Nervios, manos apretadas, ojos que no dejan de mirar el reloj y de repente, piel de gallina cuando los cientos de tambores empiezan, a las 12 en punto, a romper la hora con un estruendo tan ensordecedor como emocionante, lo que se conoce como la Rompida de la hora. Esto solo es el recuerdo de todos aquellos que han estado años y años viviéndolo.

Ahora ya nada es igual y de nuevo, un año más, la plaza de Calanda se ha encontrado vacía y sus vecinos, a los que les puede la tradición sea como sea, han salido a sus balcones esta mañana para intentar de alguna manera romper la hora y olvidarse por un momento de la pandemia del coronavirus, que ya les ha impedido por segundo año consecutivo poder disfrutar de este viernes Santo.

Alberto Herrero, alcalde de esta localidad turolense, contó que todos los actos de la Semana Santa se han retransmitido como el año pasado a través de la megafonía municipal. La única diferencia este 2021 es que esta mañana el bombo ha podido presidir la plaza de España, abarrotada en otras ocasiones por 2.000 personas y este año, cerrada al tráfico y a los peatones. «Lo sacaremos con un crespón negro en recuerdo a todos los fallecidos un cuarto de hora antes y lo quitaremos al acabar para así evitar aglomeraciones de gente que quiera verlo o hacerse fotos», explicó Herrero, que un año más tiene la responsabilidad de actuar y gestionar la situación actual. «Se vive con nostalgia y de recuerdos porque estos días es una de las motivaciones de ser alcalde y lamentablemente aún no lo he podido disfrutar», explicó. A pesar de eso, aseguró que tienen «la vista puesta en la Semana Santa del 2022 para poder disfrutar con los amigos y la familia». Algo que solo significará que la situación sanitaria será mejor que la actual.

En Híjar ayer por la noche ocurrió lo mismo que en Calanda y los escasos tambores que se asomaron a los balcones fueron recibidos por calles vacías donde el sonido retumbaba aún más si cabe. Luis Carlos Marquesán, alcalde de la localidad, explicó que todos los actos que había a lo largo de la Semana Santa han sido cancelados. «El año pasado lo hicimos vía streaming porque pensábamos que era una situación única y excepcional pero ahora estamos casi en las mismas circunstancias y tenemos que evitar aglomeraciones».

Segundo año

En este caso, la rompida de la hora se celebra a las 12 de la noche del jueves por lo que incluso el toque de queda, establecido una hora antes, imposibilitaba que se pudiera realizar algún acto simbólico. «No queremos incentivar a que la gente salga o se junte incumpliendo las normas por lo que apelamos a la responsabilidad individual y colectiva», explicó Marquesán, que por segundo año consecutivo se ve en la obligación de pedir y anunciar a sus vecinos que no se romperá la hora en Híjar. «El año pasado fue muy duro y muy triste, ahora la gente ya ha tenido tiempo para asimilar la situación que estamos viviendo».

A pesar del dolor que desborda a todos los hijareños, la localidad ha recibido a más población durante estos días, pero «sigue faltando el bullicio al que estamos acostumbrados en Semana Santa». Este bullicio del que habla Marquesán no se va a producir debido a que el concurso de tambores y bombos así como la Feria del Tambor y la Percusión también han sido canceladas. «En la rompida podía llegar a haber hasta 1.000 personas y los actos de los días previos movían a unas 500 por esta zona», unas cifras que quedan lejanas a la actualidad. «El año pasado ya pensábamos que sería solo ese por lo que este año solo nos queda comportarnos y depende de nosotros el poder avanzar e ir a mejor», zanjó el edil.

Andorra es también uno de los nueve pueblos que forman parte de la Ruta del Tambor y el Bombo y que, junto a Alcañiz, Alcorisa, Albalate del Arzobispo, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaen, además de los mencionados anteriormente, han tenido que cancelar los actos multitudinarios.

Antonio Amador, alcalde de dicha localidad explicó que de los cuatro eventos más importantes que hay en la localidad durante la Semana Santa, solo se ha realizado la rompida de la hora de ayer por la noche «y solo desde los balcones de las casas», una situación que ha estado controlada en todo momento por los cuerpos de seguridad para que, a pesar de ser un pueblo» muy tamborilero» como explica Amador, se sigan manteniendo las normas establecidas y evitar posibles contagios.

La cancelación de la Semana Santa no solo ha dolido en esta zona aragonesa, sino que en el resto, cualquier participante de ella de una manera o de otra, estos días se encuentra más nostálgico de lo normal. En la capital aragonesa, para darles a los ciudadanos un poco de esperanza para el próximo año, los pasos han sido expuestos en las diferentes sedes canónicas y excepcionalmente se ha podido ver abierta la iglesia del Sagrado Corazón con los pasos titulares de las cofradías de la Entrada y el Descendimiento.