Política educativa

"Si no fuese autónomo, no sé cómo lo haría para que mi hijo pudiese estudiar": La denuncia de un padre de Alera ante la ausencia de transporte escolar

Joaquín Castillo tiene que llevar todas las mañanas a su hijo de 16 años a Sádaba, a siete kilómetros de Alera, para que pueda ir en autobús hasta Ejea de los Caballeros, y por la tarde hace el camino inverso

Entre su localidad y las de Castiliscar y Sofuentes tan solo suman dos alumnos, mientras que la normativa establece un mínimo de seis para poder habilitar una ruta

Marquesina del autobús en Alera, en las Cinco Villas.

Marquesina del autobús en Alera, en las Cinco Villas. / EL PERIÓDICO

Alberto Arilla

Alberto Arilla

"El problema del autobús supone para mí un obstáculo muy grande. Menos mal que soy autónomo y puedo organizarme, porque sino no sé cómo lo haría para que mi hijo pudiese estudiar". Con estas contundentes palabras, Joaquín Castillo denuncia la indefensión que sufre su hijo, Asier, que cursa 1º de Bachillerato y que no cuenta con las facilidades lógicas para poder seguir con su formación académica en Ejea de los Caballeros, localidad situada a casi 30 kilómetros de su domicilio en Alera, una pedanía de Sádaba por la que ya no pasa el transporte escolar.

Una coyuntura que llevan sufriendo durante todo el curso, ya que la normativa autonómica actual establece que el mínimo de niños -en este caso, adolescentes- para habilitar un bus escolar es de seis. En el caso de Alera, dicho recorrido debería pasar también por Castiliscar y Sofuentes, también en las Cinco Villas. Entre las tres localidades tan solo suman dos jóvenes, por lo que los padres de estos, como es el caso de Castillo, tienen que llevar a sus hijos hasta Sádaba todas las mañanas para que puedan coger desde ahí el autobús hasta Ejea, e ir a recogerlos a su vuelta, a las 15.00 horas.

En el caso de Alera, son siete los kilómetros que separan su territorio del de Sádaba, mientras que Castiliscar y Sofuentes están, respectivamente, a 14 y 20 kilómetros de distancia. Por tanto, esta situación provoca que los padres de los alumnos tengan que organizarse para poder llevar a sus hijos a este pueblo, con todo lo que ello supone. "Por las mañanas me organizo mejor, pero la tarde me la parte completamente. Y menos mal que soy autónomo", reincide Castillo.

Desde la DGA, por su parte, señalan que "excepcionalmente" se puede valorar "poner una ruta organizada". Aunque, para ello, subrayan que se tienen que dar una serie de "circunstancias especiales", como que la familia no tuviese medios o coche para poder llevar a sus hijos o si existiese, por ejemplo, riesgo de absentismo, aunque este tipo de casos deben ser acreditados con un informe previo o bien de los servicios sociales o bien de la inspección educativa.

"Un fallo muy gordo"

En cambio, Castillo asegura que su hija mayor, Alicia, que ahora tiene 25 años, sí pudo contar en su día con ese transporte. Santos Navarro, presidente de la comarca y ex alcalde de Sádaba, señala a este diario que tuvieron que luchar "a base de martillo para conseguirlo", y opina que esta legislación supone un "fallo muy gordo" al dejar a núcleos urbanos "sin servicio". Una petición que el Ayuntamiento de Sádaba también realizó por escrito para este curso, aunque fue denegada por el Gobierno de Aragón.

"Estamos ya siendo previsores, porque para el próximo año creemos que pueden llegar a cuatro alumnos, e intentaremos de nuevo que nos lo concedan", aseveran fuentes del municipio consultadas por EL PERIÓDICO. Desde el Departamento de Educación, sin embargo, inciden en que para el próximo curso, "de momento", hay contemplados dos alumnos, uno de Alera y otro de Sofuentes, aunque todavía no se han cerrado las rutas ni su organización.

Otra de las posibilidades con las que cuentan los padres para situaciones como esta reside en la opción de solicitar ayudas individualizadas al transporte para el mundo rural. Un extremo que en cursos pasados nunca llegó a pedirse, pues siempre se concedió esa ruta hasta Sádaba desde los pueblos citados. En cualquier caso, Castillo ya tiene "asumido" que este curso, que encara su recta final, la situación no va a cambiar, pero confía en que las instituciones lo solventen a partir de septiembre y su hijo Asier pueda disfrutar, con todas las garantías, de su derecho a la educación.

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