Sanidad

Plazas mir: "Quería estar cerca de mi familia y de mis amigos"

Este viernes se adjudicaron las plazas mir en toda España entre las que Esther Lapuente, Claudia Abad y Victor Sirvu consiguieron quedarse en Zaragoza. Javier Martín, turolente de 24 años, ha elegido su plaza en el Hospital de Castellón y se marcha fuera de Aragón para ser anestesista

Esther Lapuente, residente como Médico de Familia en el Hospital Miguel Servet.

Esther Lapuente, residente como Médico de Familia en el Hospital Miguel Servet. / El Periódico de Aragón

Judit Macarro

Judit Macarro

Esther Lapuente comenzará a partir de mayo como médico interino residente en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, como médico de familia. La joven de 25 años explica que el motivo principal de su elección ha sido quedarse cerca de sus amigos y de su familia. «Me quedo para estar cerca de ellos», asegura.

«La calidad del hospital y todo lo que puedo aprender en el» han sido otros de los motivos que le han hecho que Esther se decantate por la opción en la capital aragonesa.

Cuenta que durante su último curso de medicina en la Universidad de Zaragoza hizo sus prácticas en el Servet y desde entonces baraja este hospital como «una de las primeras opciones donde quedarme».

Tras examinarse por primera vez el pasado 20 de enero, la joven empezó a pensar sus posibilidades. «Me gusta saber de todo dentro de lo que es la medicina», afirma. Por eso, a la hora de elegir se lo pensó «mucho».

Entre todas las posibilidades que Esther contemplaba destacaba «la Medicina Interna, Familiar o Pediatría». Las dudas se resolvieron «en cuanto comenzaron a salir las plazas», explica.

La primera opción que descartó fue la de Pediatría. «Me tenía que ir a Valencia y, como quería quedarme cerca de los míos, no la escogí», menciona la joven. Entre Medicina Familiar e Interna, la decisión le costó un poco más. «Me decanté por Familia porque creo que es la más completa y la que más trabajo tiene», señala.

Explica que desde que empezó a estudiar Medicina ha tenido claro que lo que le gusta es «saber sobre el paciente y estar en contacto con él. Conocer todas sus partes, tanto la preventiva como la social». Por lo que la decisión «fue fácil», asegura. 

Javier Martín, residente como anestesista en el Hospital General Universitario de Castejón.

Javier Martín, residente como anestesista en el Hospital General Universitario de Castejón. / El Periódico de Aragón

Javier Martín, residente en Castellón: «Antepuse lo que quería a escoger cualquier cosa»

Javier Martín dejará atrás Aragón, a su familia y a sus amigos para ser médico interino en Castellón (Valencia), donde ha conseguido plaza para ser anestesista. «Me da pena irme lejos porque aquí dejo muchas cosas, pero he preferido elegir la especialidad que me gustaba aunque no fuera en Aragón», explica el joven de 24 años, que añade que «no me hubiera gustado quedarme haciendo algo que no era lo que quería de verdad». Después de un año estudiando para la prueba mir, a la que se presentó por primera vez este año, Javier asegura que lo más difícil de la experiencia fue elegir la especialidad. Explica que, en su caso, la medicina «siempre ha sido algo que me ha gustado y quiero aprender de todo».

Dice que sintió «mucha pena» a la hora de escoger, aunque «tenía claro que iba a ser algo relacionado con el quirófano», porque asegura que fue lo que más disfrutó durante sus prácticas universitarias.

Por eso, cuando le tocó elegir su plaza, aunque tenía «varias opciones sobre la mesa», al final se decantó por formarse como anestesista, que era la que siempre le había «llamado más y puedo estar en quirófano».

«Me quedé en el puesto 2.483 y sabía que lo tendría muy complicado para quedarme en Aragón, porque la mía es una de las primeras especialidades que se acaban», expone.

 A diferencia de sus amigos, «que han conseguido quedarse todos aquí», el asegura que prefería irse «aunque fuera lejos».

Sobre el futuro dice que no tiene claro que hará. Porque, a pesar de que quería quedarse en la comunidad, no descarta quedarse más tiempo de lo que dura el mir en Valencia. «Dependerá de como esté cuando llegue el momento de volver o no a Aragón», afirma. 

Celia Abad, residente como Médico de Familia en el Hospital Clínico.

Celia Abad, residente como Médico de Familia en el Hospital Clínico. / El Periódico de Aragón

Celia Abad, residente en el Hospital Clínico: "Quería estar en Atención Primaria"

Hace una semana que Celia Abad, estudiante de medicina, eligió su plaza como Médico de Familia en el Hospital Clínico de Zaragoza. Su puesto fue el 3.063 y le ha servido para ser la primera de la comunidad en elegir esta especialidad. Un hecho con el que asegura estar «muy contenta». «Lo que más me gusta es la Atención Primaria, creo que es un pilar básico de la medicina, y haberlo conseguido la primera me hace muy feliz», señala. Explica que, aunque siempre lo ha tenido claro, cuando le tocó elegir su plaza le vinieron las dudas y barajó otras opciones. «Pensé en escoger la especialdidad de Digestivo o algo más de hospital, pero luego pensé que en realidad lo que quería era ser Médico de Familia», cuenta.

En ese periodo de reflexión, la joven confiesa que también miró opciones fuera de la comunidad. «Miré para irme a Logroño o a Pamplona para la especialidad de Digestivo, porque sabía que no me iba a dar para elegirla aquí», asegura.

Cuando llegó la hora de la verdad «vi que podía quedarme en Zaragoza y, como toda mi vida está aquí, no lo dudé». Añade que gracias a sus prácticas universitarias ya conocía como era el trabajo en el Hospital Clínico. Por ese motivo «no profundicé en mirar otros lugares. Si siempre era lo que había querido, ¿para qué darle más vueltas?».

Sobre su futuro, la joven asegura que quedarse en Zaragoza le viene «muy bien». «Me servirá para poder ahorrar, porque aquí vivo con mis padres», añade. 

Celia dice que no le importaría trasladarse, una vez acabe su formación como mir en el Clínico. «Si tuviera que darse la ocasión, me marcharía», confirma.

«No me cierro puertas», insiste, pero asegura que «si puede ser no saldría de Aragón. Me iría encantada a Huesca o a Teruel».

Victor Sirvu, residente como médico Digestivo en el Hospital Miguel Servet.

Victor Sirvu, residente como médico Digestivo en el Hospital Miguel Servet. / El Periódico de Aragón

Víctor Sirvu, residente en el Servet: «Se que podré formarme mejor»

Víctor Sirvu, turolense de 24 años, asegura estar «muy contento» por haber conseguido plaza como médico Digestivo en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza. Explica que era su primera opción, aunque también barajaba otras posibilidades como anestesista o neurología, «que era muy difícil porque las plazas se acaban muy rápido en Aragón», añade.

Sobre el hospital donde ha conseguido su plaza mir, afirma estar también «muy satisfecho, porque es bastante grande y ves muchas patologías, por lo que sé que podré aprender bastante durante mis meses de formación». Otro de los puntos a favor del centro sanitario es «lo cerca que me pilla de donde resido aquí en Zaragoza, así que me ha salido todo redondo», asegura entre risas.

Cuenta que tenía también la opción de marcharse fuera de la comunidad. «Tenía plaza en Valencia», incide sobre una posibilidad que estuvo «muchos días» planteándose.

En ese momento de dudas, dice que lo que más le influyó para decidirse fue el hospital. «El Servet es más grande que el centro que me asignaban en Valencia y sé que me voy a poder formar mejor», explica.

El joven menciona que, tras siete años viviendo en la capital de Aragón, se había planteado un cambio de aires. «Pero como todos mis amigos se quedan aquí y mi familia está en Teruel al final he decidido no marcharme», afirma.

Una decisión que cree que «no cambiará» cuando termine su etapa de formación porque «después de tantos años aquí, si las circunstancias no lo requieren, no creo que me vaya».

Víctor echa la mirada atrás, a todos los meses de estudio y preparación que ya han pasado. Ahora que ya ha conseguido su plaza en Zaragoza, dic e que, a pesar de todo lo que supone presentarse a este tipo de pruebas, lo que peor ha llevado ha sido «la espera para saber que especialidad podía elegir, porque no dependía de mí».  

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