Manuel Valiente: "Una motivación muy alta hace que surjan cosas extraordinarias"

Doctor en neurociencia, el investigador zaragozano es fundador y director del Grupo de Metástasis Cerebrales del CNIO

Es premio ADEA a la Innovación (2015) y Premio Postdoctoral Hope Funds for Cancer Research (2010)

Manuel Valiente

Manuel Valiente

Manuel Valiente (Zaragoza, 1980) dirige desde 2015 el Grupo de Metástasis Cerebrales del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), un centro de investigación de excelencia y vanguardia que se sitúa como uno de los más reconocidos a nivel internacional. Una institución que acoge el trabajo de Manuel Valiente y su equipo, en cuyo laboratorio se busca comprender el funcionamiento de la metástasis cerebral en la búsqueda de opciones terapéuticas y mejoras en el diagnóstico. Un interés investigador que surgió durante su estancia en el laboratorio del científico español Joan Massagué en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York (EE.UU), y que actualmente desarrolla en España. Una circunstancia, esta última, no tan frecuente para los científicos españoles, ya que, según asevera, “es muy complicado retornar para seguir haciendo investigación de primer nivel”. Este licenciado en veterinaria y doctor en Neurociencia apunta a la “motivación inquebrantable” como herramienta esencial para la superación de las dificultades en la carrera investigadora, y destaca la labor de instituciones como la Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (ARAID), en la generación de un entorno innovación y desarrollo científico que actúe como impulso para desarrollo de la región.

Nombre: Manuel Valiente

Formación: Licenciado en Veterinaria y doctor en Neurociencia.

Cargo: Líder del Grupo de Metástasis Cerebral del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).

Lugar y año de nacimiento: Zaragoza, 1980.

Trayectoria: Manuel Valiente estudió Veterinaria en Zaragoza (1998-2003). Posteriormente se trasladó a Alicante donde obtuvo su doctorado en Neurociencia (2005-2009) en el laboratorio de Óscar Marín del Instituto de Neurociencias, donde estudió la migración de precursores neuronales. Durante su trabajo postdoctoral (2010-2014) en el laboratorio de Joan Massagué en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center (New York, EE.UU) cambió su principal interés para centrarse en la capacidad de las células cancerosas para metastatizar. Durante este período, Manuel descubrió el papel de las Serpinas y L1CAM como reguladores críticos para superar la alta ineficiencia asociada con la colonización metastásica del cerebro. Manuel fundó en 2015 el Grupo de Metástasis Cerebrales, cuyo principal objetivo es descubrir aspectos críticos de la biología de esta progresión del cáncer que puedan orientarse hacia el desarrollo de nuevas oportunidades terapéuticas. El doctor Valiente es Investigador Ramón y Cajal (2013) y beneficiario de la IX Beca FERO (2015), Premio ADEA a la Innovación (2015), Premio Postdoctoral Hope Funds for Cancer Research (2010).

En su laboratorio, Manuel Valiente y su equipo están enfocados en el “estudio de las metástasis que acaban creciendo en el cerebro, y cuáles son las herramientas que estas células cancerígenas tienen para poder entrar en el cerebro, crecer en él y colonizarlo, y utilizar los recursos que hay en este órgano para su propio beneficio”, explica el investigador. El objetivo de su estudio es “entender la biología para explotarla desde un punto de vista terapéutico, o de mejoras de diagnóstico, para así mejorar el tratamiento de los pacientes que tienen cáncer y metástasis en el cerebro, un proceso que tiene muy mal pronóstico todavía hoy en día”, apunta.

Ya que, según expone Valiente, los tratamientos que funcionan en células cancerígenas ubicadas en el resto del cuerpo no tienen la misma eficacia en el contexto cerebral. Debido a lo cual “a las células cancerígenas les da tiempo a desarrollarse en el cerebro” mientras son atacadas con eficacia en el resto del cuerpo. “En oncología esto se llama una necesidad no cubierta, es decir, un problema que no tiene solución”, comenta, y que ha llevado en el pasado a los pacientes con metástasis en el cerebro a carecer de la opción de entrada en ensayos clínicos, debido al mal pronóstico de su enfermedad.

Un 1,44% respecto al PIB en investigación

Manuel Valiente estudió Veterinaria en la Universidad de Zaragoza, pero no fue hasta su paso por el laboratorio de Óscar Marín en el Instituto de Neurociencias de Alicante cuando “me di cuenta realmente de que me apasionaba la investigación”, asevera. Tras doctorarse en Neurociencia, el investigador zaragozano realizó una estancia postdoctoral en el en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center, “la meca como hospital de cáncer y como centro de investigación”, apunta, una institución donde surgió su interés por su actual tema de investigación. “Tuve la suerte de unirme al laboratorio del científico español Joan Massagué, que es una eminencia internacional en la metástasis”, recuerda.

Una labor investigadora que actualmente realiza al frente de su propio laboratorio dentro del CNIO. “En investigación del cáncer, afortunadamente, han surgido asociaciones, como la AECC, la Fundación Fero o la Fundación CRIS, que han permitido que haya investigadores que están volviendo a España y que pueden iniciar su grupo de investigación”, comenta. Ya que, según expone, el hecho de que en España el porcentaje de investigación respecto al PIB esté en el 1,44%, menos de la mitad de la cifra del 3% donde se sitúan países de referencia en Europa y el resto del mundo, condiciona el retorno del talento investigador. “Si todos estos investigadores jóvenes hubiéramos dependido de la financiación pública, no hubiéramos podido despegar. Y esa es la realidad. Gracias a esa ayuda extra se está formando una cantera de gente joven que está volviendo y puede trabajar de forma digna. Pero la cantidad de gente que puede hacer esto sigue siendo reducida”, se lamenta.

"El ecosistema que crean con el tiempo instituciones como ARAID es espectacular"

Unas dificultades que afrontan los científicos españoles que, a juicio de Manuel Valiente, también se combaten con voluntad. “Si uno tiene la motivación inquebrantable de querer empezar un laboratorio, a pesar de las dificultades, se puede hacer. Una motivación muy alta minimiza los problemas y hace que surjan cosas extraordinarias”, asegura el científico aragonés. Además, resalta la importancia de la experiencia internacional, no solo desde el punto de vista profesional, sino también personal. “Ir unos años a un centro de prestigio internacional, a otro país, estar unos años fuera y formarte, es impagable. Cuando lo miras en perspectiva, es una experiencia increíble, y creo que el momento de hacerlo es cuando uno es joven”, declara.

El impulso de ARAID

Manuel Valiente pone en valor el surgimiento de instituciones como la Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (ARAID), que, a su juicio, “son noticias muy positivas que muestran la preocupación de Aragón para crear un entorno de innovación y desarrollo científico”. Según recuerda, “hace un tiempo Cataluña fue pionera en establecer un programa de atracción y retención de talento, la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA). Ha funcionado muy bien, Barcelona es la zona de España que ha tenido un crecimiento en investigación más espectacular. Está trayendo inversiones brutales de empresas farmacéuticas, está creando un entorno de innovación y de desarrollo científico que ha desbancado a Madrid”.

"Todo lo que no sea acercarse a la cifra del 3% respecto al PIB en investigación, son parches"

Una idea que replicó la Comunidad Autónoma Vasca con la “Fundación Ikerbasque, que es una estrategia del mismo tipo, que también ha funcionado muy bien”, comenta. “En Aragón se ha creado ARAID, que también nace con esta finalidad de atracción y retención de talento”, expone, una estrategia importante “no solo para tener una estrategia a nivel regional, sino para que haya una intención real de que evolucione, para que sea la más potente, como herramienta para desarrollar una región, como ha ocurrido en Cataluña. El ecosistema que crea todo esto con el tiempo es espectacular. Y se puede conseguir”, asiente.