PLACAS AL MÉRITO DE LA PROTECCIÓN CIVIL

Antonio, voluntario de Protección Civil: "¡El mejor pago es un abrazo!"

El Gobierno de Aragón ha condecorado a diferentes entidades y personalidades, entre ellas, la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil (AVPC) de la Sierra de Albarracín

Mucha gente me dice que por qué dedico tantas horas sin cobrar, pero no saben que a mí me pagan con cariño, con satisfacción y con amor, que es lo que falta en este mundo", dice un premiado

Antonio Prados, presidente de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil (AVPC) de la Sierra de Albarracín, recibe la condecoración de manos de Manuel Blasco, consejero de Medioambiente y Turismo del Gobierno de Aragón.

Antonio Prados, presidente de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil (AVPC) de la Sierra de Albarracín, recibe la condecoración de manos de Manuel Blasco, consejero de Medioambiente y Turismo del Gobierno de Aragón. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Son figuras anónimas a las que no les gustan los focos mediáticos, un rara avis en la sociedad materialista de hoy en día a la que le cuesta concebir la prestación de un servicio sin recibir una remuneración económica a cambio. Son los voluntarios de las juntas directivas de los clubes de fútbol de los pueblos, los voluntarios de los campamentos escolares y los voluntarios de Protección Civil, un servicio, este último, de vital importancia como «apoyo» a la Guardia Civil en el medio rural aragonés. «Un voluntario es una persona que adquiere una responsabilidad. Cuando te entregas a los demás, te sientes útil y mayor gratificación que esa no existe», asevera Antonio Prados, jefe de preventivos y presidente de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil (AVPC) de la Sierra de Albarracín.

Militar del Ejército de Tierra en la reserva activa, es una de las figuras que este miércoles ha sido condecorada por el Gobierno de Aragón con la placa al Mérito de la Protección Civil por la misión «cotidiana» que lleva a cabo en accidentes de tráfico u organización de eventos junto a los compañeros de la entidad. Son «los primeros» que acuden a las llamadas de emergencia, la mayoría de ellas vinculadas a siniestros viales, «a la orden del día» por los ciervos y corzos que cruzan las carreteras de la comarca.

Abarcan un vasto territorio de 1.414 km2 en el que sirven de «apoyo» a los «poquitos efectivos» de la Guardia Civil con los que cuenta la comarca. «Ver a la Guardia Civil me da mucha seguridad. Son los ángeles de la carretera», afirma.

Los premiados, este miércoles, tras recoger la placa al Mérito de la Protección Civil en el edificio Pignatelli junto a varios consejeros del Gobierno de Aragón como Tomasa Hernández, José Luis Bancalero, Manuel Blasco o Alejandro Nolasco.

Los premiados, este miércoles, tras recoger la placa al Mérito de la Protección Civil en el edificio Pignatelli junto a varios consejeros del Gobierno de Aragón como Tomasa Hernández, José Luis Bancalero, Manuel Blasco o Alejandro Nolasco. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Entre otras muchas intervenciones recuerda un servicio en un choque frontal en la carretera que conecta la localidad turolense de Orihuela del Tremedal y la alcarreña de Alustante, donde esperaron durante dos horas la llegada de los bomberos para excarcelar al conductor de un vehículo sin saber si había perdido la pierna. También colaboraron en el incendio forestal del año pasado en San Agustín donde Prados, como jefe de preventivos, se puso a disposición del Puesto de Mando Avanzado (PMA) para luego trasladar a sus compañeros los trabajos previamente delimitados.

En su caso, suma cuatro años como voluntario tras asentarse en agosto de 2020 en tierras aragonesas, las mismas de las que quedó prendado al participar en unas maniobras en 1986. «Aragón tiene los valores muy altos, solo llevo cuatro años aquí y tengo una cantidad de amigos... ¡amigos, eh! Esta tierra me tiene enganchado por la gente y por eso soy voluntario», sostiene.

«Mucha gente me dice que por qué dedico tantas horas sin cobrar, pero no saben que a mí me pagan con cariño, con satisfacción y con amor, que es lo que falta en este mundo. No lo hago por amor al arte, soy un egoísta porque me recorre un escalofrío cuando alguien me da un abrazo. ¡El mejor pago es un abrazo!», reflexiona. Dice que habla «con el corazón». «Hablo de lo que siento», finaliza.