Lorena Orduna (PP) inicia su mandato apelando al diálogo y al respeto

Tas ocho años de gobierno socialista, Huesca ha vuelto a manos del PP. Lorena Orduna ha conseguido recuperar la alcaldía de la capital oscense con el apoyo de su partido (los socialistas y Vox votaron a su candidato). No ha habido sorpresas, a diferencia de hace cuatro años cuando un voto en blanco eligió a su predecesor, el socialista Luis Felipe, gran ausente ayer en el salón del Justicia del consistorio. Este sábado Orduna ha llegado al ayuntamiento sabiendo que iba a ser la alcaldesa, por que casi rozó la mayoría absoluta (logró 12 de los 25 concejales) pese a ser una cara nueva y enfrentarse a un veterano como Felipe, que había estado al frente de la ciudad durante dos mandatos.

Tan segura estaba Orduna que iba a gobernar en solitario que ni siquiera se ha reunido con Vox (3 representantes) para conseguir su apoyo, y con el PSOE (10) para preparar el traspaso de poderes. Nerviosa, tras superar pequeños problemas con la banda que se le caía, y ante un abarrotado salón de plenos, donde los folios hacían de abanicos, Orduna ha sido proclamada alcaldesa electa. En su discurso, visiblemente emocionada, ha apelado al respeto, al compromiso y al diálogo, pero también al «honor» que supone asumir el nuevo cargo.

Consciente de que comparte «la misma vocación que los 25 concejales que formamos la corporación» pese a tener «una visión distinta», ha reconocido que «a todos nos une el compromiso con nuestros vecinos y el amor por Huesca», ha dicho en su discurso. Por eso, ha manifestado su deseo de que el mandato que ahora comienza sea el del «diálogo, el del encuentro, el de la permanente búsqueda de las mejores soluciones» para una sociedad cambiante y para «contribuir a devolver el prestigio a la cuestión pública.

Por eso, ha apelado al «arte de llegar a acuerdo en la búsqueda del bien común» porque así se ponen a las personas, a los oscenses «en el centro de nuestra acción».

Además, compartió en su discurso ese «plan» del que lleva hablando desde que fue la más votada y esbozó «cómo sueño que sea Huesca dentro de unos años»: «una ciudad que cuida de nuestros mayores, que atiende a los desprotegidos y que genera ilusión en los jóvenes»; una ciudad que «no solo debe ser cómoda sino debe ofrecer a sus vecinos servicios de calidad, un entorno saludable, oferta cultural, empleos de valor y donde las relaciones humanas adquieran la importancia que merecen», ha incidido.

En su discurso también ha tenido palabras de agradecimiento para Jorge Azcón, presente en el acto, y para Ana Alós, así como para su predecesor por su trabajo sobre todo en pandemia.

Una vez elegida, fuera ya del salón de plenos, la primera edil popular insistió en la necesidad de «llegar a pactos por el futuro» de Huesca, ya que cuenta en la oposición con un partido a la derecha, que es Vox y otro a la izquierda, que es el PSOE. Y puso entre sus prioridades más inmediatas, las Fiestas de San Lorenzo y «la huelga de funcionarios».

Oposición «constructiva»

El grupo municipal socialista realizará una oposición «constructiva y vigilante», ha asegurado la edil Silvia Salazar, que ha deseado «suerte y aciertos» a la alcaldesa, al mismo tiempo que tendido la mano ante las propuestas que haga el nuevo equipo en beneficio de todos los oscenses. Además, ha mostrado su preocupación porque vaya a tener «el apoyo de la ultraderecha para asuntos tan importantes como los presupuestos».

Por su parte, Antonio Laborda, concejal de Vox, ha deseado que el PP le «tienda la mano» a su partido porque necesita sus votos. Además, ha aseverado que espera que Orduna «haga los cambios que Huesca necesita con la ayuda de Vox». Pese a no poner «líneas rojas ni verdes», ha confiado en «aportar unas cosas y eliminar otras».