SUCESOS EN ARAGÓN

Muere una anciana a la que un interno tiró por las escaleras de una residencia en Zaragoza

La nonagenaria falleció el fin de semana tras permanecer dos semanas ingresada en el hospital Miguel Servet

La mujer, de 98 años, sufrió una rotura de fémur, de tibia y de peroné a la que siguieron tres ictus

Imagen de archivo de residencia de mayores Las Fuentes, donde permanecía interna la finada.

Imagen de archivo de residencia de mayores Las Fuentes, donde permanecía interna la finada. / ÁNGEL DE CASTRO

Una anciana de 98 años murió el pasado fin de semana en el hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza donde ingresó el 12 de mayo procedente de la residencia de mayores Las Fuentes al ser empujada por un usuario del centro que, supuestamente, la tiró por las escaleras. Según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, la nonagenaria fue víctima de una caída tremenda que le provocó una rotura de fémur, de tibia y de peroné a la que le siguieron tres ictus de los que no se ha podido recuperar tras permanecer ingresada dos semanas en el citado centro hospitalario.

La finada residía en la residencia ubicada en la calle Fray Luis Urbano, donde sus familiares más cercanos la visitaban con una frecuencia casi diaria. Su avanzada edad requería el uso de una silla de ruedas para desplazarse por las estancias del geriátrico, una circunstancia de la que presuntamente se valió el interno para trasldarla hasta las escaleras de una planta del edificio y empujarla intencionadamente. Como consecuencia de todo ello, la anciana quedó tendida en el suelo a la espera de la llegada de una ambulancia que se demoró un rato hasta que finalmente la trasladaron al hospital Universitario Miguel Servet. Pero su edad y la gravedad de las heridas le llevaron a un estado de salud crítico que el pasado fin de semana derivó en su defunción. Al cuerpo se le dio sepultura el lunes por la mañana.

Los hechos referidos se remontan a la noche del domingo 12 de mayo, en torno a las 23.00 horas. Hasta la residencia fueron comisionadas varias dotaciones de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón y de todo ello se dio traslado al Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza, en funciones de guardia. El entorno familiar de la fallecida todavía no ha denunciado los hechos que, al parecer, cometió un interno que presenta problemas de deterioro cognitivo.

Se trata de un matiz importante si el procedimiento avanza en términos penales porque, en ese caso, los profesionales del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa) deberán valorar al interno para determinar el grado de imputabilidad. En el caso de que los peritos estimen que el anciano tenía mermadas su capacidades volitivas e intelectuales, podría solicitar la aplicación de una atenuante e incluso una eximente que le exoneraría de cualquier tipo de responsabilidad penal. Pero también puede suceder al revés y que los forenses no aprecien ningún tipo de merma volitiva e intelectual en el investigado y le tilden de imputable. Esto le podría llevar al banquillo de los acusados.

La residencia, de titularidad pública a cargo del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) y de gestión externalizada al Grupo Albertia, tiene una capacidad de 68 plazas distribuidas entre habitaciones dobles e individuales. También ejerce como centro de día con un total de 35 plazas.

Estos episodios con resultado de muerte salpican con cierta frecuencia la vida de los geriátricos, tal y como han recogido en los últimos años las páginas de sucesos y tribunales de la prensa diaria aragonesa. En 2010, un usuario de la residencia de mayores de Illueca –Manuel Uriol Jaraba–mató a una anciana de 85 años al golpearla con un trozo de tubería que arrancó del lavabo de un cuarto de baño. Al parecer, el homicida presentaba un deterioro mental y, según la Guardia Civil, tenía antecedentes psiquiátricos.

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