SUCESOS EN ARAGÓN

La defensa insiste en que el asesino de Calatayud confesó e iba drogado

Los fallos que expuso el abogado del acusado se mueven entre los 15 y los 17 años de prisión

El ministerio fiscal retira la atenuante de confesión y solicita 25 años de cárcel por el asesinato

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Juan Andrés Gilgado León, esta semana, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza.

Juan Andrés Gilgado León, esta semana, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza. / JAIME GALINDO

Anunció este lunes el penalista José Luis Melguizo que no solicitaría la «exención penal» de Juan Andrés Gilgado León (España, 1985), sino «modular» la «responsabilidad» de sus actos por un crimen, a su juicio, «repugnante». Ayer, Melguizo ofreció al jurado dos alternativas de condena al entender que su cliente es autor de un delito de asesinato con las agravantes de alevosía y ensañamiento. Primero defendió un fallo de 15 años y un día de cárcel al concurrir la atenuante de confesión y la eximente incompleta de drogadicción y, subsidiariamente, presentó una alternativa de 17 años de prisión al rebajar la eximente de drogadicción al grado de atenuante. ¿El matiz entre una y otra? La valoración que pueda hacer el jurado sobre la merma, moderada o ligera, de las capacidades intelectuales y volitivas del asesino cuando dio muerte a su amigo en el pub Blue Lion.

Pero también pueden considerar que Gilgado León no actuó bajo el efecto de los drogas, tal y como defendieron ayer el ministerio fiscal y la acusación particular a cargo de Juan Martín Calvente. Ambos coincidieron en que el acusado no presentaba «ni una leve afección» de sus facultades al sostener que, en todo momento, tuvo un «control absoluto» de la situación. «No es fruto del azar ni de una raya de cocaína, sino de una premeditación para sustraer la tarjeta y tener dinero para salir en las fiestas de San Roque», dijo Calvente. «No fue un momento de euforia o de excitación», subrayó la fiscal, que retiró la atenuante de confesión para elevar su solicitud desde los 23 hasta los 25 años. También pide otros tres años por un delito de estafa del que Calvente acusa del tipo agravado (cinco años) a los que habría que sumar 25 por el asesinato.

Desde la defensa no han discutido en ningún momento la autoría del crimen porque así lo acreditan las imágenes captadas por las cámaras de videovogilancia instaladas en el establecimiento. Esta ha sido la premisa que Melguizo ha llevado por bandera al trasladar su más sentido pésame a los familiares de la víctima durante su toma de declaración –«lo lamento profundamente», ha reiterado a sus hermanos– y luego no formularles ni una sola pregunta.

Ayer, con un discurso elocuente, defendió la aplicación de la eximente incompleta de drogadicción al considerar que Gilgado León sufría una afección «grave» de sus facultades intelectuales y volitivas como consecuencia de «un consumo de drogas prolongado e intenso en el tiempo». El penalista también cargó su maletín de jurisprudencia al leer sentencias del Tribunal Supremo para acreditar que la atenuante de confesión es «de libro». «El Código Penal es igual para todo el que delinque y las atenuantes están para aplicarlas», resumió.

Quien pasó con más pena que gloria por la Audiencia Provincial de Zaragoza fue el médico forense encargado de practicar la autopsia al finado. Fue parco en palabras y poco didáctico en comparación con otros compañeros de profesión que sí han completado actuaciones brillantes a lo largo de los últimos meses.

El presidente del tribunal del jurado, el magistrado José Ruiz Ramo, entregará el objeto del veredicto el lunes a las 10.30 horas a los miembros del jurado, que se encerrarán a deliberar sobre las disyuntivas planteadas en el escrito.