Marta Valencia: "Tres centímetros parecen poco, pero para nosotros son una barrera"

Exnadadora paralímpica y licenciada en Derecho, es presidenta de Fundación Dfa, Amanixer, Cocemfe Aragón, Cocemfe Zaragoza y de la Confederación Estatal de Mujeres con Discapacidad (Cemudis)

Marta Valencia

Marta Valencia / Andreea Vornicu

Marta Valencia (Zaragoza, 1973), lleva más de dos décadas vinculada a Fundación Dfa, entidad de iniciativa social que trabaja por la plena inclusión de las personas con discapacidad en Aragón desde 1976. Una institución de la que es presidenta desde 2017, y desde la cual pone voz ese 10% de la población que son las personas con discapacidad. Un colectivo sobre el que se ceban el desempleo y las barreras, tanto físicas como sociales, y que este año ha sido testigo de un hito: el cambio del término "disminuidos" por “personas con discapacidad” en el artículo 49 de la Constitución Española. Una reivindicación que llevaba sobre la mesa más de dos décadas y que se une a todas las luchas históricas que, poco a poco, van convirtiéndose en una realidad.

Marta Valencia, licenciada en Derecho, entró en Dfa en 2001 como auxiliar administrativo, aunque pronto se incorporó a la asesoría jurídica de la entidad. Desde ahí fue testigo directo, tanto de las necesidades de las personas con discapacidad, como de la evolución de la accesibilidad. Ya que, según explica, “tres centímetros parecen poco, pero para nosotros son una barrera”.

La presidenta de Dfa también ha sido testigo de la evolución de los derechos de las personas con discapacidad en las últimas dos décadas. “Ha habido evolución, pero es más lenta de lo que querríamos”, afirma Valencia, al tiempo que pone en valor la evolución positiva que ha habido, como la inclusión en el artículo 49 de la Constitución Española del término “personas con discapacidad” en lugar de “disminuidos”, una reivindicación que el movimiento asociativo mantenía desde 2003. “El término 'disminuido' incide mucho en la persona. No sólo se cambia la terminología, es un cambio de modelo”, apunta la abogada, hacia un “modelo social” en el que “es la sociedad la que debe incluir, la que tiene que eliminar las barreras: físicas, de comunicación… no es que tú te tengas que adaptar, sino la sociedad, porque todos somos diferentes”.

Nombre: Marta Valencia Beltrán.

Profesión: licenciada en Derecho.

Cargo: presidenta de Fundación Dfa, presidenta de Cocemfe Aragón, Cocemfe Zaragoza, Amanixer y la Confederación Estatal de Mujeres con Discapacidad (Cemudis).

Lugar de nacimiento y año: Zaragoza, 1973.

Trayectoria: Marta Valencia participó en 1992 en las pruebas de natación en las Paralimpiadas de Barcelona. Es presidenta de Cocemfe Aragón, Codemfe Zaragoza, la Confederación Estatal de Mujeres con Discapacidad (Cemudis), de Amanixer, y de Cermi Aragón. Desde 2018 es presidenta de Fundación Dfa, entidad a la que lleva vinculada desde 2001: como abogada hasta 2017, y como patrona desde 2018.

El lema de su día a día: “Hay que seguir luchando por los derechos de todos y de todas”

La discapacidad es un factor condicionante, pero, según comenta Valencia, “nosotras siempre hablamos de la interseccionalidad: ser mujer y tener discapacidad son circunstancias que pesan mucho, pero también vivir en el medio rural, el origen étnico o la orientación sexual”. Una realidad que se puede medir en cifras. “Las personas con discapacidad somos un 10% de la sociedad, de las que un 60% somos mujeres”, comenta, y de las cuáles “el 33% son activas, y con empleo, el 20%. Entre la sobreprotección, que no encuentran trabajo, que aún falta mucha formación superior o de grado medio, que muchas ofertas de empleo suelen estar dirigidas a hombres… si todo esto se va uniendo, tienen una autopercepción negativa: yo no consigo, yo no hago nada, solo sirvo para estar en casa. Además, a las mujeres con discapacidad no se nos reconoce el derecho a ser madre. Hasta 2021 no se eliminó la potestad que se les daba a los jueces de autorizar esterilizaciones forzadas, lo que conllevaba una incapacitación civil”, argumenta.

¿Qué le diría a una niña que quisiera seguir su ejemplo? | Marta Valencia responde

Andreea Vornicu

Violencia de género, familiar y social

A la dificultad para acceder al empleo, una herramienta de socialización y realización importante, comenta Marta Valencia, se une otra variable: la violencia de género, familiar y social. “Incluso institucional. Pedimos mayor protección y accesibilidad, desde el acceso a la justicia, a la comisaría, a los pisos de acogida, y a las medidas de protección. Se va trabajando en ello, pero queda todavía trabajo, porque hay mucho descrédito sobre lo que las mujeres dicen, y en el caso de la discapacidad, más todavía”, asevera. En este sentido, argumenta, es relevante contribuir a elevar la autopercepción de las mujeres con discapacidad víctimas de violencia, como herramienta para ayudarlas a salir de esa situación. Y en esta tarea la socialización y el grupo juegan un papel relevante. “En Aragón fundamos la asociación Amaniser de mujeres con discapacidad, para crear un clima de confianza entre mujeres, que salgan de casa, que hagan grupos a través de los talleres, que rompan esas barreras”, comenta.

"Los datos a nivel nacional son muy terribles todavía en el caso de mujeres con discapacidad: activas solo hay un 35%, y con empleo, un 20%"

Por otro lado, Marta Valencia también hace hincapié en la educación. “La concepción social de la discapacidad no es la misma que la de hace treinta años, yo creo que se ve de otra manera”, explica, aunque “la educación es importante, que los niños vean que somos todos diferentes, que se acostumbren a que haya gente con discapacidad”. Y también incide en las medidas públicas que ayuden a la incorporación de mujeres con discapacidad al mercado laboral. “Una de las peticiones que hacemos es que haya una pequeña compatibilidad entre prestación y trabajo”, explica, así como “que la perspectiva de género y de la discapacidad esté presente en cualquier política”.

Favorecer la autonomía

Marta Valencia apuesta por la potenciación de la autonomía personal de las personas con discapacidad. Por ello, pediría a las familias “que no sobreprotejan. Aunque se haga con buena intención al final es negativo. Hay que estimular la formación, el desarrollo, que hagan lo que quieran. Nos equivocaremos como cualquier otra persona, nos caeremos y nos volveremos a levantar, hay que aprender a soltar”, solicita.

"A las mujeres con discapacidad no se nos reconoce el derecho a ser madre. Hasta 2021 no se eliminó la potestad que se les daba a los jueces de autorizar esterilizaciones forzadas"

Y, en particular a las niñas con discapacidad, las animaría “dentro de todo lo que podemos hacer, que hagan lo que quieran. Que luchen por tener su propia autonomía, creo que es fundamental, tener un empleo. E involucrarse, porque, aunque todo el movimiento de la discapacidad ha conseguido muchos derechos, no quiere decir que estos estén garantizados. Promover que sean activistas, que en esta sociedad tan individualista nos cuesta mucho conseguir gente que quiera participar e involucrarse”. Y es que “igual que ha habido personas detrás trabajando por conseguir unos derechos de los que nos hemos beneficiado, hay que trabajar por aquellas personas que no pueden. Hay que seguir luchando por los derechos de todos y de todas. En el caso de mujeres, todavía no estamos en situación de igualdad de partida”, concluye.