaragoza

Carmen Serrano y Luis Miguel Lahuerta, en terapia grupal, con la terapeuta Eva Cuenca en medio.

Carmen Serrano y Luis Miguel Lahuerta, en terapia grupal, con la terapeuta Eva Cuenca en medio. / Josema Molina

Eva García

Eva García

¿Sabemos qué es el párkinson? Muchas veces no, incluso cuando llega el diagnóstico. «Lo que conocemos es el temblor y que afecta a gente mayor», pero es mucho más. Así lo explica Carmen Serrano, que recibió el diagnóstico en 2020. «Fue muy duro porque la neuróloga no fue muy diplomática», explica. Le dijeron que podía ser «un tumor o esto, así que de lo malo, lo menos malo», asegura. Ahora lo cuenta con humor, pero «fue muy duro porque te quedas con muchas preguntas».

Como a Carmen, cada año se diagnostican en Aragón 250 nuevos casos (hay más de 5.000 enfermos en la comunidad) y hoy conmemoran el Día Mundial del Párkinson con la lectura de un manifiesto, a las 12.00 horas, en la entrada de la Asociación Párkinson Aragón, situada en la calle Juslibol de Zaragoza. Mañana habrá una comida de hermandad.

Esta mujer de 64 años descubrió en la asociación lo que era la enfermedad. Desde 2020 acude dos veces a la semana (viene desde Magallón con su marido) y durante cuatro horas cada día trabaja la terapia, logopedia, fisioterapia y psicología. Descubrió que tenía síntomas desde hacía tiempo pero «como no conocía la enfermedad...». Su mayor acierto, reconoce, fue «venir aquí» (a la asociación) porque se trata la enfermedad, pero también «lo emocional». Les enseñan cosas prácticas.

El martes, en las terapias grupales Carmen (esta vez acompañada por su marido, Luis Miguel Lahuerta) y sus compañeros se pasaban conos por detrás del cuello o por detrás de la cintura. Sirve para poder ponerte el delantal o la corbata. También, con pequeñas actividades, «como levantarnos de la playa, de la cama o cómo salir del coche» porque «para nosotros es complicado». Su marido dice que ella ha perdido rapidez. «Antes hacía cuatro cosas a la vez y ahora una y mal», dice ella entre risas. «Lenta aunque yo creo que lo hago rápido», asegura. Además, duerme mal. «Es la enfermedad de las mil caras porque a cada persona nos afecta de una manera», precisa, para asegurar que hay que vivir lo mejor posible.

Varios pacientes, en la sede de Zaragoza realizando actividades.

Varios pacientes, en la sede de Zaragoza realizando actividades. / Josema Molina

A Chon (María Ascensión Oliver, «pero todos me llaman Chon»), de 77 años le ha afectado más la coordinación y «tiende a caerse», dice su marido, Mariano Remón. Tanto Chon como Carmen son buenas alumnas y hacen todo lo que le piden las terapeutas. «Aquí me mandan ejercicios para trabajar la coordinación y la lateralidad», pero además acude a otro centro a pilates y memoria divertida, señala Chon. A ella le diagnosticaron la enfermedad hace poco más de un año. No recuerda mucho, pero le han contado que un día se encontraba mal y no se pudo levantar. Tras muchas pruebas llegó el diagnóstico. «Quizá herencia de mi padre, que podía haberme dejado un terreno», dice con humor.

Dicen que hay un periodo de la enfermedad denominada «viaje de novios largo, que dura unos diez años y en eso estamos», afirma el matrimonio. Ella va mejorando: antes la mano izquierda era «la mano tonta y ahora jugamos a los globos y le da». Afirma que «la medicina vale, pero también la actitud personal», asegura Chon. Es autónoma, sale de compras y el día a día «no ha variado mucho, aunque los paseos son más cortos». En la asociación les hablan de la realidad de la enfermedad y en los grupos de familias «se ve cómo afecta a cada uno la enfermedad, porque a cada uno es de una manera» y en aspectos diferentes. Chon tiene claro que «morirá con la enfermedad, pero no de ella».

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