«Nos hemos quitado la angustia de la espera y estamos trabajando ya con muchísima ilusión». Amparo Lecumberri, del hotel Edelweiss de Candanchú, resume con estas palabras la primera semana desde que se dio a conocer que la estación contaría con una línea de financiación pública que permitirá la apertura de las pistas esta temporada. Aun así, los primeros pasos van despacio, sobre todo, a la espera de que se anuncie qué tipo de oferta se puede proponer a los clientes. Mientras se concreta si Candanchú irá en solitario o de la mano de Astún, los hosteleros a pie de pistas han empezado a hacer llamadas y a recibirlas de aquellos que ansiaban también la reapertura.

«Desde que se anunció que Candanchú volverá a abrir esta temporada, las llamadas de nuestros clientes alegrándose han sido constantes», asegura Lecumberri. En el Hotel Edelweiss hay cuatro trabajadores en erte, y esperan poder dar trabajo a todos ellos --y a los trabajadores de temporada-- a final del mes de noviembre o inicios de diciembre. «Todo dependerá de cuándo nieve», explica Lecumberri. Para ella, con el hotel cerrado a cal y canto durante once largos meses, la «supervivencia» ha venido «con los ertes y la refinanciación de las deudas con los bancos». Las diferentes convocatorias de ayudas del Gobierno de Aragón, a las que han acudido, aún no han llegado a sus bolsillos. «Esperamos que lleguen cuanto antes para poder pagar a todos nuestros proveedores», explica.

Hotel Edelweiss. HOTEL EDELWEISS

Pese a las dificultades de los dos últimos años, confían en que la temporada 2021-2022 pueda ser «decente». «Si la meteorología acompaña, creo que puede ser una campaña casi normal, porque la reacción de las agencias con las que trabajamos ha sido muy positiva, y aunque solo llevamos tres días en contacto, las llamadas han sido constantes», aseguró.

Como ella, Alfredo Landa, del Hotel Candanchú, también ubicado a pie de pistas de la estación decana de Aragón, considera que esta pueda ser una temporada «normal, con los altibajos que siempre nos marca la nieve». Como en el Edelweiss, también han empezado los primeros contactos con los grupos de esquiadores habituales y con las agencias con las que suelen colaborar. «Hemos empezado los contactos con los grupos que teníamos pendientes, y a partir de ahora, poco a poco, todo se va reactivando», explica Landa. En su caso, no tienen a ninguna persona en erte, y esperan contratar a una decena de trabajadores cuando llegue la temporada alta.

«Aunque Candanchú no hubiera abierto, nosotros habríamos abierto el hotel igualmente, porque tenemos clientes también de Astún y otros que solo vienen a hacer raquetas o esquí de fondo, pero sin duda, sin la estación habríamos trabajado menos», explica.

Ambos establecimientos hoteleros suman unas 200 plazas, con un centenar de habitaciones. Tanto Landa como Lecumberri reconocen que «lo ideal» para el valle sería comercializar Astún y Candanchú de forma conjunta. Pero para saberlo, todavía hay que esperar. Lo importante, señalan, es que los esquiadores ya saben que abrirán. Y reclaman, de nuevo, que el Gobierno de Aragón «no se olvide» del valle del Aragón.