Dos hospitales de Teruel capital y cinco centros de salud de la provincia incorporan guardias de seguridad

Los tres hospitales de la ciudad de Teruel -Obispo Polanco, San José y Centro de Rehabilitación Psicosocial San Juan de Dios-, así como cinco centros de salud de la provincia, Teruel Ensanche y Utrillas, en el sector de Teruel, y Alcañiz, Andorra y Caspe, en el sector de Alcañiz, cuentan desde este miércoles, 1 de mayo, con guardias de seguridad, de lunes a viernes, entre las 17.00 y las 8.00 horas del día siguiente y las 24 horas los fines de semana.

El gerente de los sectores sanitarios de Teruel y Alcañiz, Pedro Eced, ha explicado que el Hospital Obispo Polanco ya disponía de seguridad y ahora se suman los hospitales de San José y San Juan de Dios. Eced ha asegurado que esta medida ha sido recibida “muy bien” por parte de los usuarios “por lo que va a suponer para la seguridad tanto de los pacientes, como de los profesionales de estos centros sanitarios”

El gerente ha detallado que se trata de una actuación que se enmarca dentro del plan de seguridad que están implementando el Departamento de Sanidad y el Servicio Aragonés de Salud. En concreto, el servicio de vigilancia se va a incrementar esta primavera en una veintena de centros de las tres provincias.

En el caso de la provincia de Teruel, va a suponer contar con 24 trabajadores de seguridad, que van a cubrir los diferentes turnos. Pedro Eced ha añadido que se aplican otras medidas, como la formación en técnicas de abordaje frente a conductas violentas y control de las agresiones verbales.

Además, se está estudiando mejorar la seguridad de los profesionales que se desplazan a los domicilios “puesto que ha sido una de las actuaciones más demandadas por los sanitarios”.

Se desconoce cuánto costará este servicio, pero en anteriores ocasiones, el consejero de Sanidad, José Luis Bancalero, aseguraba que contratar un guardia de seguridad durante un año cuesta alrededor de 70.000 euros al año.

El objetivo final de las diferentes acciones es mejorar la protección de los pacientes y los profesionales, en este último caso, para que desarrollen sus funciones con las mejores condiciones de seguridad y con el propósito de reducir el número de las agresiones que sufren.