Cristina Mayor: "Debería haber una ley de ciencia que no cambiase cuando cambia el Gobierno"

Licenciada en Biotecnología y con un doctorado en Biomedicina Molecular, es jefa de laboratorio en el Institute of Research in Biomedicine (IRB)

Cristina Mayor

Cristina Mayor

Cristina Mayor Ruiz (Soria, 1989) llegó a Zaragoza con apenas dos años. En la capital aragonesa se desarrolló y formó hasta que, cuando tuvo que elegir estudios, se decantó por la Biomedicina, carrera que cursó en Salamanca. Tras doctorarse en Madrid inicio un proceso de especialización que la ha llevado a los laboratorios punteros de su especialidad, primero en Viena y luego, en Barcelona.

Su paso por Austria, donde estuvo algo menos de tres años, llegó de la mano del Center Of Mollecular Medicine (CeMM) y para ella supuso la etapa en la que más pudo formarse en el desarrollo de fármacos. Antes, en Madrid, su tesis doctoral fijó más su campo de estudio en los mecanismos de resistencia a las terapias contra el cáncer.

En la ciudad condal, tras su fichaje por el Institute of Research in Biomedicine (IRB) en 2020, se centra en estudiar la capacidad de los degradadores de proteínas con el fin de desarrollar nuevos fármacos para combatir el cáncer. “Se diferencian de los tradicionales en que permiten atacar dianas que son terapéuticamente interesantes que antes no se podían atacar, en nuestro caso, los utilizamos contra diferentes tipos de tumores, como el de páncreas, y también estudiamos mucho los mecanismos de resistencias a las terapias que ya existen con el objetivo de descubrir si con estos nuevos fármacos podemos ayudar a solucionarlo”, adelanta.

Nombre: Cristina Mayor Ruiz

Formación: Licenciatura biotecnología y doctorado en biomedicina molecular.

Cargo: Jefa de laboratorio del Institute of Research in Biomedicine (IRB)

Lugar de nacimiento y año: Soria, 1989

Trayectoria: Estudió Biomedicina en Salamanca y luego obtuvo su doctorado en Madrid. Tras pasar casi tres años en Austria, en el Center for Molecular Medicine (CeMM) de Viena, llegó al IRB de Barcelona para liderar su propio equipo de laboratorio. 

Su investigación fue merecedora en 2022 de 1,5 millones de euros de financiación por parte del Consejo Europeo de Investigación. Y, recientemente, su equipo también fue uno de los elegidos para desarrollar un fármaco pediátrico contra el cáncer, dentro del conocido como Cancer Grand Challenges. “Hablamos de que hemos formado un equipazo internacional y esperamos que en sus cinco años de duración tengamos un fármaco en fase 1”, avanza la investigadora.

Acelerar los tiempos

“Aquí sí que veo a corto plazo tener algo, pero porque estamos aunando fuerzas más de veinte investigadores de diez instituciones diferentes. Cuando haces cosas a esa escala y con una financiación de 25 millones, sí que se pueden acelerar esos tiempos”, relata sobre este proyecto.

Ahora, sus investigaciones también estudian los sarcomas. Y eso, como en toda investigación científica, se puede hacer mejor gracias a la colaboración. El equipo de Cristina Mayor ya trabaja junto con otros expertos en esta patología y, con su conocimiento en resistencias a terapias, confían en superar los problemas en el desarrollo de los fármacos en determinados tipos de sarcoma, que dejan de ser efectivos pasados dos años. “Tenemos muchas esperanzas en aportar soluciones”, considera.

“Creo que no se ofrecen suficientes oportunidades para que la gente que está formándose fuera pueda volver con unas condiciones dignas”

Con estas credenciales, su trayectoria está más que acreditada y su regreso a España supuso una buena noticia para el panorama investigador el país. Sin embargo, reflexiona: “Creo que no se ofrecen suficientes oportunidades para que la gente que está formándose fuera pueda volver con unas condiciones dignas”. En este sentido, la reivindicación es clara. “A nosotros nos encantaría que hubiese una ley de ciencia que no cambiase cuando se cambia de Gobierno”, expresa. “Es una pena porque aprendemos aquí, nos vamos fuera a seguir aprendiendo y cuando quieres volver, no es que haya un abanico de oportunidades muy amplias y, sobre todo, no son competitivas”.