El Casademont se enfrenta esta miércoles al Reggiana (20.30) en el último encuentro en su periplo de viajes por Europa. La sufrida victoria en Israel supuso un balón de oxigeno para las opciones de clasificación del equipo zaragozano. Una victoria ante los italianos supondría dar un paso de gigante ya que el Casademont se pondría con dos victorias y los tres partidos restantes serían con el factor cancha a favor, con el apoyo de la afición del Príncipe Felipe.

Al equipo zaragozano le llega el partido en el mejor momento anímico desde hace semanas tras volver a la senda de la victoria tanto en competición europea con en la Liga ACB. Aunque queda mucho por hacer y por evolucionar, los hombres de Ponsarnau parecen estar dando la vuelta a la dinámica negativa que acarreaban

La mejora del Casademont se explica desde dos puntos clave. El primero es que parece que el tiempo necesario que pedía Ponsarnau para la adaptación y el ajuste de sus nuevas piezas va surtiendo efecto y en los dos últimos choques, especialmente ante el Breogán, se ha visto un equipo con las ideas más claras y creciendo a partir de un muy buen trabajo defensivo. El segundo punto que explica la mejoría del equipo es que varios jugadores han dado un paso al frente y han conseguido elevar las prestaciones que venían ofreciendo. Si Mobley fue la estrella en Israel, Stan Okoye fue el máximo referente en el ataque de los zaragozanos en el partido liguero ante Breogán. Además San Miguel parece haber recuperado un buen estado de forma que le permite con su experiencia liderar al equipo. En el juego interior Hlinason está respondiendo con creces ante la lesión de Jamel McLean. El islandés está siendo determinante, sobretodo en defensa, donde está demostrando su gran capacidad para intimidar y para taponar.

Quizá la laguna más evidente que sigue arrastrando el Casademont es la desconexión del equipo en ciertos momentos que permiten al rival sumar parciales abultados que echan por tierra el buen trabajo y las ventajas obtenidas. Errores que no se puede permitir ante los italianos si quiere imponerse en el choque europeo.

Enfrente estará el Reggiana, que figura en la sexta posición de la Lega, con un balance de tres victorias en cinco partidos. Los italianos son un equipo muy compenetrado, con un juego muy coral y que suele jugar a tanteos elevados. Tiene en los exteriores Osvaldas Olisevicius (18 puntos, 3,5 rebotes) y Arturs Strautins (16,5 puntos, 6 rebotes) sus mayores armas anotadoras, con Mikael Hopkins (10 puntos, 9 rebotes) dominando la pintura y con el veterano Cinciarini a los mandos. El Reggiana destaca como el segundo ataque más prolífico tanto en la Liga italiana como en la FIBA Europe Cup (89,3 puntos), además de ser también uno de los equipos que más asistencias reparte con 21 por encuentro y con uno de los mejores porcentajes desde la línea de tres.

En su proceso de crecimiento el Casademont buscará ser un bloque más sólido e intenso e intentará lograr una victoria que ponga a tiro la clasificación para la siguiente ronda de la competición europea y que confirmaría el cambio de dinámica de los hombres de Jaume Ponsarnau.