Política

¿Qué se juega Aragón en las elecciones europeas?

La comunidad sabrá este domingo por la noche quién defenderá sus intereses en el continente durante los próximos cinco años. Un lustro para reclamar y exigir una serie de reivindicaciones que todos los partidos se saben de carrerilla, pero con poco efecto hasta la fecha en el territorio.

Varios ciudadanos agitan banderas de la Unión Europea en un reciente mitin.

Varios ciudadanos agitan banderas de la Unión Europea en un reciente mitin. / JORGE GIL

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Como la alineación titular de los mejores equipos de fútbol, las reivindicaciones de Aragón a la política europea son las mismas en todas las tribunas periodísticas y en todos los programas políticos. Con matices, eligiendo carriles más progresistas o conservadores, pero con el mismo destino. 

Empezando por el sector primario, la PAC volverá a ser campo de batalla en los acuerdos del Parlamento Europeo. La norma, condenada a una renovación infinita en busca de unos consensos imposibles, tendrá que adaptarse a la realidad del continente. Para Aragón, todavía tierra de productores de tamaño medio y agricultores familiares, una distribución más justa para aquellos que trabajan la tierra parece la mejor solución. La política medioambiental que la rodea y el estallido de la revuelta rural del pasado mes de febrero mantienen el debate en el candelero. 

Las infraestructuras, como pasa en la autonomía y en el Gobierno central, serán otra de las arenas en las que deberán medirse los diputados europeos. Para el caso aragonés, dos parecen destacar por encima de las demás. En primer lugar, un Canfranc que ya está en la agenda del Congreso de los Diputados y de las Cortes de Aragón. En Moncloa y en el Pignatelli se ha avanzado, en Francia sigue siendo tema latente. Europa puede ser la piedra de toque para dar un importante empujón.

Y luego, el corredor Cantábrico-Mediterráneo. Esa conexión que atraviesa la comunidad y promete ser una infraestructura revolucionaria para apuntalar hasta el estrellato la logística aragonesa. Que Europa eche una mano no vendrá mal para hacerla realidad. 

En el capítulo tres, un Pacto Verde y una economía electrificada marcarán el próximo ciclo gubernamental en la Unión Europea. Aragón debe tomar fuerza para lograr que su energía revierta aún más en el territorio, una pelea que ya mantiene desde hace tiempo con otras autonomías y que quiere llevar hasta el debate con el Estado. 

Por último, y como siempre, la financiación autonómica. Si bien es cierto que el mayor trabajo es apañar un modelo con el resto de autonomías y que también contente en Moncloa, conseguir criterios en base a la despoblación, el tamaño del territorio o el envejecimiento ayudarán a la comunidad a llevarse un mayor montante desde Europa. Aunque la fuente de los fondos europeos llegará muy pronto a su fin. 

Ante un ciclo que se mira como el del establecimiento de la ultraderecha en el Parlamento Europeo y con numerosos desafíos en clave continental, Aragón debe ser capaz de posicionarse con una relativa ventaja para encontrar soluciones a sus propias ecuaciones. Lo hará, casi seguro, con dos eurodiputados, una socialista (Rosa Serrano) y el otro popular (Borja Giménez Larraz). En el aire, la posibilidad de que entre Tomás Guitarte y la coalición Existe. Un triplete con el que llenar de sabor aragonés la Unión Europea.