Estas son las diez palabras que solo un aragonés entenderá

El 23 de abril es un día marcado en rojo en el calendario por todos los aragoneses que celebran San Jorge, su patrón. Los libros también son protagonistas en una jornada festiva en toda la comunidad con multitud de actividades que invitan a la ciudadanía a salir a la calle.

El vocabulario aragonés es muy versátil, pero no está al alcance de todos los españoles, que desconocen gran parte de las palabras y expresiones utilizadas en las tres provincias. Por ello, en ocasiones, los aragoneses tienen que hacer de profesores de lengua por un día para explicar el significado de ciertos términos que no suenan habitualmente en el resto de España. Estas son diez palabras que solo un aragonés entenderá. Se trata de expresiones recogidas en un diccionario aragonés anónimo de comienzos del siglo XIX.

• Laminero: goloso, que le gusta mucho el dulce en todas sus formas y colores.
• Zaborrero: el albañil que trabaja con zaborras. Peralta (1836) da la misma definición y añade otra: 'poco esmerado en su oficio cualquiera que sea, que Borao (1859) redacta así "poco diestro en algún oficio. Andolz (1977) incorpora otra entrada para este término 'que hace las cosas mal y deprisa', acepción de carácter más general, figurada, y que hoy es la más usada.
• Coso: en Zaragoza, Huesca y Barbastro es una calle más ancha y más larga que las demás, que no está en línea recta, sino que rodea la parte más antigua de la ciudad, por cuyas circunstancias y por verse aún en la acera de la parte cóncava de dicha calle algunos arcos o puertas, torres y murallas antiquísimas y por otras razones, no puede dudarse que fue el foso antiguo para defensa de la ciudad que después se ha llamado coso.
• Porrón: redoma que tiene la boca en forma de embudo y un pico o cañoncillo, que sirve regularmente para beber vino sin usar de vaso.
• Zancocho: manjar mal sazonado y condimentado y cualquier otra cosa hecha con imperfección.
• Badina: se da este nombre en Aragón, no solo a las balsas o charcas de agua detenida en los caminos, sino también y principalmente a aquellas partes de los ríos donde el agua van tan mansa que apenas se nota su movimiento.
• Alfarrazar: pactar uno con su deudor que le pague una cantidad constante y determinada en lugar de otra variable e indeterminada, como dinero en lugar de frutos o una cantidad absoluta de estos en lugar de otra relativa.
• Pedómetro: instrumento en forma de reloj, el cual por medio de una cadenilla, atada a la pierna de un hombre, o a la ruedad de un carruaje, adelanta un punto a cada paso, o a cada vuelta de rueda y de este modo se pueden contar los pasos que ha dado un hombre, o las vueltas que ha dado una rueda y de consiguiente calcular la distancia que medía de un lugar a otro.
• Tajadera: tabla para detener el agua.
• Farfalloso: no se llama así a cualquier tartamudo o balbuciente, sino el que lo es de tal modo que acompaña a su pronunciación un cierto sonido de F, de suerte que esta voz parece estar tomada de la naturaleza, así como se llama ceceoso.