SUCESOS EN ARAGÓN

El hijo del excónsul de Eslovaquia en Zaragoza, juzgado por estafar 130.000 euros

Hizo creer que necesitaba el dinero para traer un contenedor de mercancía de China

El acusado ya suma tres condenas por este mismo ‘modus operandi’ y otro similar

Jean Paul B. P., en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza.  | JAIME GALINDO

Jean Paul B. P., en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza. | JAIME GALINDO / a. t. b.

Había conseguido eludir su cita con la Justicia en tres ocasiones alegando un cuadro ansioso-depresivo que le impedía prestar declaración hasta que ayer se le escuchó por primera vez ante el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza. Jean Paul B. P. se sentó en el banquillo de los acusados como presunto autor de un delito continuado de estafa tras urdir, supuestamente, una trama inversora por la que necesitaba dinero líquido –130.000 euros con un interés de devolución de entre el 4 y el 10% pactados con un vecino de Tarragona– para sufragar la llegada de un contenedor con mercancía procedente de China. Ya suma tres condenas por estafa, precisamente, por recurrir a este mismo modus operandi y uno similar con sendas víctimas y la semana que viene ha vuelto a ser citado en la Audiencia para responder por otra causa.

La víctima recordó ayer ante el tribunal provincial, presidido por el magistrado Alfonso Ballestín, que conoció a Jean Paul durante una reunión de amigos en una cafetería del centro de Zaragoza allá por 2015. «Estábamos hablando de colegueo y Paul dijo que tenía un negocio y que estaba buscando inversores porque tenía el dinero congelado en unas cuentas bancarias como aval», comenzó el tarraconense. «Volví a quedar con Paul, me enseñó su despacho y vi, efectivamente, que allí tenía productos. Parecía muy creíble todo y a mí me dio confianza. Era una inversión a corto/medio plazo con un interés que se pagaba primero al 7% y carente de riesgo porque decía que la mercancía estaba asegurada», continuó la víctima, quien le hizo entrega del primer importe el 22 de mayo de 2021 por valor de 25.000 euros.

En total completó 14 transacciones económicas –«habitualmente era en metálico por el tema de tener congelado el dinero en su cuenta», detalló– hasta la última operación fechada el 11 de abril de 2016. «Lo que hacía era reinvertir el dinero hasta que llegó un momento en el que yo quise cobrar lo mío y él me decía que faltaban permisos para recibir la mercancía y necesitaba ese dinero para desencallar el transporte», argumentó. Fue entonces cuando decidió interponer denuncia ante el Cuerpo Nacional de Policía y, poco después, se enteró de que uno de sus amigos ya había hecho lo propio por la misma situación. A día de hoy, Jean Paul le ha devuelto casi 60.000 euros.

Una explicación diferente a todo ello ofreció el acusado, quien alegó en su favor la situación familiar que atravesaba por aquellos años –«me hizo no gestionar bien las cosas», reconoció– con el reciente fallecimiento de su padre, el posterior deceso de su abuelo y la ruptura sentimental con su prometida. «Era muy joven, no tenía experiencia en la empresa y mis cálculos no fueron los correctos. Me pagaron menos de lo que yo tenía que haber recibido», justificó Jean Paul, quien heredó la citada empresa de su progenitor, quien fuera cónsul de Eslovaquia en Zaragoza. «Por mi juventud, los bancos no me prestaban el dinero que yo necesitaba para mis inversiones y por eso tenía que recurrir a estos inversores. Yo asumo la responsabilidad de los problemas, pero en ningún momento les engañé», insistió Jean Paul, a pesar de que la Justicia sí ha reconocido la existencia de estos engaños con anteriores sentencias condenatorias.

Antes del inicio del plenario, la Fiscalía solicitaba cinco años de cárcel, si bien rebajó su solicitud de condena hasta los dos años de prisión aplicando la atenuante analógica de situación mental una vez escuchó a las profesionales del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa). Precisamente, las peritos explicaron a la sala que Jean Paul sufre una ludopatía «severa» como consecuencia de la merma de su capacidad volitiva por la «falta de control de impulso». Mientras que la acusación particular a cargo de José María Viladés mantuvo su petición de cinco años de prisión, la defensa ejercida por Carlos Espasa insistió en la absolución de su representado con la aplicación de la eximente completa de situación mental.