SUCESOS EN ARAGÓN

Bobo Keita se sienta en el banquillo para responder por el asesinato de su excuñado en Zaragoza

Este gambiano se enfrenta a penas que oscilan entre los 20 y los 27 años de cárcel

El crimen se perpetró en las escaleras del número 29 de la calle Don Pedro de Luna de Zaragoza.

El crimen se perpetró en las escaleras del número 29 de la calle Don Pedro de Luna de Zaragoza. / ANDREEA VORNICU

Un jurado popular dirime a partir de este lunes la inocencia o la culpabilidad de Bobo Keita (Gambia, 1980) como presunto autor del asesinato de su excuñado, a quien cosió supuestamente a cuchilladas el 22 de junio de 2022 en las escaleras del número 29 de la calle Don Pedro de Luna de Zaragoza. El jurado comenzará a constituirse a las 09.30 horas y está previsto que declare primero el acusado, luego los familiares y los amigos de la víctima y, finalmente, quienes le vieron en la calle y en el bar tras deshacerse del arma y la ropa llena de sangre para fugarse luego a Almería. Allí fue detenido por agentes del Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón antes de que huyera a su país de origen con un documento de identidad que había robado en su huida.

Con todo ello, este gambiano se enfrenta a penas que oscilan entre los 20 y los 27 años de cárcel a tenor de las peticiones del ministerio fiscal y de las dos acusaciones particulares a cargo de María Fornoza y Eva María Martín, en representación de la hermana y el hermano de la víctima. Precisamente, hace unas semanas, la abogada de Keita renunciaba a ejercer su defensa y la asumió Elena Carnicer, del turno de oficio. La vista se prolongará hasta el jueves –el martes declararán agentes de Homicidios; el miércoles, profesionales del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa) y el jueves será el turno de las conclusiones y los informes– y el próximo lunes se entregará el objeto de veredicto al jurado.

Los hechos referidos se remontan a la última hora del 22 de junio de 2022, en torno a las 23.20 horas, cuando el acusado se personó en la vivienda de quien había sido su excuñado. En las escaleras del inmueble le espetó una docena de cuchilladas y, tras ello, huyó corriendo por la calle Graus hacia la calle Sangenís para acceder a un bar, esconderse allí y lavarse las manos. Antes de introducirse por la parte trasera de este establecimiento hostelero con terraza en el paseo Calanda se desprendió de la chilaba azul de estilo africano que estaba impregnada en sangre de la víctima y del cuchillo de doble filo.