Unos restos óseos que podrían corresponder al abogado oscense Andrés Funes Monge fueron hallados el pasado martes en el Pirineo francés. El excursionista había desaparecido en diciembre del 2020, en el curso de un recurrido por la zona de Lescun, al norte de Ansó y no muy lejos de la carretera del puerto de Somport.

Desde entonces su familia no tenía noticias de él, pero recientemente la Gendarmería francesa se puso en contacto con sus familiares en Huesca para decirles que los restos encontrados podría ser los de Andrés Funes.

Una persona los halló cerca del refugio de montaña de L'Abérouat, situado a cuatro kilómetros al noreste de Lescun. Se trata de una rústica construcción a la que se llega tras una caminata de una hora y veinte minutos por un sendero que no reviste dificultad. Esta ruta, tras franquear un collado, permite pasar a otro valle.

"Los gendarmes nos han dicho que, a juzgar por los efectos que había junto al cuerpo, podría ser Andrés", ha manifestado esta tarde en Huesca una familiar del desaparecido. "Cuando se realizaron las búsquedas les dimos la descripción de cómo iba equipado y eso ha servido para identificarlo", ha señalado la misma persona, que ha añadido visiblemente emocionada que "todo indica que se trata de él".

Con todo, el cuerpo no ha sido entregado todavía a la familia porque se está realizando la prueba del ADN, según ha comunicado a la familia la Gendarmería de Pau.

"Estamos viviendo momentos muy duros, pero al mismo tiempo sentimos cierto alivio, pues esto pone fin a la incertidumbre sobre el lugar donde podía hallarse y a una búsqueda de más de ocho meses", ha agregado la portavoz de la familia.

Andrés Funes, que poseía una casa en el valle de Aspe, conocía muy bien el terreno, por lo que sorprendió su desaparición. En su búsqueda intervinieron miembros de la Gendarmería, voluntarios y familiares.