Los fotovoltaicos auguran un freno inversor por el nuevo impuesto

El sector energético no ceja en su cruzada contra los impuestos medioambientales que ultima el Gobierno de Aragón, que gravarán sobre la explotación de plantas eólicos y solares. La Unión Española Fotovoltaica (Unef), la principal asociación nacional de esta actividad, volvió ayer a arremeter contra un tributo que tacha de «erróneo» y perjudicial para los intereses de la comunidad, ya que provocará, augura, un freno de las inversiones en renovables y en la industria.

«No sabemos como quedará el impuesto. Tuvimos reuniones en su día, pero ahora no hay diálogo ­­­–con la DGA–», afirmó a este diario José Donoso, director general de la patronal, con motivo de una visita al parque fotovoltaico Acampo Estrén, localizado en Zaragoza y de la compañía Iasol.

«Es un impuesto que va en la dirección equivocada: en lugar de abaratar la energía, lo que va a hacer es encarecerla», lamentó, al tiempo que defendió el «impacto positivo» que, a su juicio, tienen las plantas fotovoltaicas tanto desde el punto de vista ambiental como socioeconómico. Para Donoso, el tributo solar planteado es «una chapuza», al tiempo que denunció un trato discriminatorio en relación a la eólica, ya que la carga fiscal que se aplica a la solar es entre un 20% y un 30% mayor.

Una «contradicción»

Desde Unef aseguran que la factura del que definen como un «impuesto al sol» de Aragón duplicará de media lo que se paga por el alquiler de los terrenos donde se ubican las plantas, que ronda entre los 1.500 y 2.000 euros al año por hectárea.

Donoso acusó al Ejecutivo de PP y Vox de querer cubrir con una mayor carga fiscal sobre las renovables las rebajas de los impuestos de Sucesiones y Patrimonio, pero alerta que se hará a costa de una «ruptura de la seguridad jurídica» y la «pérdida de una ventaja competitiva» que lastrará las inversiones en el futuro. Criticó además a ambos partidos por caer en «contradicción» con sus diarios políticos en materia tributaria.

Sobre la posible judicialización de las nuevas figuras fiscales, que se da por servida en el sector energético, consideró que tomar esa vía será «decisión de cada empresa». «Confiamos en que se imponga el sentido común y se racionalice el impuesto», concluyó. 

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