Encuentro internacional organizado por ‘Arahealth’

Los robots «no sustituirán» al hombre en los cuidados pero «harán compañía»

La inteligencia artificial y los androides serán importantes para evitar errores en los tratamientos y detectar dolencias en fases tempranas

La cita ha reunido este martes a 300 profesionales de la salud en Zaragoza

Javier Sánchez Lacuesta, Pere Estupinyà (moderador), Cristina Alonso y Álvaro Fernández. | MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Javier Sánchez Lacuesta, Pere Estupinyà (moderador), Cristina Alonso y Álvaro Fernández. | MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Eva García

Eva García

Las necesidades de las personas mayores de 55 años, los modelos de negocio surgidos para estos consumidores y los avances científicos y tecnológicos para mejorar su salud han ido variando enormemente en los últimos años. Incluso la Inteligencia Artificial y las aplicaciones robóticas están entrando en el mercado que ya no es futuro sino realidad. De estos temas, que no son futuro sino una realidad, se ha hablado este martes en el Palacio de Congresos de Zaragoza, en la I Conferencia Internacional sobre Innovación y Futuro de la Salud y el Cuidado de las Personas Longevidad como reto y oportunidad, que organizó el Clúster de la Salud en Aragón (Arahealth). Asistieron alrededor de 300 profesionales de empresas relacionadas con la salud, los servicios asistenciales y los cuidados a los mayores.

«La tecnología ofrecerá de manera inteligente el mejor servicio que se pueda prestar en ese momento a esa persona», aseguró Javier Sánchez Lacuesta, director del Instituto de Biomecánica de Valencia; pero también a sus familias y en su relación con el entorno. Y eso «generará trabajo y riqueza», porque es necesaria la profesionalización; y al mismo tiempo estará favoreciendo la vida de las personas a medida que nos hagamos más longevos».

No hay que olvidar que desde el siglo XIX la esperanza de vida ha crecido alrededor de 30 años. En este sentido, el experto quiso desterrar el concepto de «soberbia tecnológica» porque esta está «para servir a las personas». Y ahí el concepto de «cuidados líquidos» en los que la tecnología medirá también los estados anímicos, emocionales y la necesidad de las personas. Desde el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) ya trabajan en tecnología «capaz de detectar ansiedad sin contacto» pero también «presión arterial o frecuencia cardiaca». Y a medida que los robots, afirmó, sean «capaces de leer el estado funcional y mental de las personas seremos capaces de detectar cómo de eficaces son las cosas que hacemos en el día a día».

Preguntado por si un robot sustituirá al hombre en los cuidados, aseguró que «el factor humano es imprescindible, pero su presencia cada vez mayor servirá para facilitar que no se cometan errores en una pauta de tratamiento o una detección temprana». Además, precisó que «la red familiar no es sustituible», pero también dijo que es controvertido porque «los robots aprenderán a hablar, a conversar; harán compañía y tendremos que enfrentarnos a dilemas éticos que la ciencia ficción ya ha anticipado». Eso «lo veremos nosotros, creo que sí».

De lo que quizá la sociedad no sea consciente es de que «la ciencia está acercándose a las realidades del envejecimiento», aunque, tal y como afirmó: «hay quien dice que ya ha nacido la persona que no morirá».

Y es que a través del autocuidado, los hábitos saludables y las pautas preventivas «podemos alargar la vida», aunque también se está avanzando en «cómo recuperar funciones perdidas, juventud o la forma de sustituir partes del cuerpo que no funcionan».

Vivir más y en mejores condiciones y la ciencia es clave para ello. Además de Lacuesta, participaron en la jornada Pere Estupinyà, divulgador científico, que hizo hincapié en que los mayores son «personas productivas», pero también «heterogéneas, que no todos necesitan lo mismo».

Por su parte, Cristina Alonso, geriatra e investigadora en el Hospital Universitario de Getafe y experta en envejecimiento saludable, quiso desterrar mitos, como que «la buena salud no es no tener enfermedades sino hacer lo que nos gusta» o que los recursos se dedican «a personas robustas o dependientes» pero no a todo el abanico que hay entre uno y otro. Para la geriatra, los cuidados en los hospitales «generan dependencia» mientras que en centros de día y otros recursos donde se fomentan las capacidades se puede envejecer de forma saludable; y no solo físicamente con la reutilización de infraestructuras como pases en gimnasios para mayores; si no también la mente

En este sentido, Álvaro Fernández Ibáñez, fundador y CEO de SharpBrains; Think Tank en la frontera de la neurotecnología y la innovación en Brain Health y Brain Fitness, insistió en que la vejez «no es sinónimo de declive» sino de vida. Y por eso, hay que apostar por el ejercicio físico pero también en la inversión en productos a nivel cognitivo, un hecho común en EEUU, ya que sirve para «preparar para la longevidad». Y todo teniendo en cuenta que cada uno debe potenciar ese cambio porque «el envejecimiento no es nada malo», concluyeron.

Aragón está «muy bien posicionado» con grandes empresas para mayores

El clúster de la salud ha organizado la I Jornada sobre longevidad, pero no se descarta una segunda jornada porque «nos ha faltado tiempo», reconoció Daniel Álvarez, presidente de Arahealth. El balance al encuentro fue «satisfactorio» para el sector en Aragón porque les invita a seguir explorando en «cómo mejorar el envejecimiento». Aseguró que «ya no nos hacemos viejos, sino que cada vez duramos más y en mejores condiciones»; de ahí, la importancia de la actividad física, «necesaria para mantener una longevidad adecuada».Pero también del «cuidado de la mente» con terapias cognitivas para «evitar el estrés» o para trabajar la «plasticidad del cerebro para intentar evitar enfermedades como el párkinson». Otra de las conclusiones esenciales, según Álvarez, es que «no nos podemos permitir estar media vida parados»; y puso como ejemplo que si se entra en el mercado laboral a los 25 y se sale a los 65, pese a que se vive hasta más de 80, «es un despilfarro estar la mitad de la vida no aportando a la sociedad». Hay que «huir del edadismo», señaló, porque las personas de 55 o 60 años, y también de más edad, están «preparadas para seguir aportando» y si no, supone «una pérdida de conocimiento humano y de productividad importante». En cuanto a los retos a los que se enfrentan las empresas, señaló que es una «oportunidad empresarial» por el denominado «euro plateado» y el mayor poder adquisitivo de los mayores; aunque, también hizo hincapié en que estos «quieren huir de productos diseñados para ellos». En Aragón, las empresas «estamos bien posicionadas» porque hay grandes empresas a «nivel deportivo, de cuidados, biotecnológicas, de investigación, de equipamiento, de ocio» que, además, «estamos exportando». El negocio seguirá destinado a esos «jóvenes mayores» que «disfruten de la vida en las mejores condiciones».