Nivel económico y social

¿Cuál es la esperanza de vida por barrios en Zaragoza?

Los determinantes sociales influyen. La diferencia en Zaragoza es de cuatro años mientras que en Madrid es de una década y en Glasgow “de 28 años”

La mejora de la salud se consigue con “mejores condiciones de vida”

Una mujer pasea por la calle Las Armas en Zaragoza.

Una mujer pasea por la calle Las Armas en Zaragoza. / ÁNGEL DE CASTRO

Eva García

Eva García

En la salud “influyen más los determinantes sociales, el código postal que el genético”. Así de contundente lo afirma Luis Gimeno, médico de Atención Primaria en el centro de salud de San Pablo e investigador de la salud, quien asegura que hay estudios que señalan que “las personas con peor nivel económico tienen más enfermedades que las de alto”, señala.

De hecho, se va al médico más en San José o en Las Fuentes que en Sagasta, ya que la media de visitas a Atención Primaria en estos barrios fue de 5,7 en los primeros y de 4,6 en el segundo porque “donde hay menor nivel económico hay más enfermedad”, asegura. Sin embargo, explica que Aragón “es uno de las comunidades donde esta diferencia es menos intensa”, ya que por ejemplo, en Madrid, la diferencia de esperanza de vida entre unos barrios y otros es de diez años, que es “mucho”.

Pero esa cifra se queda pequeña si se viaja a Glasgow donde alcanza los 28 años y donde la esperanza de vida en esta ciudad escocesa “es menor que en la India”, explica este médico, que también es profesor de la Universidad de Zaragoza y miembro del Grupo de Trabajo de Inequidades en Salud-Salud Internacional de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria.

En la comunidad, sin embargo, está entre tres y cuatro años. Por ejemplo, la esperanza de vida al nacer en barrios con menor nivel económico es de 77 años en Rebolería, 78 años en San Pablo u Oliver y 79 en Las Fuentes; mientras que alcanza los 80 en Valdespartera y Sagasta y los 82 en Romareda-Seminario; y si se tiene en cuenta la esperanza de vida los 65 años; es de 81 sube a 81 en Oliver, 82 en San Pablo, 83 en Rebolería y Valdespartera y 84 en Sagasta, según el Atlas de Aragón, en el que se analizan datos por zonas de salud.

Preguntado por qué hay tanta diferencia en otras ciudades y no en Aragón, asegura que “la segregación por barrios es menor” porque en otras ciudades hay solo zonas para ricos o pobres que se han “convertido en guetos” pero en Zaragoza, por ejemplo, la “política urbanística ha sido mejor” porque en los nuevos barrios como el Actur, cuando se creó había “vivienda libre, vpo y vivienda social y en Valdespartera, igual”.

Por ejemplo, asegura, en San Pablo, hay una zona más degradada pero también está “plaza de España y Aljafería, donde hay mayor nivel económico”. Esto es, según Gimeno, “bueno para la salud, al igual que que las clases sociales estemos mezcladas”, porque eso posibilita “mejor educación, más centros de mayores, etcétera”.

Otros índices

Otros aspectos que se analizan son, por ejemplo el número de asalariados, que oscila entre el 18,5% en Romareda o el 22% en Sagasta al 33% en San Pablo o casi el 45%en Oliver; unos datos que en cuanto al desempleo van entre el 15% y el 30% según Romareda u Oliver.

La salud, por tanto varía. Y hay un 14% más de posibilidades de sufrir un accidente cerebrovascular si vives en Rebolería mientras que en Romareda es un 6% menos; y en depresión, hay un 27% de posibilidades más de padecerla en Oliver o un 16% en Rebolería y un 11% menos en Romareda.

Asegura Gimeno que en todos os barrios debería “ser necesario dar importancia a los social en la salud”, tal y como se hace en el centro de salud de San Pablo. “No es lo mismo para quien tiene diabetes tener un trabajo estable, un sueldo de 2.500 euros, pudiendo ir al gimnasio, tener un entrenador personal y la cabeza tranquila que ser mujer, trabajando mañana y tarde y estar al cuidado de los mayores. Eso hay que tenerlo en cuenta”, reconoce. Y a eso hay que sumar si se tiene tiempo para preparar la comida, si se puede comer fruta fresca, etcétera y “eso debemos tenerlo en cuenta a la hora de tratar a los pacientes”.

Desde el grupo de trabajo de salud comunitaria de San Pablo se trabaja para detectar problemas y remediarlos, también en temas de vivienda o relativos a la brecha digital, ya que en ocasiones “personas sin estudios o mayores tienen más dificultades”. Para Gimeno, es un “enfoque de la salud que va más allá que la ausencia de enfermedad”. Por eso, también prescriben paseos saludables y actividad “en lugar de medicación”; pero no todo el mundo puede y desde Atención Primaria “hay que tener en cuenta esos factores”.

Para que sigan disminuyendo las diferencias y mejorando la salud, la OMS señala que hay que reducir las desigualdades sociales; y eso supone mejorar las condiciones de vida, la vivienda o aumentar el salario interprofesional, que “tiene una influencia en la salud tremenda. Ahora está en debate el dar 200 euros por niño, una medida que tienen la mayor parte de los países porque es “sencilla y efectiva para reducir la pobreza infantil” y mejorar la salud. Pone como ejemplo el descenso de muertes en accidentes de tráfico que se redujeron por “la mejora en las condiciones de la carretera, la itv o el carné por puntos”.

Explica Gimeno que por ejemplo, si se dejase de hacer el cribado de cáncer de mama, “la esperanza de vida bajaría solo 30 días”, mientras que si se mejoran las condiciones de vivienda, laborales, económicas o sociales, tendría más repercusión en el día a día.