SUCESOS EN ARAGÓN

Una denuncia en Huesca destapa un millonario fraude de criptomonedas con 17.000 víctimas en España

La Guardia Civil comenzó la investigación a una empresa / La organización criminal ganaba 400 euros al minuto, con un beneficio neto total que puede superar los 2.400 millones de euros.

Las víctimas en todo el mundo pueden ascender a cientos de miles.

Las víctimas en todo el mundo pueden ascender a cientos de miles. / EFE / JEROME FAVRE

Un equipo conjunto creado por la Guardia Civil de Huesca y los Mossos d’Esquadra ha desarticulado en coordinación con policías de otros siete países europeos la mayor organización criminal dedicada a la estafa con criptomonedas. Las cifras son mareantes: solo en España se calcula que podría haber hasta 17.000 afectados. Se publicitaba usando nombres de famosos o patrocinando clubs de fútbol, algunos de Primera División. La investigación cree que esta estructura transnacional podría haber amasado en todo el mundo alrededor de 2.400 millones de euros engañando a ciudadanos de la Unión Europea. Ganaban 400 euros cada minuto. 

Las pesquisas se iniciaron de manera conjunta, sin saberlo, en dos municipios muy diferentes. En Huesca y Puigcerdà (Gerona). De ahí que la investigación haya sido conjunta, puesto que, tal y como sostuvo el intendente Joan Carles Granja, jefe de la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos, «el cibercrimen no tiene fronteras». En la provincia altoaragonesa llegaron a estafar a una persona 300.000 euros y a otra 100.000, entre otras cantidades

 En lo alto de la organización había ocho personas, cinco de las cuales se encontraban en Albania: dos han podido ser detenidas y las otras tres siguen en búsqueda y captura. Las dos personas arrestadas serán extraditadas a España, y pasarán a disposición de un juzgado de La Seu d’Urgell, que es el que dirige la instrucción. 

«Detrás de una estructura como esta se esconde el crimen organizado. Y las personas que integraban la cúpula de la red son de alto valor policial, con mucha influencia», explicó Granja. Enrique Martín, capitán de la policía judicial de Huesca, pidió tiempo para aclarar quiénes son todos los implicados. La mafia captaba a las víctimas a través de llamadas telefónicas que efectuaban personas empleadas en 15 call centers que la red había dispuesto en países, en su mayoría externos a la Unión Europea. Muchas de las personas engañadas son ancianos.

Los teleoperadores que llamaban, que en el caso de España se encontraban en un call center de Albania, establecían una relación de confianza con las víctimas. Fingían ser brokers con altos conocimientos financieros que les harían ganar dinero invirtiendo casi siempre en el negocio de las criptomonedas. Al principio pedían cantidades pequeñas, de alrededor de los 250 euros. Y si la víctima accedía, se activaba el resto del plan y, como una ciberaraña, la organización la envolvía hasta dejarla sin dinero. El call center de Albania estaba dividido en espacios por idiomas. Los teleoperadores que hablaban español eran plenamente conscientes de sus engaños. Tenían una campana que hacían sonar cada vez que cazaban a alguien. Y tenían una foto en la que aparecían todos juntos con un cartel que ponía «Alí Babá y los 40 ladrones», como en el cuento de Las mil y una noches. 

Los teleoperadores tenían un archivo, como el de cualquier compañía telefónica, con los datos de cada víctima. Con inscripciones sobre si hablaban mucho, si eran arrogantes, si tenían un marido contrario a la inversión o si acumulaban experiencias negativas invirtiendo en la bolsa. Su tono era persuasivo. Y hacían sentir acompañadas a las víctimas. «Cuando veían que una relación comenzaba a deteriorarse, cambiaban de teleoperador», explicaron ayer en rueda de prensa los dos cuerpos policiales. «Fingieron que se había muerto la persona de referencia de esta primera denunciante».