Condenado en Zaragoza por agredir a dos menores que iban en patinete

La circulación de patinetes eléctricos por las calles de Zaragoza genera situaciones conflictivas con los peatones. Algo así sucedió en marzo del año pasado cuando un zaragozano le reprochó a dos menores su circulación a bordo de sendos vehículos de movilidad personal (VMP). Pero eligió las manos y no la palabra para recriminarles su actitud y les agredió a base de patadas y puñetazos. Ayer, Víctor T. G. reconoció los hechos ante el Juzgado de lo Penal número 2 de Zaragoza y aceptó una pena de dos años de cárcel como autor de un delito de lesiones y el pago de una indemnización que, en total, asciende a 1.500 euros.

Los hechos referidos se remontan al 19 de marzo de 2022, en torno a las 22.00 horas, cuando el ahora condenado paseaba junto a tres familiares por la calle Balbino Orensanz del zaragozano barrio de Vadorrey. En un momento dado cruzaron sus caminos con dos menores que circulaban a bordo de sendos patinetes eléctricos y les llamaron la atención al considerar que incumplían ciertas normas de seguridad vial.

Más allá de estos reproches verbales, el ahora condenado les lanzó un vaso de plástico, por lo que los dos menores se acercaron a él para decirle que se lo iban a contar a sus padres. No le sentaron bien estas palabras a Víctor T. G., propinándole un puñetazo en la cara a uno de ellos y una patada a otro en el culo, a quien acabó acorralando contra la valla de un solar. Justo en ese preciso momento pasaba por allí un joven de 19 años que, al percatarse de la relatada escena, se dirigió hacia el agresor para evitar que empeorara la situación. Lo hizo sin saber que él ser convertiría en la siguiente víctima al recibir un mordisco en el brazo.

No quedó ahí la cosa. Mientras los jóvenes intentaban huir con sus patinetes, Víctor T. G. alcanzó a uno de ellos, le agarró la cabeza y se la golpeó contra el VMP. Tanto es así que este joven sufrió un traumatismo cranoencefálico leve y una brecha que requirió cinco grapas de sutura. Su amigo sufrió lesiones consistentes en contusiones y edemas en ambas piernas y al joven que medió en la pelea le resta una cicatriz de tres centímetros por el mordisco. Fueron los progenitores quienes interpusieron la correspondiente denuncia ante el Cuerpo Nacional de Policía.

Inicialmente, la Fiscalía solicitaba una pena de tres años de cárcel y el pago de una multa de 720 euros a razón de ocho euros diarios durante tres meses como autor de un delito de lesiones. Las indemnizaciones en concepto de responsabilidad civil para las víctimas, una de ellas defendida por Carmen Sánchez Herrero, ascendían a 500, 350 y 650 euros, respectivamente. La causa la ha dirigido el Juzgado de Instrucción número 5 de Zaragoza.