Entrevista | César Bona Experto en Inteligencia Emocional y Social, escritor, conferenciante y maestro, nominado en 2015 como uno de los mejores profesores del mundo

"Los niños deben salir del colegio con más preguntas que respuestas"

César Bona

César Bona / Jaime Galindo

Cuando Jane Goodall escribe el prólogo de tu libro, o tienes en tu círculo próximo a filósofos como Emilio Lledó, el talento que subyace en ambas circunstancias se presupone. Este es el caso de Cesar Bona (Ainzón, 1972), un maestro zaragozano que en 2015 fue nominado como uno de los 50 mejores maestros del mundo por el Global Teacher Prize, y que hoy en día continúa transmitiendo conocimiento por todo el mundo a través de cursos, talleres y conferencias, tanto para adultos como para estudiantes. Un docente que basa la tríada del aprendizaje en los pilares de la curiosidad, la creatividad y la investigación, y que ha cambiado la vida de muchos escolares gracias a sus métodos docentes, que, según apunta, tienen en común la escucha y el respeto al niño, así como el traspaso de herramientas para su desarrollo integral como seres humanos.

-Usted ha ayudado canalizar las capacidades de sus alumnos, con iniciativas como 'El cuarto hocico', protectora de animales virtual que dirigían sus alumnos de cuarto de Primaria del PCRA ORBA, en Muel (Zaragoza). Un proyecto que recibió el premio al mejor proyecto del Concurso Nacional de Ecoiniciativas, de manos de la primatóloga británica Jane Goodall.

-Conocer a Jane Goodall fue un regalo. Igual que a Emilio Lledó, quien tuve la enorme fortuna de conocer, puedo decir que somos amigos. Para mí el regalo más enorme que he recibido en estos años ha sido conocer a la persona más humilde que he visto en mi vida, y a la más sabia.

-Comenzó su carrera en el Colegio Fernando el Católico, en el barrio Oliver de Zaragoza, donde conoció a niños de diez años que aún no sabían leer, a los que motivó para el aprendizaje a través de una obra de teatro.

-Lo que hice fue valorar su cultura, sus raíces. A todos nos gusta ser queridos, escuchados y útiles. Primero, la autoestima. Luego, las ganas de regresar al cole y seguir creciendo.

-¿Mantiene el contacto con sus antiguos alumnos?

-Javi, que me enseñó a tocar el cajón, me invitó a su boda, nos vemos de vez en cuando. También Juan, me lo encontré hace poco, me pitó desde su furgoneta y paró para darme un abrazo.

-¿Cómo vive un docente ese impacto que permanece en sus antiguos alumnos?

-Es de las cosas más bonitas para un maestro y una maestra. Nunca sabes la influencia que puedes llegar a tener en ellos, lo tenemos que recordar cada día.

-¿Alguno de sus profesores le marcó de forma especialmente positiva?

-Si, Don Dionisio. Me daba Lengua. Creo que gracias a él me gusta tanto leer y expresarme bien.

-¿Y en negativo?

-Una maestra que me hizo odiar las matemáticas. ‘Gracias’ a ella me lancé al latín y al griego. Años más tarde descubrí el valor de las matemáticas, pero en aquel momento lo veía como una cueva sin salida desde la que era imposible ver la luz.

-Tiene una amplia visión de la educación, ya que ha impartido clases en colegios públicos, privados y concertados. ¿Nacemos todos con talento?

-Todos tenemos al menos un talento: hay quien se lo encuentra de bruces, y no sabe qué hacer con él, y quien no lo encuentra nunca.

Nombre: Cesar Bona

Formación: Licenciado en Filología Inglesa y Diplomado en Magisterio en Lengua Extranjera

Cargo: Profesor, escritor y conferenciante nominado en 2015 como uno de los mejores 50 profesores del mundo según el Global Teacher Prize.

Lugar de nacimiento y año: Ainzón (Zaragoza), 1972

Trayectoria: César Bona, Licenciado en Filología Inglesa y Diplomado en Magisterio en Lengua Extranjera por la Universidad de Zaragoza, experto internacional en Inteligencia Emocional y Social, Maestro y escritor. Fue nominado en 2015 como uno de los 50 mejores maestros del mundo según el Global Teacher Prize. Ha formado parte del jurado de los Premios Princesa de Asturias, en la categoría de Comunicación y Humanidades, en 2017, 2018 y 2019. Es director del Curso Aprendizaje Creativo e Innovación Docente en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Asimismo, es Profesor del Máster Propio en Inteligencia Emocional de la Universidad de Málaga, Profesor en el Máster en Inteligencia Emocional y Coaching de la Universitat Jaume I de Castellón y Profesor del Máster de Educación Socioemocional de la Universidad de Zaragoza. También recibió el Premio Crearte del Ministerio de Cultura en dos ocasiones por su estímulo de la creatividad, así como la Cruz José de Calasanz, máxima distinción en la educación aragonesa. También recibió el Premio Magister de Honor por la Plataforma de Escuela Pública, y el Premio Medio Ambiente Aragón 2013 por 'El cuarto hocico', protectora de animales virtual dirigida por niños. Tuvo una Mención de Honor en el International Children Film Festival of India por la película ‘The importance of being Applewhite’ que hizo para unir a dos familias que no se hablaban. Ha impartido conferencias en: Bruselas, Área de Educación Europea (Comisión Europea), Embajada Española en Berlín, Universidad Católica de Chile y en la Universidad Autónoma de Barcelona, entre otras. Además, César Bona es ponente habitual en congresos en México, Chile, Colombia, Perú, Argentina, Uruguay, Ecuador, Costa Rica o Portugal, así como en diferentes empresas (Inditex, Grupo Santander, Disney…). Es autor de ocho libros sobre educación, algunos de ellos traducidos a idiomas como el catalán o el turco.

-¿Cuál es el talento de César Bona?

-La capacidad para viajar al niño que era y llevarlo conmigo. Así veo la vida con dos miradas en paralelo: la del adulto y la del niño. Te haces muchas preguntas y ves las cosas de otra manera. Y disfrutas más de la vida. Me parece importantísimo que los niños y niñas salgan de las escuelas con más preguntas que respuestas.

-¿Cómo influye la educación en el desarrollo de los talentos?

-La educación es, para mí, dar herramientas para el desarrollo integral del ser humano. La parte intelectual es muy importante, pero hay otras patas que no se pueden dejar atrás: el desarrollo físico, emocional y social. Hay que fomentar la curiosidad, el pensamiento crítico, la resiliencia, el respeto a uno mismo y a los demás, conocerse a uno mismo (que no es poco). Para ello es importante escuchar. Mi verbo favorito siempre ha sido escuchar. Cuando uno se siente escuchado, quiere seguir compartiendo cosas. También es importante estimular la curiosidad. Un filósofo alemán, Robert Spaemann, dijo que deberíamos institucionalizar la ingenuidad, para que todo el mundo se hiciera preguntas. También es importante la psicología social. Como dijo Concepción Arenal, ‘las fuerzas que se asocian para el bien no se suman, se multiplican’. Uno no es una isla, cuando estamos con otras personas, tanto para mal como para bien, el efecto se multiplica.

-¿Cómo está la educación en Aragón?

-Voy a muchas charlas, talleres y conferencias por toda España, y allá donde voy me dicen que en Aragón, en educación, se hacen muchísimas cosas. Tenemos grandes personajes que han llegado muy lejos, y que son grandes referentes. Veo importante apoyar el talento, en todos los ámbitos, la gente que esté haciendo cosas hay que valorarla. Sobre todo, es importante dar apoyo a donde todo comienza, que es la educación. Y que respetemos la naturaleza de la infancia y de la adolescencia, que se nos den tiempos y espacios para escucharnos mucho más. No hablo solo de ratios o recursos materiales, hablo de tener más tiempo para que los alumnos y alumnas puedan expresarse.

-¿Qué consejos daría los talentos educativos emergentes?

-Que cultiven el niño o la niña que son, y que siguen siendo. Es muy difícil estimular la creatividad y la curiosidad si no se practica. Es importante bajarse de la inercia en la que estamos subidos como adultos y disfrutar muchísimo más de las cosas. Y observar. Un niño, o está jugando, o está creando cosas, o imaginando cosas, o curioseando. Esa es la esencia de los niños, yo creo que, cultivándola, se gana mucho.

Todo desde la planificación: ver en qué punto estoy, dónde quiero llegar, qué necesito, qué estoy dispuesto a sacrificar. Hay muchísimos talentos que salen adelante, pero hay muchísimos otros que se diluyen, por falta de organización, por falta de constancia, por falta de compromiso.

También creo que tenemos que revisar la frase ‘si quieres, puedes’. Como automotivación puede estar bien, pero no siempre que quieras vas a poder. Es bueno tenerlo en cuenta, para no entrar en frustraciones. Si quieres y trabajas por ello, puede que lo consigas, y si no lo consigues, hay que buscar alternativas. Constancia, esfuerzo, y si no se consigue, tal vez tienes que abrir otra puerta. No solo la pasión vale, también la estrategia, y ser consciente de los límites. Pasión y cabeza.