El Casademont Zaragoza visita esta sábado al Gran Canaria (20.45 horas) con el objetivo de demostrar que la derrota en Italia en competición europea no fue más que un tropezón en la dinámica de evolución y crecimiento en la que Jaume Ponsarnau insiste que se encuentra el equipo aragonés.

Tras las victorias en Israel y ante el Breogán la pasada jornada liguera, el equipo por lo menos recuperó la inercia ganadora. Más dudas ha ido dejando en su juego. En Italia, lo cierto es que el Casademont supo competir en una cancha difícil y ante un rival más trabajado que los zaragozanos hasta el apagón final del último cuarto. Eso sí, durante los últimos minutos se vio un equipo desorganizado y al que le costaba un mundo organizar cada ataque.

El equipo tiene buenos momentos, rachas de inspiración en la que muestra un potencial elevado. Pero hasta ahora el Casademont ha demostrado que le es imposible mantener ese buen registro durante los 40 minutos y da muestras evidentes de falta de solidez y consistencia. Esas carencias le llevan a tener desconexiones como la de los últimos minutos en Italia, que no es la primera vez y que a nivel profesional te suelen costar el partido.

Ese será el mayor problema a solucionar en un partido que tiene el aliciente para el Casademont se de reencontrarse con varios viejos conocidos. El primero es Porfirio Fisac, exentrenador de los zaragozanos hasta el pasado año. Los isleños cuentan también con caras familiares para el aficionado aragonés, como las de Nico Brussino y Dylan Ennis. 

BUEN MOMENTO

El Gran Canaria llega con la moral por las nubes tras superar en la pasada jornada a domicilio, contra todo pronóstico, al Real Madrid y refrendar su gran estado de forma con otra victoria fuera de la isla en la Eurocup. En la clasificación de la ACB son cuartos con un balance de cinco victorias por dos derrotas. Por el contrario, aunque pueda parecer anecdótico a estas alturas de la temporada, el Casademont se encuentra solo una victoria por encima de los puestos de descenso.

 Además de los ya mencionados, la plantilla canaria cuenta con hombres con un largo recorrido en la Liga Endesa como Artem Pustovyi, Ilimane Diop o Miquel Salvó. Piezas de un importante perfil físico que se unen a la columna vertebral que forman desde hace algunas temporadas Andrew Albicy, AJ Slaughter o John Shurna. En definitiva, un equipo con muchísimos recursos que destaca como uno de los mejores a la hora de compartir el balón (16,7 asistencias), recuperar balones (8,1) y sacar faltas personales (21,1), gracias a la verticalidad de sus jugadores de perímetro y la envergadura de sus interiores.

Ponsarnau, en la rueda de prensa previa al choque, todavía sin Thompson, destacó la importancia del apartado mental. «En el aspecto de cabeza no hemos estado bien y necesitamos estarlo para hacer frente a un equipo que mete canastones y eso nos tiene que hacer dar un paso adelante a nivel de solidez mental», aseguró un técnico que señaló cuál puede ser una de las claves: «El ritmo del partido será vital, somos equipos que nos sentimos cómodos corriendo y jugando en transición. Ganará el que se imponga»

Un partido que presenta ciertas similitudes con la anterior visita, de infausto recuerdo, del Casademont hace unas semanas a las Islas Canarias en la que salió apabullado por el Lenovo Tenerife. Ahora, siendo un equipo algo más rodado, intentará no cometer los mismos errores y obtener una victoria de prestigio que signifique el impulso definitivo al crecimiento de los zaragozanos y así lo considera Ponsarnau: «Es el momento perfecto y el reto perfecto poder conseguirlo delante de un equipo como el Gran Canaria».