El Casademont Zaragoza más grande

Atrás quedan las dudas que amagó con transmitir el Casademont Zaragoza femenino en los partidos previos a la exhibición ofrecida el pasado domingo frente al todopoderoso Valencia. El cansancio acumulado en viajes y partidos de dos competiciones afectó a la frescura y a la energía de una escuadra cuyo estilo de vida se basa en, precisamente, la intensidad y el corazón. La dolorosa derrota en casa ante el Perfumerías Avenida y la nefasta primera parte en Galicia ante el Ensino obligaron a una intervención inmediata desde el banquillo. «Podemos perder, pero no por falta de actitud», advirtó Cantero tras leer la cartilla a las suyas al descanso del duelo frente al conjunto lucense.

La reacción fue ligera una semana después contra el Araski y algo más intensa en Polonia, donde el Casademont encajó el pasado jueves la primera derrota de la temporada en la Eurocup (69-66), aunque el cuadro aragonés seguía lejos de aquel nivel excelso que llegó a ofrecer no hace mucho y que rescató el pasado domingo para pasar por encima del Valencia (77-55) en un partido para enmarcar. Es la segunda victoria de las aragonesas ante un equipo de Euroliga tras la lograda en la primera vuelta, también en casa, ante el Spar Girona, precisamente, rival del Casademont este sábado.

La mejor versión del Casademont llega en el momento justo, a apenas horas del partido más importante de la temporada y, seguramente, de su corta historia. La vuelta de los octavos de final ante el Lublin amenaza con envolver con la mejor entrada de la temporada un Príncipe Felipe que se lo pasa en grande con unas jugadoras empeñadas en seguir haciendo historia. Cerca de 4.500 personas vibraron el domingo con un equipo enorme capaz de arrollar a otro con mucho más presupuesto y distintos objetivos a los de una escuadra que no para de crecer. Ya no hay duda. El Casademont más grande ha vuelto.

La cita de este miércoles (20.00 horas) llega, pues, en el mejor momento. Entre otras cosas, porque también ha regresado la mejor versión de Leo Fiebich, cuyos problemas físicos parecen ser ya historia. Con Vega Gimeno pletórica y Mariona Ortiz en uno de los mejores momentos de su carrera, es la hora para un Casademont Zaragoza envuelto en grandeza que se ha ganado el derecho a soñar con alcanzar la gloria. 

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