Mujeres Influyentes de Aragón

Irene Pérez Ibarra: "Romper con el síndrome del impostor ha condicionado el desarrollo de mi carrera científica"

Investigadora Ramón y Cajal en la Universidad de Zaragoza, está asociada al Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2) y dirige un grupo de nueve investigadores en el marco de un Consolidator Grant del Consejo Europeo de Investigación

Irene Pérez Ibarra

Irene Pérez Ibarra / ANDREEA VORNICU

Irene Pérez Ibarra (Murcia, 1975), lleva casi dos décadas dedicada a la investigación, la mitad este tiempo en EE.UU, lugar donde arrancaron sus dos carreras paralelas: la científica y la familiar. Y es que la conciliación ha sido uno de los factores condicionantes de la carrera de esta científica de fuertes raíces y vínculo con Aragón, una realidad que visibilizó en 2023 con la publicación, junto con otras cinco colegas de profesión, del artículo denominado “Diez medidas sencillas para hacer una academia más amigable con la maternidad”, en el que pone sobre la mesa cómo la mitad de las investigadoras se ven abocadas al abandono de la ciencia tras la maternidad. En la actualidad, es coinvestigadora principal de un reconocido grupo de investigación en sistemas socioeconómicos y es receptora de una Consolidator Grant de 2,6 millones de euros, concedida por el Consejo Europeo de Investigación (ERC), una institución paneuropea de financiación creada para sufragar la investigación e innovación en la Unión Europea, para su investigación sobre la diversidad y la evolución de reglas y normas de los sistemas agrícolas y ganaderos.

¿Qué le diría a una niña que quisiera seguir sus pasos? | Irene Pérez Ibarra responde

Jaime Galindo

Irene Pérez Ibarra llegó a la Universidad de Zaragoza en 2019, motivada por sus vínculos familiares con Aragón, a través de un contrato de excelencia de la Fundación Agencia Aragonesa para la Investigación y Desarrollo (ARAID), para la incorporación como investigadora en el Instituto Agroalimentario de Aragón. Para entonces, la carrera de esta bióloga ya había pasado por los centros de investigación de dos universidades de EE.UU: como Research Associate en la Arizona State University, de 2012 a 2014; y en la Columbia University in the City of New York, de 2016 a 2019, tras casi dos años de baja maternal voluntaria.

Nombre: Irene Pérez Ibarra

Profesión: Licenciada en Ciencias Biológicas y Doctora por la Universidad de Murcia.

Cargo: Investigadora y profesora universitaria.

Lugar de nacimiento y año: Murcia, 1975

TRAYECTORIA: Investigadora Ramón y Cajal en el Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2) desde 2019. En 2022 recibió una financiación de 2,6 millones de euros por parte del Consejo Europeo de Investigación a través de una Consolidator Grant otorgada por el Consejo Europeo de Investigación para su programa de investigación sobre diversidad y evolución de reglas y normas de los sistemas agrícolas y ganaderos. Actualmente es coinvestigadora principal de un grupo de investigación reconocido en sistemas socio ecológicos, y dirige a un grupo de nueve investigadores. En 2010 recibió una beca postdoctoral competitiva para investigar en EE.UU, donde estuvo contratada como Reseach Associate en la Arizona State University (de 2012 a 2014) y en la Columbia University in the City of New York (de 2016 a 2019), hasta el año 2019 que se incorporó al IA2 a través de contrato de excelencia de la Fundación Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (ARAID). Desde 2021 es docente en el Departamento de Ciencias Agrarias y del Medio Natural en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza.

Un periodo americano en el que nacieron sus dos hijos, y con ellos, nuevas perspectivas. “La carrera científica es muy, muy competitiva, por lo que cualquier aumento de las responsabilidades familiares puede reducir muchísimo las expectativas de tu rendimiento académico. La carrera científica es una carrera de fondo, con tiempos muy marcados, por lo que, si paras, te quedas atrás y es muy difícil remontar. A lo largo de mi carrera he considerado abandonar la carrera investigadora varias veces, y las razones principales tengo claro que fueron el aumento de la carga de trabajo y responsabilidad tras ser madre en 2011 y 2014, la falta de confianza en mi capacidad para estar en primera línea del avance del conocimiento, y las pocas referentes madres científicas con las que me crucé en mi formación como científica”, apunta Pérez Ibarra.

Sesgos importantes

Irene Pérez Ibarra entró en 2021 como docente en el Departamento de Ciencias Agrarias y del Medio Natural en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, después de una larga carrera en la que ya había experimentado las dificultad de compatibilizar la maternidad con la ciencia. “La situación de las mujeres en la academia está mejorando, pero aún queda mucho por hacer. El año pasado, un grupo de madres científicas nos juntamos para discutir los problemas que tienen las mujeres para continuar en la academia cuando deciden formar una familia. Nos dimos cuenta de que nuestra experiencia personal no era algo anecdótico, sino, desgraciadamente, algo generalizado en el mundo académico. Los datos son apabullantes, pues algunos estudios muestran que el 50% de las científicas abandonan la ciencia después de convertirse en madres, y que las mujeres científicas tienen menos hijos que sus colegas hombres. Por supuesto que los hombres (con y sin hijos) también abandonan la ciencia, pero es un porcentaje es muchísimo menor que el de las mujeres con hijos”, expone Pérez Ibarra.

"El 50% de las científicas abandonan la ciencia después de convertirse en madres; las mujeres científicas tienen menos hijos que sus colegas hombres"

Además, comenta la investigadora, existen otros datos que “muestran los importantes sesgos que existen a la hora de recomendar, contratar y promocionar a mujeres frente a hombres científicos. Y esto son solo algunos datos que sirven de ejemplo de las grandes desigualdades que existen en la academia”, comenta la investigadora, aunque también se felicita de los aires de cambio que percibe. “Es verdad que la situación está cambiando. Como me comentaba hace unos días una compañera algunos años mayor que yo, antes (refiriéndose a cuando realizaba su tesis doctoral) muchos departamentos de la Universidad no contrataban a mujeres”, recuerda.

Una presencia femenina que va in crescendo, pero que, a juicio de la bióloga, aún se puede mejorar. “Me gustaría que la presencia de las mujeres en los puestos de liderazgo y máxima responsabilidad aumentara hasta llegar a igualarse a la de los hombres. Creo que esto es especialmente importante para tener referentes femeninos, modelos que otras mujeres puedan seguir”, asevera.

Flexibilidad

En 2022, el Consejo Europeo de Investigación financió con más de 2,6 millones de euros su programa de investigación sobre diversidad y evolución de reglas y normas de los sistemas agrícolas y ganaderos. Un más que relevante punto de inflexión en una carrera científica no exenta de dificultades que durante el pasado año trató de visibilizar a través de un estudio. “El trabajo de las mujeres en la academia se dificulta especialmente cuando nos planteamos formar una familia. Con mis colegas de profesión Esther Sebastián (Universidad de Alicante), Alejandra Morán (CREAF-CTFC), Ana Sanz (IMEDEA), Eva Graciá (Universidad Miguel Hernández) y Mar Sobral (Universidad Santiago de Compostela), propusimos diez medidas sencillas para hacer una academia más amigable con la maternidad. Algunas de estas medidas ya se utilizan en España, otras están aún muy lejos de cumplirse”, apunta la investigadora. 

"En mi caso, querer hacer ciencia de vanguardia a la vez que dedicar tiempo de calidad a mi familia y mis hijos ha sido todo un reto"

Entre las propuestas que menciona el estudio del que Ibarra es coautora se encuentran medidas de apoyo durante el embarazo; permisos parentales flexibles: instalaciones de cuidado infantil y lactancia; organización de actividades en horario escolar, flexibilidad horaria; adaptación de la docencia; implementación de acciones para respaldar la carrera académica de las madres, medidas para la salud mental de las familias en la academia; lucha contra la discriminación y el acoso; y distribución equitativa de la carga de trabajo.

Búsqueda de soluciones

En la actualidad, Irene Pérez Ibarra es coinvestigadora principal del grupo de investigación reconocido en sistemas socioecológicos, y dirige a un grupo de nueve investigadores. Una posición dentro de la investigación que ha requerido tanto de trabajo como de lucha contra factores no solo externos, sino también internos. “Las mujeres no solo debemos superar las barreras que nos pone la sociedad si no también las que nos ponemos a nosotras mismas por la formación y referentes que hemos tenido, y el ambiente en el que nos hemos criado. En mi caso, querer hacer ciencia de vanguardia a la vez que dedicar tiempo de calidad a mi familia y mis hijos ha sido todo un reto. Superar mis propias inseguridades, romper con el síndrome del impostor, y encontrar los referentes femeninos que necesitaba para convencerme de que yo era capaz, ha sido lo que más ha condicionado el desarrollo de mi carrera científica”, confiesa.

Es por ello por lo que el mensaje que lanza a aquellas que la seguirán es muy claro para la científica de la Universidad de Zaragoza. “Si conociera una niña curiosa que se emociona con las diferentes cosas que aprende y descubre, y con interés de saber la respuesta del millón de preguntas que se le puede pasar por la cabeza, le diría que tenga confianza en sí misma, que tenga claro de que si quiere y trabaja duro puede dedicarse a la ciencia que es una profesión maravillosa, pues se trata de ser curiosa, original, colaboradora y de querer buscar respuestas a preguntas que podrían llegar a ser la solución a los grandes problemas a los que se enfrenta la sociedad actual como la sostenibilidad, el cambio climático, o la salud”, concluye.