SUCESOS EN ARAGÓN

Al banquillo por una oleada de asaltos a bares de Zaragoza

El acusado afronta seis años de cárcel al tener ya cuatro condenas

Caen los autores de una oleada de robos en bares de Zaragoza

Zarim N., ayer, en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Zaragoza. | A. T. B.

Zarim N., ayer, en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Zaragoza. | A. T. B. / a. t. b.

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza juzgó ayer a Zaim N. (Albania, 1983) como presunto autor de un delito continuado de robo con fuerza al asaltar, supuestamente, ocho bares en Zaragoza durante la primavera de 2022 e intentarlo con un noveno. Por estos hechos, el ministerio fiscal solicita una pena de seis años de cárcel dada la concurrencia de la agravante de multirreincidencia porque el currículum delictivo del acusado ya suma cuatro condenas por episodios similares en Barcelona.

Los hechos que desencadenaron su detención se remontan al 18 de junio de 2022, cuando la sala de emergencias del 091 recibió una llamada a las 02.15 horas alertando de que un hombre estaba intentando cortar la persiana metálica de un bar ubicado en la calle García Sánchez de Zaragoza. «Le vimos agachado con una herramienta en la mano. Nos vio, la metió en la mochila, levantó las manos y dijo: sí, sí, he sido yo», declararon los indicativos de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que fueron comisionados hasta el lugar de los hechos.

Estos mismos indicaron al tribunal provincial, presidido por el magistrado José Ruiz Ramo, que Zaim N. portaba en su mochila útiles como tenazas, cizallas o destornilladores, aunque el acusado aclaró que formaban parte del material que utilizaba como trabajador de una empresa de reformas. Pesquisas posteriores llevaron a los investigadores a atribuirle ocho ilícitos en sendos bares de la capital aragonesa debido al mismo modus operandi al que recurría para delinquir y a las características físicas que compartía con quien aparecía en las cámaras de videovigilancia. «La complexión física era completamente igual», dijo un agente. No fue una justificación suficiente para la defensa ejercida por Olga Oseira, quien interesó la absolución de su representado al considerar que no se puede dictar una sentencia condenatoria «por la simple manifestación de la Policía».