La opinión de Jesús Arauzo Pérez | Un ecosistema para el talento investigador

Cómo proteger el talento, ser capaces de retenerlo cuando ya somos generadores de conocimiento y facilitadores de talento. Como país, formamos a personas con una alta capacidad científico-técnica, pero no somos capaces de aprovecharla. Todas esas personas jóvenes que podrían generar valor añadido al país deciden irse a lugares en los que reciben mejor salario y se sienten más valoradas.

Los programas de captación y retorno como las ayudas Araid, Ramón y Cajal o Juan de la Cierva han permitido, en el caso del I3A, que un amplio grupo de jóvenes haya vuelto y estén desarrollando aquí sus líneas de investigación, pero esto no es suficiente, se requiere una financiación sostenida en el tiempo y una gestión más ágil, una apuesta real por la ciencia, con oportunidades reales de desarrollo profesional a quienes quieran quedarse.

Consolidar el talento que recibimos de fuera debe ser otro de nuestros objetivos y, para ello, se requieren buenas condiciones laborales y económicas. Debe haber vocación de promover el talento, cultivarlo, siguiendo el modelo de otros países. No es complicado, simplemente apostar por ello. Ortega y Gasset decía: “Solo es posible avanzar cuando se mira lejos. Solo cabe progresar cuando se piensa en grande”. Se necesita colaboración con el ecosistema de ciencia y tecnología, incluyendo a las empresas, no solo a las administraciones. Debemos reclamar a las instituciones apoyo financiero para seguir creciendo. La inversión en ciencia es una inversión en conocimiento, en desarrollo y en futuro, pero el papel de las empresas, con áreas de I+D, que apuesten por la investigación, es un pilar fundamental para valorar la importancia del talento científico-técnico, aquello que no se conoce no se valora.

Aragón tampoco puede absorber todo el talento que genera, estar en el centro de ese eje de comunidades autónomas en el que estamos nos permite exportar talento

Es cierto que, en Aragón, las empresas con proyección internacional apuestan claramente por nuestros centros de investigación y por los profesionales que salen de nuestra Universidad. Aragón tampoco puede absorber todo el talento que genera, estar en el centro de ese eje de comunidades autónomas en el que estamos nos permite exportar talento.

Hay que llevar a cabo cambios dinámicos importantes. Se pueden hacer. Disponemos de la base, el I3A es fuente de talento, como lo son el resto de Institutos de Investigación de la Universidad de Zaragoza y no tenemos miedo a asumir retos en cualquier país, ni a formar parte de cualquier proyecto internacional, lo hacemos cada día porque sabemos que nuestro ámbito de trabajo es el mundo y queremos hacerlo desde aquí.